Muere Isabel II a los 96 años tras siete décadas de reinado

La reina Isabel II murió este jueves a los 96 años. La monarca más longeva, la mujer que ha representado al Reino Unido durante siete décadas, la joven que accedió al trono de forma repentina y que cumplió con su deber hasta el último día, fallecía "en paz" en su residencia de Balmoral, como informó la Casa Real británica a las 19.30 de la tarde. El mismo escrito que minutos después colgarían los guardias en la reja principal del palacio de Londres. Donde la bandera británica ondea a media asta poco más de un año después de que hiciera lo mismo por la muerte de su marido, Felipe, el duque de Edimburgo.

Como si el tiempo se hubiese propuesto ser portador de las malas nuevas, a unos 1.600 kilómetros, un espectacular arcoíris doble coronaba el Palacio de Buckingham, su residencia oficial. Rezos, lloros, flores y paraguas dejaban una estampa que reflejaba una única emoción: la consternación de los británicos ante las noticias sobre su reina. Aquella que asumió un poder para el que no estaba llamada, a los 25 años. Quien durante sus más de 25.000 días de reinado vio desfilar por Downing Street a 15 primeros ministros. A las 19.30 horas se produjo el silencio en todas las cadenas británicas, para anunciar la ya asumida, pero a la vez temida noticia: la reina había muerto.

"Declaro ante vosotros que mi vida entera, ya sea larga o corta, estará dedicada a vuestro servicio y al servicio de nuestra gran familia imperial, a la cual todos pertenecemos", prometió Isabel II al asumir la corona con apenas 25 años, en 1952. Una promesa que, sin duda, ha conseguido pese a las polémicas en las que en ocasiones se ha visto inmersa: una monarca que se mantuvo, en la que ha sido finalmente una larga vida, al servicio del pueblo británico hasta el final.

Su muerte activa la llamada 'Operación Puente de Londres', diseñada en 1960 para cuando llegara este día de luto nacional. El cuerpo sin vida de la reina será trasladado desde Escocia a la capital británica, donde se oficiará el funeral dentro de 10 días, en los que se organizará toda la ceremonia con el protocolo o las invitaciones a otras familias reales y mandatarios.

En "un momento de máxima tristeza", el nombrado automáticamente como Carlos III de Inglaterra, hijo de Isabel II, pasa a ser el nuevo jefe de Estado. Tras pasar la noche en Escocia, se trasladará este viernes a Londres para emprender el "periodo de luto y cambio" al que se tendrá que enfrentar en las próximas semanas.

A lo largo del día, los hijos, nietos y otros familiares de la soberana se fueron trasladando al castillo escocés de Balmoral, una de las residencias favoritas de la reina, donde pasaba sus veranos, y en la que exhaló su último aliento.

Llovía en Escocia cuando su hijo y ya rey de Inglaterra, Carlos, y su mujer Camila, llegaban a mediodía para pasar las últimas horas junto a su madre. Después lo hacía Ana, su única hija. Tras aterrizar en Aberdeen, Guillermo -duque de Cambridge y siguiente en la línea de sucesión- condujo hasta Balmoral llevando a sus tíos en el mismo coche. Una imagen capturaría la seriedad que sujetaba la compostura de Guillermo al volante, el príncipe Andrés de copiloto, y el príncipe Eduardo y su mujer Sofía en los asientos de atrás.

El mundo entero aguardó durante horas alguna novedad que se sumase a la única que había anunciado la casa real británica: la "profunda preocupación" por el estado de salud de la reina. Mientras, líderes políticos de todo el mundo lanzaban mensajes de apoyo en redes sociales y las personas que se habían ido congregando a las puertas del palacio real superaban ya el millar. Finalmente, a las 19.30 se produjo el anuncio oficial. El ya rey Carlos III de Inglaterra, tras más de cincuenta años como príncipe de Gales, transmitía sus primeras palabras como monarca en un sentido comunicado en que destacaba las virtudes de una madre... y de una reina: "Lloramos profundamente la muerte de una reina querida y una madre muy amada", compartió. Su hijo Harry, que se desvinculó de la Familia Real por las disensiones entre su mujer, Meghan Markle, y Buckingham, llegó a Balmoral una hora después de que se comunicara el fallecimiento de su abuela, mientras su mujer permanecía en Londres.

Durante siete horas, Reino Unido había estado aguantando la respiración. Desde que la Casa Real expresó al mediodía la "preocupación" de los médicos ante el estado de salud de la reina, un cúmulo de nubes oscureció el cielo para dejar caer un chubasco sobre los ciudadanos que se habían ido concentrando en la capital británica.

La atmósfera en todo el país era sombría. No sonaban trompetas de la orquesta del cambio de guardia en el Palacio de Buckingham, y los tradicionales desfiles fueron sustituidos por un solitario cartel que anunciaba la cancelación del acto. Las agendas de los familiares se suspendieron y medios nacionales como la BBC, en la que sus presentadores informaban de riguroso negro, cortaron su programación para informar cada segundo sobre un día que quedará marcado en la historia.

