Brutal accidente de un autobús en el acceso a la autovía desde Avilés

Al menos cuatro personas han fallecido en un brutal impacto de un autobús de la compañía Alsa contra uno de los pilares de la autovía en Avilés. El vehículo, que viajaba en dirección Oviedo-Gijón, sufrió el golpe cuando estaba a punto de acceder a la autovía desde Avilés. Se empotró contra uno de los pilares que se están instalando en las obras de construcción de los nuevos accesos al PEPA.

La cabina quedó completamente destrozada hasta la tercera fila de asientos. Además de los fallecidos, cuyos cuerpos fueron despedidos del vehículo en algunos casos, hay más de una veintena de heridos, que ya están siendo atendidos en el lugar de los hechos y trasladados a hospitales, tanto al San Agustín de Avilés como al HUCA, en Oviedo.

Al lugar del accidente, ocurrido hacia las 13.40 horas, se han desplazado tanto unidades móviles como ambulancias, y un helicóptero de Bomberos se ha llevado a uno de los heridos hasta el HUCA. En el lugar del accidente trabajan también agentes de la Guardia Civil, Policía Nacional y Policía Local, así como una decena de ambulancias y personal sanitario.

El tráfico está cortado en la variante, y hay enormes retenciones en la autovía. Se está desviando la circulación por la carretera a Gijón, la AS-19.

El consejero de Presidencia y portavoz del Gobierno regional, Guillermo Martínez, también se ha desplazado hasta la zona para seguir de cerca las labores de rescate y traslado de heridos.

Fuentes de Alsa han señalado a Efe que la prioridad «ahora mismo es atender a las víctimas y los afectados».

Al menos cuatro muertos en el brutal accidente de un autobús en el acceso a la autovía desde Avilés
 
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La Guardia Civil ya se encuentra investigando las causas que llevaron al brutal accidente de un autobús en Avilés que se ha saldado hasta ahora con cinco fallecidos y otros 17 heridos, dos de ellos en estado crítico. De momento, no se descarta «ninguna hipótesis» sobre las causas que pudieran motivarlo, segun ha explicado el comandante jefe del Área de Tráfico de Avilés, Jorge Correas.

De las pruebas recabadas hasta ahora se puede asegurar, eso sí, que el vehículo circulaba a «gran velocidad». Eso se deduce del impacto en la columna de los nuevos accesos al PEPA contra la que colisionó. El pilar ha quedado seriamente dañado en su soporte y probablemente sea necesario cambiarlo.

La Guardia Civil también ha podido confirmar que hubo una salida de la vía previa al impacto y ha encontrado marcas de rozaduras en el asfalto, aunque no parece haber «indicios claros de frenada».

El impacto revela una gran velocidad del autobús, afirma la Guardia Civil
 
Cinco personas - tres hombres y dos mujeres- perdieron la vida, cuatro se hallan en estado crítico y otras once resultaron heridas de diversa consideración al salirse de la vía y empotrar violenta y frontalmente contra el pilar de un viaducto un autobús de línea regular que cubría la línea Cudillero-Avilés-Pravia. La brutalidad del golpe fue tal que el pilar de hormigón penetró dentro del autobús hasta la sexta fila de asientosconvirtiendo en un amasijo de hierros el primer tercio del vehículo.

El autobús, de la empresa Alsa, había salido de Cudillero a las 12.35 horas, realizado con normalidad las nueve paradas programadas de la ruta -la última en la estación de Avilés, donde subieron y bajaron pasajeros- y ya camino de Gijón para finalizar su recorrido a las 14.00 horas sobrevino la tragedia. El reloj marcaba las 13.40 horas, iban a bordo 21 personas y solo una resultó ilesa.

A consecuencia del bestial impacto contra el pilar del viaducto -carente de protección- fallecieron en el acto cuatro de los viajeros, todos ocupantes de asientos situados en la mitad delantera; tres de esos cuerpos fueron rescatados, previa excarcelación, por los bomberos desplazados al lugar. Un cuarto cadáver fue recuperado fuera del autobús, probablemente como consecuencia de haber salido despedido por una ventana. Y la quinta víctima mortal falleció en la ambulancia, camino del Hospital San Agustín de Avilés, a donde fueron llevados la mayoría de los heridos.

