Gestoras y asesores de grandes fondos han comenzado a aconsejar a sus clientes que busquen opciones a su inversión fuera del territorio español. Diferentes fuentes del sector advierten a THE OBJECTIVE de que esta tendencia se ha agudizado en las últimas semanas tras conocerse los nuevos cambios regulatorios y fiscales que afectarán a las grandes empresas y fortunas. Modificaciones que pueden ir a más en la próxima legislatura si es que finalmente Pedro Sánchez es investido como presidente de Gobierno.
La advertencia es clara y se extiende entre los clientes de buena parte de estos vehículos de inversión. España se convertirá en un país donde invertir será cada vez mas difícil por el caos regulatorio y fiscal, es por ello por lo que recomiendan mover su capital hacia otros mercados con mayores garantías como Portugal o Francia. Fuentes del sector e inversores habituales con los que ha hablado este diario confirman que la sensación es de creciente inseguridad y de que un eventual Gobierno entre PSOE y Sumar no sería una buena noticia.
El año pasado se puso en marcha el impuesto a los beneficios extraordinarios de empresas energéticas, banca y a las grandes fortunas. Gravámenes temporales planificados solo para dos años, según dijo el propio Gobierno. Sin embargo, hace un par de semanas PSOE y Sumar cerraron un acuerdo de investidura en el que se acordaba hacer permanentes estos impuestos, remodelar y mantener el de los grandes patrimonios y poner en marcha «una gran reforma fiscal» en la que «los que más tienen paguen más».
Las patronales empresariales como la CEOE y Cepyme también criticaron estos anuncios, apelando a la falta de seguridad jurídica y a la ausencia del diálogo social en estas decisiones. En esta línea, Repsol dijo en la presentación de sus resultados trimestrales que «la falta de estabilidad en el marco regulatorio y fiscal del país podría condicionar sus futuros proyectos industriales en España». Este diario también publicó que varias empresas industriales pensaban tomar el mismo camino si el futuro Gobierno no cambiaba sus planes.
Por su parte, las gestoras de fondos o inversión (sociedades encargadas de administrar el dinero de terceros) han comenzado a recomendar a sus clientes que modifiquen sus carteras aislando la exposición a inversiones en el mercado español. Su tarea es localizar y elegir los activos financieros que mejor se ajusten a las necesidades de sus clientes y de definir y ejecutar la estrategia de inversión incluyendo activos de diferentes países, por lo que en este caso sugieren cambiar a productos que no se vean afectados por los cambios regulatorios que se prevén en España.
Fue, además, el cuarto mayor mercado de Europa por debajo de Irlanda, Luxemburgo y Suiza y registró la misma cifra que Francia y Alemania juntos. Un mercado sumamente relevante, aunque hay que advertir que estas suscripciones no necesariamente corresponden al dinero que se invierte en España. De hecho, la clave está en la diversificación de las carteras de estas gestoras y de los diferentes países donde sitúan sus apuestas inversoras.
Por otro lado, los datos de inversión conocidos en lo que va del año no son nada alentadores. La inversión extranjera directa (IED) en España se hundió un 74% durante el segundo trimestre tras llegar a los 2.074 millones de euros, la cifra más baja para un trimestre en más de una década. El dato se compara con los 8.111 millones del segundo trimestre de 2022 y se explica por la incertidumbre de los inversores respecto al futuro político de nuestro país en medio de dos elecciones consecutivas.
Hace unas semanas también se conoció que el volumen de operaciones protagonizadas por fondos de capital de riesgo en España cayó un 46% hasta septiembre, hasta los 4.200 millones de euros. Los datos presentados por SpainCap y EY reflejaron que hay muchas operaciones por cerrar, pero también se reconoció que esto no será «un gran año en términos de inversión» y que las cifras se situarán en los niveles de 2020.
Una opinión que coincide con lo que ya ha publicado este diario. Diversas fuentes de fondos de inversión, analistas y expertos en flujos de capital foráneo consultados creen que este año se producirá una caída «histórica» de la inversión, enfriando las expectativas del Gobierno de repetir un desempeño como el del año pasado, cuando se registraron 34.178 millones en términos brutos, el segundo mejor de la serie histórica.
La advertencia es clara y se extiende entre los clientes de buena parte de estos vehículos de inversión. España se convertirá en un país donde invertir será cada vez mas difícil por el caos regulatorio y fiscal, es por ello por lo que recomiendan mover su capital hacia otros mercados con mayores garantías como Portugal o Francia. Fuentes del sector e inversores habituales con los que ha hablado este diario confirman que la sensación es de creciente inseguridad y de que un eventual Gobierno entre PSOE y Sumar no sería una buena noticia.
