Susanna Griso no quiere que los ciudadanos conozcan la nacionalidad de violadores extranjeros

A Susanna Griso no le parece bien que los ciudadanos sean informados sobre la nacionalidad de los violadores cuando son extranjeros.




Lo realmente desternillante es que esta prostituta —rama periodística—, con todas las letras, se justifique luego diciendo que no se hace cuando el violador es español.

Lo dice después de darnos el coñazo durante años con la no-violación de la Manada, un caso que se hizo mediático precisamente porque los implicados eran españoles.




Si los violadores de Desirée hubieran sido italianos, y no unos negros ilegales llegados en barcos de oenegés, Susanna nos habría informado entusiasmada en Alcantarilla 3 sobre el suceso con todo lujo de detalles.

Yo no creo en el karma, porque si existiera esta ramera ya la habría palmado seis millones de veces.

Por si aún no te has enterado, Susanna está casada con un tal Carles Torras, columnista en el diario separatista El Nacional.cat, donde escribe titulares como España: pisar o morir. Como las mujeres no tienen ideología, porque carecen de convicciones —son NPCs natos, eligen por presión social—, uno puede afirmar sin temor a equivocarse que, ideológicamente, Susanna es muy afín a su marido. Lleva casada con él más de veinte años, y ninguna pareja aguanta veinte años de matrimonio si no son afines políticamente.

Susanna odia España. Si eres español, el sentimiento debería ser recíproco.

Cuando gane VOX tocará hacer una limpia en la TV española, la factura de gas va a ser de órdago.

Susanna Griso no quiere que los ciudadanos conozcan la nacionalidad de violadores extranjeros