La relación de víctimas mortales es la siguiente: Arcadio Suárez García (75 años), de Piedras Blancas; José Emilio Menéndez Díaz (58 años), de Gijón; Senén Álvarez González (77 años), de Gijón; María Begoña Miranda Herrero (55 años), de Soto del Barco; y Ana Tuya Santamaría (52 años), de Gijón.

Los peritos de la Guardia Civil de Tráfico desplazados al lugar para realizar el atestado concluyeron como primera hipótesis de lo ocurrido que el conductor del autobús, un varón de 40 años vecino de Pravia y natural de Candamo, identificado como Omar López Macías (uno de los heridos críticos), debió sufrir algún tipo de desvanecimiento poco antes del choque. Como consecuencia del vahído, el autobús habría circulado sin control y a una velocidad de entre 80 y 90 kilómetros por hora (la vía está limitada a 70 kilómetros por hora debido a obras) saliéndose de la calzada e invadiendo el arcén por el margen izquierdo a unos 150 metros del pilar contra el que se empotró.

La trayectoria fatal que tomó el autobús de línea cuando se salió de la calzada -que discurre por una zona de obras señalizada profusamente- le hizo llevarse por delante decenas de conos de los usados para delimitar carriles provisionales (de hecho, muchos fueron hallados debajo del vehículo al retirarlo)y golpear haciendo saltar por los aires varias barreras portátiles de plástico rellenas de agua que también forman parte de la señalización provisional por obras.

El pilar frenó en seco la trayectoria del autobús y segó la vida de cinco de los ocupantes al entrar como un cuchillo en la mantequilla hasta la sexta fila de asientos. La desintegración del tercio delantero del vehículo era manifiesta: en un radio de seis metros por delante del mismo había desparramadas piezas y restos del parabrisas.

Personas que se hallaban cerca del lugar del accidente -el carril de incorporación desde Avilés a la autopista "Y", más en concreto el punto kilométrico 1 de la AI-81- describieron el ruido que produjo el choque del autobús contra el pilar del viaducto como "un estruendo como si se hubiera venido abajo el puente". El vecino de Llaranes Viejo Luis Vega lo describió "como si hubiera caido una bomba".

Un testigo presencial relató por la red social Whatsapp cómo vio el accidente y la emoción que sintió en ese momento: "Justo salía yo dirección Oviedo-Gijón y vi desde el otro lado [de la autopista] cómo se empotraba. Flipé. Hizo un recto, ni frenó. Muy chungo. Pensé que [del golpe] iba a caer el pilar. Vaya marrón, esa obra parece gafada. DEP esa pobre gente. ¡Qué horror! [Fue] un impacto brutal. Le debió dar un yuyu [al conductor], iba pinchao o a saber, pero el trompazo fue muy heavy. Aún estoy flipando".

El violento impacto del autobús contra el pilar de un viaducto aún fuera de servicio (la pieza forma parte del "scalextric" que construye el Principado para dar al parque empresarial de la ría de Avilés acceso directo a la "Y") dañó la estructura de hormigón, más en concreto el capitel, donde va una pieza a modo de almohadilla amortiguadora entre el tablero y la base que lo sustenta. Un técnico de Carreteras desplazado a la zona comentó que muy probablemente haya que retirar el pilar contra el que chocó el autobús y construir otro nuevo.

En los primeros momentos, fueron vecinos de la zona, conductores que pasaban por el lugar y personas como el cartero de Llaranes -al que el accidente le pilló en pleno reparto por a calle Las Niñadas, cerca al lugar del siniestro- los que corrieron a socorrer a las víctimas. Uno de esos improvisados rescatadores, el conductor de un camión, hubo de ser atendido también por los servicios sanitarios al darle un ataque de nervios.

El SAMU-Asturias dispuso el envío de una decena de ambulancias más dos uvis móviles en ayuda de los heridos, el 112 Asturias envió bomberos de los parques de Avilés y Pravia, además del helicóptero medicalizado del SEPA, que fue el encargado de trasladar al HUCA al conductor del autobús (rescatado con una pierna amputada y la otra con graves heridas de las que fue operado por la tarde). Las policías locales de Avilés y Corvera, éstos con ayuda de voluntarios de Protección Civil, desplegaron un dispositivo especial de tráfico que mantuvo cortadas durante cinco horas y media la variante de Avilés y el acceso desde esta ciudad a la "Y" (los conductores fueron dirigidos a rutas alternativas). El tráfico recupero la normalidad una vez retirado el amasijo de chatarra del autobús.