El año pasado se puso en marcha el impuesto a los beneficios extraordinarios de empresas energéticas, banca y a las grandes fortunas. Gravámenes temporales planificados solo para dos años, según dijo el propio Gobierno. Sin embargo, hace un par de semanas PSOE y Sumar cerraron un acuerdo de investidura en el que se acordaba hacer permanentes estos impuestos, remodelar y mantener el de los grandes patrimonios y poner en marcha «una gran reforma fiscal» en la que «los que más tienen paguen más».
Seguridad jurídica
Esto abre la puerta -dicen las fuentes consultadas- a que en cualquier momento el Gobierno de PSOE y Sumar (con apoyos de partidos independentistas y nacionalistas) decida poner en marcha impuestos a nuevos sectores, como por ejemplo el de la alimentación, la distribución o las infraestructuras. Como ha advertido este diario, los empresarios consideran que la influencia de los socios de coalición podría modificar la política tributaria y regulatoria sin tener en cuenta la pérdida de competitividad ni la estabilidad del tejido productivo.Las patronales empresariales como la CEOE y Cepyme también criticaron estos anuncios, apelando a la falta de seguridad jurídica y a la ausencia del diálogo social en estas decisiones. En esta línea, Repsol dijo en la presentación de sus resultados trimestrales que «la falta de estabilidad en el marco regulatorio y fiscal del país podría condicionar sus futuros proyectos industriales en España». Este diario también publicó que varias empresas industriales pensaban tomar el mismo camino si el futuro Gobierno no cambiaba sus planes.
Por su parte, las gestoras de fondos o inversión (sociedades encargadas de administrar el dinero de terceros) han comenzado a recomendar a sus clientes que modifiquen sus carteras aislando la exposición a inversiones en el mercado español. Su tarea es localizar y elegir los activos financieros que mejor se ajusten a las necesidades de sus clientes y de definir y ejecutar la estrategia de inversión incluyendo activos de diferentes países, por lo que en este caso sugieren cambiar a productos que no se vean afectados por los cambios regulatorios que se prevén en España.
Inversión extranjera
Este diario ya advirtió de que la sensación que hay en el mercado es de caos y de que se vienen «años muy duros» para los empresarios, algo que también es compartido por las gestoras y firmas de análisis. Los datos de Morningstar Direct al 30 de junio de 2023 indican que los fondos de inversión domiciliados en España cerraron el primer semestre con suscripciones netas por valor de 18.154 millones de euros.Fue, además, el cuarto mayor mercado de Europa por debajo de Irlanda, Luxemburgo y Suiza y registró la misma cifra que Francia y Alemania juntos. Un mercado sumamente relevante, aunque hay que advertir que estas suscripciones no necesariamente corresponden al dinero que se invierte en España. De hecho, la clave está en la diversificación de las carteras de estas gestoras y de los diferentes países donde sitúan sus apuestas inversoras.
Por otro lado, los datos de inversión conocidos en lo que va del año no son nada alentadores. La inversión extranjera directa (IED) en España se hundió un 74% durante el segundo trimestre tras llegar a los 2.074 millones de euros, la cifra más baja para un trimestre en más de una década. El dato se compara con los 8.111 millones del segundo trimestre de 2022 y se explica por la incertidumbre de los inversores respecto al futuro político de nuestro país en medio de dos elecciones consecutivas.
Capital de riesgo
En total, en el primer semestre el desplome fue del 26% tras llegar a los 11.996 millones (9.921 millones en el primer trimestre y 2.074 millones en el segundo trimestre), frente a los 16.352 millones del primer semestre de 2022 (8.240 millones en el primer trimestre y 8.111 millones en el segundo trimestre), comenzando a dibujar una peligrosa tendencia: de los últimos seis trimestres solo entre octubre y diciembre del año pasado se registraron mejores datos de inversión que en los tres meses anteriores.Hace unas semanas también se conoció que el volumen de operaciones protagonizadas por fondos de capital de riesgo en España cayó un 46% hasta septiembre, hasta los 4.200 millones de euros. Los datos presentados por SpainCap y EY reflejaron que hay muchas operaciones por cerrar, pero también se reconoció que esto no será «un gran año en términos de inversión» y que las cifras se situarán en los niveles de 2020.
Una opinión que coincide con lo que ya ha publicado este diario. Diversas fuentes de fondos de inversión, analistas y expertos en flujos de capital foráneo consultados creen que este año se producirá una caída «histórica» de la inversión, enfriando las expectativas del Gobierno de repetir un desempeño como el del año pasado, cuando se registraron 34.178 millones en términos brutos, el segundo mejor de la serie histórica.
Las gestoras aconsejan sacar las inversiones fuera de España ante el caos regulatorio y fiscal
Gestoras y asesores de grandes fondos han comenzado a aconsejar a sus clientes que busquen opciones a su inversión fuera del territorio español.
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