En el programa de hoy os hablo de una cuestión que es tabú en nuestra sociedad. ¿Quién de nosotros no conoce un caso de suicidio? Es una de las zonas mas oscuras de nuestra sociedad, un problema que se puede considerar una epidemia y que deja un enorme vacío en el entorno de la persona que decide de forma voluntaria quitarse la vida. ¿Como identificar una actitud suicida? Espero que este episodio de Misterios Universales os guste.
 


Las tasas de mortalidad por suicidio son escalofriantes....
¿Qué razones puede haber para que personas de todo el mundo, de todas las edades y circunstancias económicas y sociales, pierdan el interés por mantenerse vivos? ¿ Cómo es posible que un niño o adolescente prefiera morir a seguir viviendo?

Suicidios por desahucio.
Suicidios de niños.
Suicidios forzados.
Suicidios por amor.
Suicidios honorables.
Suicidios por desesperación.
 


En esta ocasión, nuestros midnighters favoritos nos han preparado un podcast mortal de necesidad. En la festividad del día de difuntos, Patricia, Fernando, Jose y Héctor nos hablarán de la muerte, de ese gran evento al que todos asistiremos antes o después, y que tiene diferentes vertientes. Hablaremos de la muerte física, de la espiritual y de como se ha visto este tránsito en las diferentes culturas del mundo.

A continuación, el Inmortal nos hablará del suicidio, uno de los mayores tabúes de nuestra cultura. Veremos cual ha sido el tratamiento de este fenómeno a lo largo de la Historia y como la visión que hemos tenido de los suicidas ha dependido mucho del paradigma filosófico y religioso de cada época. Para terminar Patry y el inmortal nos hablarán de suicidas famosos y de suicidios colectivos en la parte del podcast que no debería ser escuchado por personas especialmente sensibles.
 

Suicidios provocados por el sistema​

¿Cuánta gente se suicida y sólo es un número, una estadística que rara vez aparece en los telediarios?

¿Cuántos suicidios se producen por malas separaciones, por una ley injusta que olvida que los hombres también aman a sus hijos? ¿Cuántos españoles se quitan la vida después de haber agotado todos los recursos, esperando que el Estado le ofrezca una ayuda que sólo dispone para los extranjeros?

Este es el canal de Francisco, un hombre desesperado, un español a quien esta porquería de Régimen del 78 abandona a su suerte tras haber contribuido con sus impuestos, durante mucho tiempo a mantener el sistema.

¿Le importa a alguien si tiene familia o no, qué sentimientos pasan por su cabeza?

Si eres español, tienes más de 50 años y lo pierdes todo, el sistema sólo te ofrece un albergue: el cementerio.

Impresionante los dos vídeos vistos en este Canal de Youtube.

Incluso YouTube advierte que el contenido del vídeo puede ser molesto. Sí, es cierto... molesto pero ¿para quién?





 


El suicidio es la primera causa de muerte no natural en España. Provoca más fallecimientos que los accidentes de tráfico, pero nadie habla de ello, sigue siendo un tema tabú. La sensación de desamparo y la falta de apoyo acompañan a cada persona afectada por la conducta suicida. Ya sea el que tiene ideas suicidas, quien intenta quitarse la vida o el familiar del que se mata, la vergüenza y la culpa son un freno que sienten a la hora de pedir ayuda. El suicidio está muy mal visto en nuestra sociedad, se silencia, se oculta, se le teme en la mayoría de los casos. Existe un gran manto de silencio detrás del suicidio, como lo hay con la eutanasia, nadie, excepto los expertos y afectados, quieren abordar el tema como se merece; con comprensión, naturalidad, y un buen grado de humanidad. Quitarse la vida es una opción, como lo es querer vivir. Nadie debería tener derecho a opinar al contrario.
 

Suicidio y COVID: la primera causa de muerte y la más silenciada​

Sobre el suicidio se habla poco o nada y es la primera causa de muerte no natural, llegando a duplicar incluso a las víctimas por accidentes de tráfico, por ejemplo. Se ha hecho una estimación (en 2018) de las personas que se suicidan cada día en nuestro país y de las personas que lo intentan, y la cifra es asombrosa: más de 200 cada día.

