Al grito de ¡’Allah Akbar’! (“Alá es grande”), quince personas lanzaron el pasado viernes proyectiles, morteros, cargas pirotécnicas y adoquines contra una comisaria de policía situada al sur de la localidad francesa de Rouen.
Según relata el diario parisino Le Figaro, “la escena fue impresionate”. En las imágenes de vigilancia pueden verse “a dos guardias que intentan contener los disparos de los atacantes usando escudos. En camiseta, los oficiales no parecen estar preparados para tal asalto. En medio de un denso humo, ‘elementos pirotécnicos’ de todos los colores y ladrillos son lanzados contra la policía. Durante el ataque, varios de los agresores gritaban «Allah Akbar», otros insultaban a la policía”.
Los atacantes, que parecían decididos a tomar la comisaría, atacaron las instalaciones policiales y a los funcionarios en ellas presentes durante media hora. Los policías respondieron con gases lacrimógenos hasta la llegada de más agentes de la Brigada contra el Delito (BAC) y la Dirección de Seguridad Pública (DDSP).
Según las primeras investigaciones policiales, los atacantes eran jóvenes de 15 a 20 años, que además de proferir gritos de ¡’Allah Akbar’! también amenazaron a los agentes con proclamas de “Os vamos a quemar”.
El ataque ha provocado una oleada de indignación e ira entre los cuerpos policiales. En una declaración, el sindicato Alliance ha denunciado un asalto de «violencia increíble”, con los “agentes al borde de la quiebra”. Según fuentes sindicales citadas por Le Figaro, el mismo edificio policial fue objeto de una ofensiva similar en julio de 2018.
Según relata el diario parisino Le Figaro, “la escena fue impresionate”. En las imágenes de vigilancia pueden verse “a dos guardias que intentan contener los disparos de los atacantes usando escudos. En camiseta, los oficiales no parecen estar preparados para tal asalto. En medio de un denso humo, ‘elementos pirotécnicos’ de todos los colores y ladrillos son lanzados contra la policía. Durante el ataque, varios de los agresores gritaban «Allah Akbar», otros insultaban a la policía”.
Los atacantes, que parecían decididos a tomar la comisaría, atacaron las instalaciones policiales y a los funcionarios en ellas presentes durante media hora. Los policías respondieron con gases lacrimógenos hasta la llegada de más agentes de la Brigada contra el Delito (BAC) y la Dirección de Seguridad Pública (DDSP).
Según las primeras investigaciones policiales, los atacantes eran jóvenes de 15 a 20 años, que además de proferir gritos de ¡’Allah Akbar’! también amenazaron a los agentes con proclamas de “Os vamos a quemar”.
El ataque ha provocado una oleada de indignación e ira entre los cuerpos policiales. En una declaración, el sindicato Alliance ha denunciado un asalto de «violencia increíble”, con los “agentes al borde de la quiebra”. Según fuentes sindicales citadas por Le Figaro, el mismo edificio policial fue objeto de una ofensiva similar en julio de 2018.