70 años en el trono​

Isabel II celebró este 2022 su Jubileo de Platino, que conmemoró sus 70 años en el trono, un récord en la historia británica. Igualmente batió otro récord al convertirse en la segunda monarca que más tiempo ocupó el trono en todo el mundo, solamente por detrás de Luis XIV. El denominado como Rey Sol estuvo en el poder más de 72 años. Era la jefa de Estado del Reino Unido y también de otros quince países, conocidos como los Reinos de la Mancomunidad Británica de Naciones.

La reina, que estuvo casada durante 73 años con el príncipe Felipe, duque de Edimburgo, hasta su fallecimiento en abril de 2021, tenía cuatro hijos, ocho nietos y doce bisnietos. Ahora, el mayor, se ha convertido automáticamente en el rey Carlos III.

 
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Ha muerto la tía Lilibeth​

He leído con extrañeza, que personajes de medio pelo, se han volcado en elogios por la muerte de la Isabel II de Inglaterra, la cual, entre sus muchos cargos y honores, era la Jefe de la Iglesia Anglicana de Inglaterra, que en traducción al “Román Paladino”, era cabeza de la herejía anglicana. Alguna hortera de pueblo, anglófila, ha decretado tres días de luto en tierra hispana, en homenaje a una enemiga de la patria. Increíble.

Inglaterra y sus reyes, entre los que se encuentra la fenecida Isabel II, han sido nuestros declarados enemigos, desde que Oliverio Cromwell, declaró el odio eterno a España.

Esta señora, a la cual es difícil que Dios tenga en su seno, en sus setenta y dos años de reinado, sólo visitó una vez a España y fue enemiga de la Hispanidad desde su llegada al trono, como cualquier vulgar inglés.

Su único vínculo con España, ha sido su relación familiar con la actual rama de los Borbones, que a consecuencia de la Constitución de 1978, ejercen actualmente su cargo de reyes de España.

Los padres de Felipe VI, Don Juan Carlos y Doña Sofía, son tataranietos de la reina Victoria de Inglaterra. Felipe de Edimburgo, marido de Isabel II de Inglaterra, era tío segundo de Doña Sofía. La abuela de Don Juan Carlos, Doña Victoria Eugenia (mujer de Alfonso XIII) , era prima hermana de la madre del duque de Edimburgo (marido de Isabel II), Alicia de Battenberg.

Por lo tanto, las familias constitucionalmente reinantes en España e Inglaterra, tienen fuertes vínculos familiares con Isabel II de Inglaterra. Ambas casas reales, están íntimamente relacionadas con la casa de Prusia. Sofía de Grecia: nieta de Victoria de Inglaterra, hija de Rey, madre de tres Reyes y hermana del Kaiser Guillermo II de Alemania, era la abuela paterna de la Reina Sofía de España y bisabuela de Felipe VI.

Pero volvamos a tía Lilibeth.

Esta buena señora, durante su reinado en Inglaterra, ha visto como su imperio se ha desgajado y diluido como un azucarillo en un vaso de agua, hasta tal punto, que Inglaterra ha pasado de ser un imperio, a ser una potencia mediana dentro del escenario mundial.

Tuvo la habilidad de convertir los cuernos en un arte, y sin ser amante de la tauromaquia, salió al quite de las múltiples infidelidades de su marido, Felipe de Edimburgo, con un socorrido “no le pido fidelidad, sino lealtad”.

Esta buena señora, cabeza del único estado teocrático de Europa (cabeza de la Iglesia Anglicana), similar a Irán, realizó todo tipo de actos simbólicos para intentar humillar a España, y por ende, a la Hispanidad.

En 1982, tras la victoria del agonizante Imperio Británico sobre Argentina en la guerra de las Islas Malvinas, forzó para que el desfile militar de la victoria inglesa, se celebrará el 12 de octubre, es decir, muchos meses después de terminada la guerra (abril de 1982). A su vez, le ordenó a su hijo Carlos, el superhéroe “Tampaxman”, (ahora Carlos III de Inglaterra) para que se fuera, de manera cutre, a celebrar la luna de miel con Lady Di, en la colonia corsaria de Gibraltar. El objetivo no era otro, que humillar a España.

La reacción de Don Juan Carlos, no fue otra que darles plantón el día de la boda.

La vinculación de la Reina de Inglaterra con la masonería, es decir, con la secta que rinde culto al diablo, era muy íntima. Hay que hacer mención, que la Gran Logia Unida de Inglaterra, el epicentro de la masonería, se ha unido a los mensajes de condolencias y apoyo a la familia real británica tras la muerte de la reina Isabel II a sus 96 años en el castillo de Balmoral.