A partir del estado de alarma, del confinamiento, los problemas psicológicos y psiquiátricos que ya había han empeorado y otras personas sin antecedentes han comenzado con sintomatología depresiva y ansiosa, sobre todo. De hecho, la venta y consumo de fármacos antidepresivos y ansiolíticos ha aumentado en más de un 10 % desde hace unos meses. A día de hoy, la evolución de esta situación, sin cifras de estudios pero sí por lógica y por mi consulta, ha aumentado bastante. Si ya ha sido duro estar encerrados, y ahora con limitaciones en la libertad, con miedo a un posible contagio real (no hablamos de hipocondría ni de TOC, que por supuesto también han empeorado), se suman las muertes de personas cercanas y familiares sin la posibilidad de hacer un duelo por todas las prohibiciones que ha conllevado esta pandemia y, además, por la rapidez de los fallecimientos, en días incluso desde el diagnóstico.

La otra tragedia la vemos en los suicidios, cuando los que quedan sienten “la injusticia”, la impotencia y el sentimiento de culpa por “no haberlo visto”, por no haber interferido a tiempo, por quitarle importancia a comentarios previos de la persona que termina con su vida... Cuando no hay una enfermedad física que desde fuera pueda entenderse como posible causa de la muerte, asimilar una pérdida es aún más difícil y dolorosa.

Cuánta angustia (muchas veces ocultada o relativizada) pasa esa persona, cuántas lágrimas, cuánto dolor y, sobre todo, IMPOTENCIA sienten antes de decidir que desaparecer es lo mejor para ellos y para los demás. No es una decisión egoísta como pueda tildarse desde fuera, es la única salida que sólo ven ellos como para decidir quitarse la vida. ¿Eso es egoísmo? Es imposible pensar en los demás, en la forma en la que casi todo el mundo lo entiende, cuando incluso tú te estás viendo una carga para los demás, como un problema... Pensando precisamente en los demás no quieren seguir viviendo.

Voy a excluir a las personas con psicosis, como esquizofrenia, por ejemplo, durante un brote psicótico, en las que las causas de suicidio son distintas al resto, justificadas por alucinaciones, pensamientos y vivencias totalmente ajenas a la realidad pero que también sufren, por supuesto, al sentirse ahí atrapados y con el mismo final de poner término a su vida. También estaría el trastorno bipolar y demás diagnósticos psiquiátricos y con base genética de antecedentes de suicidio, por ejemplo. A lo que me refiero básicamente es a que este tipo de pacientes necesitan sí o sí medicación desde el principio, para poder estar “controlados”.

El resto son los que en un momento determinado de su vida, como ahora con el COVID, cuando aparecen problemas económicos, problemas de salud, problemas de pareja, con los hijos, pérdida de seres queridos, sienten que no pueden hacer frente a eso que no tiene aparente solución por su parte, sienten la indefensión y la responsabilidad dependiente de ellos de resolver, de proteger. Se sienten a veces un fraude para la sociedad y para su familia; son personas muy protectoras, personas muy sensibles, en ocasiones personas dependientes que pierden “su referencia de apoyo”, personas que temen exteriorizar eso que les está pasando y sintiendo por miedo a ser juzgados, miedo a parecer débiles, no creídos, miedo a perder su estatus tanto social como psicológico. Miedos, miedos, miedos... que dan por hecho que no tienen solución y que, además, pueden resultar prejudiciales para quienes les importan y de quienes se sienten muchas veces responsables. Actitud egoísta, no.

Por favor, es importantísimo hablar, expresar lo que sentimos aunque sea en un mínimo porcentaje. Hablar con quien sintamos que nos va a escuchar. Ya el simple hecho de exteriorizar siempre nos hace sentir mejor. POR FAVOR, buscad a quien sabemos que va a escucharnos para poder decir que nos sentimos mal: el médico de cabecera, un cura (aunque no seamos creyente), una llamada a un psicólogo comentándole el motivo de tu búsqueda de ayuda, porque en ese primer contacto, los psicólogos somos capaces de “ver” el grado de angustia de esa persona, si es que es el propio psicólogo quien te coge el teléfono. Llamar, llamar... Al teléfono de la esperanza, al 112, a la Guardia Civil... Eso te mantiene en el anonimato si es lo que te preocupa, pero antes de decidir nada, que sabes que NADA RESUELVE, por favor da la oportunidad a alguien de ayudarte, date la oportunidad de que alguien pueda hacerte seguir disfrutando de tu vida, de tus hijas, de tus amigos, de lo que te rodea... porque eso ES POSIBLE.