Según el dato ofrecido por el Pirncipado a las 10.00, seis de las quince personas heridas ayer en el accidente permanecen ingresadas, cinco de ellas en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), en Oviedo, y una más en Cabueñes Hospital Universitario (CAHU), en Gijón

Los cuatro pacientes que a última hora de la tarde de ayer estaban internados en el Hospital Universitario San Agustín de Avilés han sido dados de alta, así como una de las heridas que había sido trasladada al HUCA.

El brutal choque de un autobús contra un pilar deja cinco muertos y quince heridos en Avilés
 
Omar López, el conductor del ALSA siniestrado este lunes en Avilés, circulaba a 55 kilómetros por hora «instantes» antes de la brutal colisión. Así lo confirma la compañía según los datos registrados por el sistema de gestión de velocidades con los que van dotados todos sus vehículos. En ese punto en el que se produjo el accidente la velocidad no puede superar los 70 kilómetros por hora por tratarse de un tramo en obras. Desde la empresa se explica, además, que en los registros de días anteriores «del mismo conductor y en el mismo tramo confirman velocidades similares».

Respecto al estado de salud del conductor, del que se sospecha, según las principales hipótesis, que pudo sufrir un desvanecimiento, ha trascendido que hace tres años tuvo una baja laboral por «una enfermedad común», según indica su parte médico, si bien compañeros del conductor aseguró que padecía vértigos y mareos.

El conductor del autobús siniestrado en Avilés es uno de los cuatro heridos graves que permanecen ingresados en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). En la tarde de ayer fue intervenido quirúrgicamente para intentar salvarle una pierna que le quedó parcialmente mutilada como consecuencia del descomunal impacto contra el pilar del puente de Llaranes. También permanecen en el centro hospitalario de Oviedo tres mujeres. Otros dos heridos, que estaban ingresados en el HUCA y en el Hospital de Cabueñes, han recibido el alta en la tarde de este martes. Los viajeros atendidos en el Hospital de San Agustín de Avilés también están ya en sus casas y arropados por sus familiares y amigos.

Si las horas posteriores entre los supervivientes fue de inmensa alegría por haber superado el tremendo accidente, hoy empiezan a ser conscientes del quiebro del destino. «Ayer estaba en shock y como eufórica por poder contarlo, pero hoy que empieza a asimilarlo todo no para de llorar», comenta un amigo de una de las viajeras.

Los momentos más amargos son para quienes en lugar de arropar a sus seres queridos, tienen que velar sus cadáveres. En los tanatorios de Cabueñes, Oviedo y Cudillero velan los cuerpos de José Emilio Menéndez, Senén Álvarez, Ana Tuya y Begoña Miranda. El del quinto fallecido, Arcadio Suárez, vecino de Piedras Blancas, se encuentra aún en el Instituto de Medicina Legal a la espera de que sus familiares lleguen desde fuera de España para organizar los actos de despedida.

Hasta el tanatorio gijonés se desplazó por la mañana Jacobo Cosmen, presidente del grupo ALSA. Una vez trasladado el pésame a los familiares de los fallecidos, señaló que «desde el primer momento nos hemos puesto a disposición de los investigadores para esclarecer la causa del accidente, pero aún es muy temprano», explicó, para añadir: «Nuestro interés ahora es acompañar a los heridos, y por supuesto acompañar en su tristeza a los familiares de los fallecidos». Además, subrayó que el conductor es «un trabajador ejemplar».

Investigación en curso

La Guardia Civil continúa con la investigación y ha enviado desde Madrid a un cualificado equipo de atestados para esclarecer las circunstancias que rodearon el siniestro. Desde Delegación del Gobierno en Asturias señalaron que no se puede descartar que el conductor sufriese una indisposición: «Si hubiera sido un despiste, hubiera tenido capacidad, porque los propios pivotes le hubieran alertado», ha declarado Delia Losa, delegada del Gobierno en Asturias, que ha asistido a la concentración silenciosa celebrada en Avilés en memoria de las víctimas. Por eso, ha apuntado que «lo más probable es que haya sufrido un problema de salud que le haya hecho perder el control».

La ausencia de frenada en la calzada, la trayectoria que siguió el autobús, con una salida de vía por el carril derecho e invasión del izquierdo para continuar en línea recta antes de arrollar los conos que delimitaban la zona de obras son las «claves» en las que el Sector de Tráfico de la Guardia Civil de Asturias centra las investigaciones. Así, la hipótesis de trabajo que más fuerza cobra es la posibilidad de que el chófer hubiera padecido un desvanecimiento, mareo, bajada de glucosa o infarto, como se planteó en un primer momento.

