Los datos de bombas y violaciones en Suecia, Polonia y Hungría que demuestran que la inmigración masiva se ha cargado el país escandinavo

El buenismo existente en España impide, en muchas ocasiones, poner todas las cartas sobre la mesa y hablar del tema. El temor a ser políticamente incorrecto y las políticas impulsadas por la dictadura progre han provocado la apertura de par en par de las fronteras y la llegada masiva de inmigrantes. El ministro de Justicia de Polonia, sin tapujos y con orgullo, habló claro y dijo sin titubear que "no permitimos ni permitiremos la entrada de un solo inmigrante musulmán".

Aunque los progres como Elisa Beni se esfuercen en negarlo, lo cierto es que en proporción a la población que representan, los delitos y, en especial, los relacionados con la libertad sexual, son cometido por inmigrantes más que por españoles. Esto pasa en toda Europa y estas estadísticas lo demuestran:

En Suecia, país de puertas abiertas, 78 violaciones por cada 100.000 habitantes y 236 ataques con bomba en 11 meses. En Polonia, cero ataques con comba, 3 violaciones por cada 100.000 habitantes. Y en Hungría, con políticas similares a las de Polonia, cero ataques con bomba y 3,9 violaciones por cada 100.000 habitantes.




 
El Ministro de Justicia de Polonia saca pecho de no haber aceptado refugiados musulmanes

En Twitter se ha hecho viral una entrevista protagonizada per Dominik Tarcsyski, el ministro de justicia de Polonia. Un país que no tiene ningún inconveniente en cerrar fronteras e impedir la llegada masiva de inmigrantes ilegales y refugiados procedentes de países africanos y de culturas musulmanas. La periodista progre, pensando que iba a ponerle en un aprieto, le pregunta si está orgulloso de esta decisión y lo que contesta el ministro es simplemente fantástico: argumenta que prometieron a su electorado que no entraría ni un solo musulmán y así ha sido.

Diferente ha sido su postura con la inmigración procedente de Ucrania que huye de este país por los problemas con Rusia. Para los ucranianos sólo tiene buenas palabras. Dice que es gente que se integra, que va a Polonia a trabajar y que tiene la misma cultura.




Usuarios de Twitter han valorado estas palabras y han demostrado envidia sana. Argumentan que estas posturas y estas convicciones deberían existir en todos los gobiernos de Europa y del mundo occidental.