Por favor danos a los psicólogos la oportunidad de darte otros puntos de vista sobre el problema, que tú ahora no eres capaz de ver, y danos hasta la oportunidad no solo psicológica sino también en forma de acciones de poder salir de esto contigo. Siempre, siempre, hay alguna solución, algún modo de salir y resolver. Que no sea tu depresión y tu ánimo el que decida dejar a los demás sin ti y a ti sin ti. Hay mil formas que tú no contemplas. Da la oportunidad exteriorizar, solamente a quien sepas que no te va a juzgar.

¿Y qué actitud deben tener las personas que rodean a estas personas? NUNCA quitarle importancia, no juzgar, no expresar “va, tonterías”, “todos tenemos problemas”, “qué cosas dices…”. Es un error pensar que quien manifiesta una angustia vital e incluso la posibilidad del suicidio no va a suicidarse. Es cierto que hay muchas conductas de llamada de atención, pero mejor que eso lo decida un profesional.

Podemos ver que buscan en Internet formas de suicidarse y algo curioso que ocurre en quienes tienen ya decidido quitarse la vida es que en su conducta aparece de pronto una mejoría que a quienes le rodean les puede hacer pensara que está mucho mejor. Y no, casi siempre suele significar liberación al tener definitivamente tomada la decisión de no seguir viviendo.

 

España afronta su máximo histórico de suicidios con los centros de salud mental saturados​

España vive la mayor cifra de suicidios de su historia. 2020 fue un año trágico y no solo por el coronavirus. Casi 4.000 personas decidieron quitarse la vida, el peor dato desde que se tienen registros. Aumentaron las muertes en mujeres, que por primera vez superaron los mil casos anuales y también las de personas muy mayores que crecieron un 20%. «Nunca se habían registrado tampoco 14 suicidios de niños menores de 15 años (el doble que en 2019)», recuerda Andoni Andoni Anseán, presidente de la Fundación para la Prevención del Suicidio.

El suicidio de la actriz Verónica Forqué no forma aún parte de esta estadística, pero su caso ha vuelto a poner el foco en un problema del que la sociedad española parecía ajena...

 

Cuatro adolescentes tratan de quitarse la vida con pocas horas de diferencia en Palma​

Momentos de inquietud y preocupación policial ante la entrada de cuatro casos de intento de suicidio de forma simultánea con escolares como protagonistas. El pasado lunes, con una diferencia de tres o cuatro horas, la central del 091 fue alertada de cuatro episodios de intento de suicidio en colegios, institutos y un piso de Palma. El primero de ellos se produjo en un colegio de la capital balear  cuando agentes de la Policía Nacional lograron salvar la vida de un menor, de tan solo 14 años, que se había encaramado en la cornisa.

Ese mismo día, en otro colegio de Palma, una niña se encerró en el baño y con la cuchilla del sacapuntas se hizo cortes en las venas. Afortunadamente, la rápida intervención de compañeros y profesores evitaron males mayores. La secuencia dramáticas siguió con otro incidente en un instituto céntrico donde un adolescente, por causas que se desconocen y que están siendo investigadas, ingirió una gran cantidad de medicamentos. Finalmente, en un domicilio, una discusión familiar ocasionó que un cuarto estudiante se tratara de quitar la vida. En este caso, no ha trascendido el método utilizado.

En todos estos episodios de intento de suicidio de adolescentes en Palma la actuación de los agentes de la Policía Nacional resultó determinante para evitar que se produjera una tragedia. Los casos no están relacionados entre ellos y los chicos fueron atendidos en el ala de psiquiatría del Hospital Universitari Son Espases.

 

Cada dos horas y media se suicida una persona en España​

Cada dos horas y media se suicida una persona en España, diez al día: los muertos por suicidio duplican a los de accidentes de tráfico, superan en once veces a los homicidios y en ochenta a los de violencia de género.

Son algunas de las cifras que, con motivo del Día Mundial para la Prevención del Suicidio, que se conmemora el 10 de septiembre, tratan de visibilizar los expertos que, un año más, exigen que el Ministerio de Sanidad, que dirige María Luisa Carcedo, impulse el Plan Nacional de Prevención del Suicidio al que se comprometió cuando llegó al cargo, al igual que su antecesora, Carmen Montón.

Los expertos del Teléfono de la Esperanza recuerdan que la literatura científica especializada relaciona la vulnerabilidad de las personas con determinadas enfermedades mentales, pero que los datos estadísticos de adolescentes y jóvenes muestran que, en la mayoría de los casos, el deseo de morir surge como respuesta a una crisis vital, sin que haya un trastorno identificado de base.