El mensaje masónico dice lo siguiente: “La Gran Logia Unida de Inglaterra se enteró con gran tristeza del fallecimiento de Su Majestad la Reina Isabel II, nuestra soberana británica más longeva”… “El padre de la Reina Isabel, Su Majestad el Rey Jorge VI y su consorte, el duque de Edimburgo, eran ambos masones”,“Su primo, el Duque de Kent, es Gran Maestro de la Gran Logia Unida de Inglaterra desde 1967, y enviará un mensaje de condolencia en nombre de todos los masones ingleses a Su Majestad el Rey Carlos III. Otro de sus primos, el príncipe Miguel de Kent, es Gran Maestro de la Gran Logia de los Maestros Masones de Inglaterra y Gales desde 1982 y hará un anuncio desde la Sala de los Maestros Masones”

Su vida personal, no ha tenido mucho más éxito que su vida espiritual y pública. Ha visto cómo sus hijos han fracasado como personas, llegando incluso a ser acusados de aberraciones repugnantes con menores, siendo cómplices de delincuentes pedófilos como Jeffrey Epstein.

Lo que no cabe duda, es su éxito como comerciante. Isabel II, logró reunir, durante su reinado, una importante fortuna, llegando a convertir a la Corona Británica, en una marca que ha generado millones de dólares para ella y su familia. Isabel II tenía en el momento de su muerte, un patrimonio neto de más de 262.000 millones de dólares, según la clasificación en tiempo real de Forbes, de las personas más ricas del mundo.

La mayor parte de los ingresos de Isabel II, provenían de los dineros que recibía del gobierno y de sus propiedades privadas. La Subvención Soberana, la herencia del Ducado de Lancaster y sus bienes e inversiones personales, eran las tres vías de ingresos principales de la reina Isabel.

La Subvención Soberana es una cuenta de gastos que cubre los costos de viaje, seguridad, personal y mantenimiento de los palacios reales. Es una suma anual del Gobierno. En el año fiscal 2020-2021, la reina recibió 85,9 millones de libras libres de impuestos de la Subvención Soberana

Esta subvención se genera a partir de una colección de propiedades y granjas del Reino Unido, Crown Estate, que generan cientos de millones de libras cada año. Entre el 15% y el 25% de las ganancias del Crown Estate se entregan a los monarcas.

Esta fortuna recaerá principalmente sobre Carlos III. El ecologista amante de los animales, al que le flipa la caza del zorro y que mientras cultiva un huerto particular, desayuna con “foie gras” y su “amante” consorte, Camila.

Esta señora tuvo en su debe, haberse comportado cruelmente con la mujer de su hijo, ahora Carlos III, llamada Lady Di. Llegó incluso a negarse a realizar funerales de estado a una princesa madre de futuros reyes de Inglaterra. Sólo la visión de Tony Blair, le obligó a comparecer a esos funerales, como soberana, en vez de aparecer ante el mundo, como convidada de piedra. Fue su peor crisis de popularidad como reina, junto con el “Annus horribilis” de 1992.

Ese año 1992, tuvo lugar un gran incendio que destruyó parte del castillo de Windsor. Sería la última de una cadena de desgracias que comenzó con el anuncio el 19 de marzo de que su segundo hijo varón, el príncipe Andrés, se separaba de su esposa, la duquesa de York. Un mes después, el 23 de abril, su hija, la princesa Ana, se divorciaría del capitán Mark Phillips. El 16 de junio se publicó ‘Diana: Her True Story’ (Diana: su verdadera historia), del periodista Andrew Morton, una cuchillada de Diana de Gales en la que se retrataba una corte fría y ajena a los problemas de alimentación de la princesa. El 13 de noviembre se confirmó el romance entre el príncipe de Gales y Camilla Parker-Bowles.

Dijo la reina de Inglaterra sobre ese año 1992: “A veces me pregunto cómo juzgarán las generaciones futuras los acontecimientos de este año tumultuoso. Me atrevo a decir que la historia adoptará una visión un poco más moderada que la de algunos comentaristas contemporáneos”.

Era el año 1992: Quinientos años de Hispanidad. Fue como si el espíritu de Blas de Lezo y Luis de Córdoba, se hubieran vengado de la Reina de los Piratas.

Ahora, a Isabel II, le toca viajar en su último tren. No sabemos dónde irá su alma, ya que se alejó de la verdadera Fe. Abrazó herejías y otros ritos que le alejaban de la salvación eterna. Pero en el lugar donde vaya, si se encuentra con Lady Di o con su marido Felipe, estará muy entretenida.

Recordemos algunas de las frases famosas de Felipe y Lady Di:

Ladi Di: “ En este matrimonio éramos tres, demasiada gente. (Ella no contaba con todos los que ella aportaba al matrimonio).

“… Si encuentras a alguien que amas en la vida, entonces aférrate a ese amor…”

Felipe de Edimburgo: Mientras aceptaba un obsequio de una mujer en una visita a Kenia: “Eres una mujer, ¿verdad?” “No creo que una prostituta tenga más moral que una esposa, ambas están haciendo lo mismo”.