
Sudesh Amman. Así es como se llamaba el terrorista de origen islámico que intentó acabar con la vida de tres británicos, a los que apuñaló. La Policía acabó con la suya abatiéndolo con disparos. Un día después vamos conociendo detalles del yihadista. Estaba cumpliendo condena en la cárcel, precisamente, por un asunto relacionado con el terrorismo. Había salido gracias a un permiso penitenciario después de haber cumplido media condena.
Cuando sus móviles y su ordenador fueron registrados por la Policía, ésta encontró que Amman se había descargado material sobre la fabricación de explosivos y la realización de ataques terroristas. Además, también discutía con su familia y su novia sobre la intención de llevar a cabo un ataque con cuchillos. A la novia además la intentó convencer de degollar a sus padres. Unas intenciones que la novia, de nacionalidad británica, nunca comunicó a las autoridades, incluso sabiendo de la peligrosidad del individuo.
Es por ello que la opinión pública británica (y europea) piensa que hacen falta medidas penitenciarias más duras. Gente así no consigue la reinserción, pues su único interés al salir es volver a provocar dolor. Hacen falta condenas de cadena perpetua. O cerrar fronteras, directamente.

El terrorista abatido de Londres: Recién salido de la cárcel por yihadismo y con novia inglesa a la que intentaba convencer para decapitar a sus padres
El atentado terrorista de Londres se podría haber evitado con un sistema penitenciario más duro y si la novia no hubiera callado