Y que en el conjunto de la población, muchas personas pierden las ganas y el sentido de la vida cuando deben enfrentarse a una situación de dolor emocional intenso, vivido como intolerable y aparentemente interminable.

Para constatar la necesidad y la urgencia de activar un Plan de Prevención del Suicidio, los expertos recuerdan algunas de las cifras que avalan estas consideraciones.

Hablar del suicidio no lo fomenta, ayuda a prevenir​

Hablar del suicidio no solo no lo fomenta sino que puede ayudar a prevenirlo, pues permite a la persona que sufre liberar su angustia y le hace expresar aquello que le preocupa, y esto ayuda la mayoría de las veces a vencer el deseo suicida.

Así lo asegura el psicólogo clínico y emergencista Mariano Navarro Serer en una entrevista con la agencia EFE. Él asegura que este tipo de muertes se pueden prevenir, pero que para ello es necesario que este asunto deje de ser un tabú en la sociedad, que se hable de él y aumenten los recursos profesionales en la sanidad pública; de lo contrario, lamenta, "poco se puede hacer".

"Si el sistema sanitario estuviera dotado de más profesionales de la psicología, que empezaran a funcionar desde la misma atención primaria y pudieran atender las necesidades inmediatas de aquellos que por primera vez buscan ayuda, bajaría con total seguridad el número de suicidios", defiende Navarro.

Navarro también niega que hablar del suicidio lo fomente, más bien al contrario: defiende que hablar de él puede prevenir muchas muertes, pues permite ofrecer a la persona que sufre en soledad una vía para liberar su angustia.

"No hay que tener miedo" a hablar de esto, insiste este profesional, especialista en duelo, pérdidas e intervención psicológica en catástrofes y emergencias, que participó en el operativo durante los atentados del 11-M de 2004 en Madrid y asistió a las víctimas del accidente de metro de Valencia de 2006.

Ocultar el problema y no hablar de él hace que la persona que piensa en quitarse la vida sienta que "no tiene permiso para poder hablar de aquello que le preocupa, enquistado un sufrimiento que crece en el interior de quien lo experimenta sin que existan recursos suficientes que le ayuden a elaborarlo".

En su opinión hay que trabajar a tres niveles: la prevención (o lo que es lo mismo, hablar del tema); la intervención, donde juegan un papel clave los psicólogos emergencistas, y la postvención, el seguimiento que se hace a los pacientes y, en el peor de los casos, a los familiares del suicida en su proceso de duelo.

Y también rechaza otros "mitos" de la sociedad en torno al suicidio, como que solo lo protagonizan los enfermos mentales, que quien habla del suicidio no lo lleva a cabo, que la conducta suicida se hereda o que la mayoría de los suicidas no avisa.

Datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS)​

Las cifras del organismo internacional constatan que son cerca de 800.000 personas las que se suicidan cada año en el mundo. Además, indica que, por cada suicidio, hay muchas más tentativas de suicidio. Un intento de suicidio no consumado es el factor individual de riesgo más importante.

El suicidio aparece como la segunda causa principal de defunción en el grupo de 15 a 29 años. Por otra parte, se registra que el 79 % de los suicidios se produce en países de ingresos bajos y medianos.

La ingestión de plaguicidas, el ahorcamiento y las armas de fuego son algunos de los métodos más comunes de suicidio.

Datos del Instituto de Estadística​

Los datos del Instituto de Estadística revelan que en España se producen 10 suicidios al día, es decir, que se registra un suicidio cada 2,5 horas. Tres de cada cuatro suicidios los cometen los varones.

En España, fallecen por cada suicidio el doble de personas que por accidentes de tráfico, 11 veces más que por homicidios y 80 veces más que por violencia de género.

Los expertos calculan que más de 8.000 personas intentan quitarse la vida cada año y como consecuencia de ello sufren secuelas psíquicas y físicas. Por eso se los considera como población del alto riesgo.

Además, se ha observado que el mayor número de suicidios (40 %) se producen entre los 40 y los 59 años. Casi 1.000 suicidios se producen entre mayores de 70 años. El riesgo de suicidio aumenta con la edad. La mayor tasa se da en varones de más de 79 años. Sin embargo, en edades tempranas el riesgo de suicidio está en aumento.

El ahorcamiento es el método utilizado en casi la mitad de los suicidios. El 52 % de los hombres que se quitan la vida recurren a este método. Por otro lado, las mujeres utilizan como método más frecuente saltar desde un lugar elevado (40%). Las mujeres lo intentan tres veces más que los hombres, pero los hombres lo consuman tres veces más que las mujeres.