Aunque el lugar donde se produjo el siniestro, en la AI-81 de acceso a Avilés, tiene una limitación de 70 kilómetros por hora y las primeras averiguaciones apuntan a que el autobús siniestrado circulaba «entre 80 y 90 kilómetros por hora», la tesis del exceso de velocidad no es inicialmente la principal línea de trabajo, según han indicado a Efe las mismas fuentes.

El autobús circulaba a 55 kilómetros por hora «instantes» antes del accidente
 
El autobús accidentado en Avilés circulaba a una velocidad de entre 80 y 90 kilómetros por hora

Expertos de Tráfico de la Guardia Civil de Asturias han examinado el disco del tacómetro del autobús siniestrado en Avilés con una tecnología que incorpora microscopios llegando a la conclusión de que el vehículo circulaba a "entre 80 y 90 kilómetros por hora", según aseguran fuentes del caso. En el trágico accidente murieron cinco personas y resultaron heridas otras quince, de las cuales cuatro siguen ingresdas en el Hospital Universitario Central de Asturias. (En esta información te contamos el estado que presentan hoy los heridos según el parte del Principado).

Las mismas fuentes han indicado que, a pesar de que el disco del tacómetro estaba manchado, como hoy ha informado este periódico, la lectura realizada finalmente con aparatos especiales es "clara" porque la tecnología microscópica de la que dispone Tráfico permite ver "con claridad y al detalle" los gráficos de velocidad. Pese a que se ha confirmado que el autobús circulaba a una velocidad comprendida entre 80 y 90 kilómetros por hora, la velocidad no es la principal hipótesis de la causa del accidente. "En la zona del accidente había una limitación de 70 kilómetros por hora por obras, pero en una salida de vía en un tramo recto no influye la velocidad, sino que es más importante ver por qué se fue el vehículo y cuál ha sido su trayectoria", han señalado las mismas fuentes. Mientras se continúan las investigaciones familiares y amigos de las víctimas siguen despidiendo a los fallecidos entre lágrimas en actos como el que tuvo lugar esta mañana en Gijón.


"Tuvo que darle algo"

El padre del conductor aseguraba ayer en declaraciones a este periódico que "tuvo que darle algo" (aquí puedes leer sus declaraciones). Fuentes de Tráfico han asegurado que es compatible que momentos antes del accidente el autobús circulara a 55 kilómetros por hora, como mantiene la empresa Alsa, con que en el instante en que se salió de la vía por la margen derecha, invadió la izquierda y continuó recto la velocidad ya fuera de 90 ó 95 kilómetros por hora.

"En esos 830 metros hay un trayecto de 400 metros desde que el vehículo entra en el ramal para coger el acceso a la AI-81; en ese punto podía circular desde 55 a 95 kilómetros por hora, pero en el momento del accidente se calcula que podía ir a 90 kilómetros por hora", señalan fuentes de Tráfico.

A 55 kilómetros por hora, el impacto provoca unos daños en la estructura del vehículo que aumentan, lógicamente, si circula a 90 kilómetros y, en el caso del autobús siniestrado, la investigación ha encontrado daños más compatibles con el segundo caso. "Al empotrarse contra el pilar del paso elevado, se desplazó el eje de la rueda delantera por detrás de la tercera fila y había asientos doblados y arrancados", han descrito las mismas fuentes, que ven a causa más plausible una indisposición del conductor como causa del accidente.

"No hay otros motivos aparentes, porque se han analizado otras probabilidades como un fallo por el estado de las ruedas, pero en la carretera no había ninguna huella de arrastre, ni nada y a pesar de que había una anchura suficiente y tenía tiempo de frenar, entró recto, lo que hace pensar que sufrió una indisposición", han añadido. La instrucción que se está llevando a cabo por el sector de Tráfico de Asturias incluye la toma de declaraciones a los pasajeros del autobús, cuya evolución médica siguen atentamente desde la investigación.

"Hay un testigo que circulaba detrás del autobús y hay que esperar a la evolución de los heridos para ver si alguno de los viajeros vio, escuchó o notó algo, por lo que queda mucho trabajo aún por hacer", han añadido fuentes de Tráfico.

El autobús accidentado en Avilés circulaba a una velocidad de entre 80 y 90 kilómetros por hora