Reivindicaciones de los expertos​

Ante estas cifras, los expertos proponen varias medidas tendentes a frenar este grave problema de salud. En primer lugar, el diseño e implementación de un Plan Nacional de Prevención del Suicidio que genere un marco para la creación de planes autonómicos y dotación presupuestaria para su ejecución.

Además, señalan la importancia de asumir los compromisos de la OMS: “En el Plan de acción sobre salud mental 2013-2020, los Estados Miembros de la OMS se comprometieron a trabajar para alcanzar la meta mundial de reducir las tasas nacionales de suicidios en un 10 % para 2020” y “de aquí a 2030, reducir en un tercio la mortalidad prematura por enfermedades no transmisibles mediante su prevención y tratamiento, y promover la salud mental y el bienestar”.

Por otra parte, insisten en la necesidad de que haya una mejora de la Atención Primaria de salud para detectar a personas en riesgo y de incrementar la calidad de los servicios de Salud Mental, hoy colapsados y con escasos recursos, e implementar campañas que aminoren el estigma social que acompaña a la enfermedad mental.

Asimismo, señalan como fundamental la creación de un plan de formación para sanitarios, profesionales de la enseñanza trabajadores sociales, personal de los servicios de emergencia y de los cuerpos de seguridad, y trabajadores en el ámbito de tercera edad incorporando la prevención del suicidio a los planes curriculares.

A su vez, indican como aspectos claves que haya una mejora en los estudios estadísticos del INE, que exista un apoyo y atención a las organizaciones dedicadas a la prevención y a aquellas que aglutinan a los afectados y sus familias, y también un compromiso de los medios de comunicación para ofrecer, de manera veraz y preventiva, información que dé visibilidad al problema y a las estrategias preventivas.

Por último, recomiendan la implementación de un plan de actuación en la redes sociales para la detección temprana de riesgo de los más jóvenes y también planes específicos de prevención para los Cuerpos de Seguridad del Estado.

El Teléfono de la Esperanza ha puesto en marcha la campaña “Yo también soy vulnerable”, con la que pretende despojar al suicidio del estigma que lo rodea y destacar la importancia de que las personas se reconozcan vulnerables como paso previo para pedir ayuda y para recibirla.

 
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Uno de cada 10 estudiantes de entre 12 y 19 años ha intentado suicidarse​

Nuevos datos sobre la precaria salud mental de los niños y adolescentes españoles tras la pandemia. En esta ocasión del estudio PsiCE, la mayor investigación hasta la fecha en el contexto educativo a nivel nacional e internacional, que ha comenzado a evaluar a más de 14.000 alumnos de ESO, Bachillerato y Formación Profesional, para hacer un retrato de su bienestar emocional. Con porcentajes a los que ha tenido acceso EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, a través del Consejo General de la Psicología (COP), una primera muestra de la encuesta concluye que un 15,6% de esos escolares ha pensado en quitarse la vida y, un 9,3%, ha intentado suicidarse.

El estudio PsiCE (Psicología en Contextos Educativos) arrancó el pasado marzo y recoge información sobre problemas emocionales y comportamentales, depresión, ansiedad, afecto positivo y negativo, suicidio, bienestar emocional, autoestima, comportamiento prosocial, consumo de sustancias, regulación emocional, rendimiento académico...de los estudiantes españoles.

En la evaluación, que impulsa la Fundación Española para la Promoción y el Desarrollo de la Psicología Científica y Profesional, en colaboración con el Consejo General de Psicología y las comunidades autónomas, participan más de 14.000 alumnos de Andalucía, Galicia, Aragón, Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana, Madrid, Asturias, Murcia, La Rioja o Santa Cruz de Tenerife.

Un 24,4 % de los estudiantes encuestados admite haber ido al psicólogo alguna vez.

Los profesionales ya tienen unas primeras conclusiones que escuecen tal y como vienen advirtiendo los expertos desde que estalló la pandemia. Así lo explica Pilar Calvo, coordinadora del estudio, decana del Colegio Oficial de Psicología de la Rioja y responsable de Psicología Educativa del órgano colegial. A punto de finalizar la primera parte del estudio en seis comunidades -con una muestra aleatorizada actual de 6.046 alumnos de 12 a 19 años, un 46,4, varones y un 53,3% mujeres- la investigación que Calvo avanza para este diario indica, por ejemplo, que un 24,4% de los estudiantes admite haber ido al psicólogo alguna vez.

DESÁNIMO Y DEPRESIÓN​

En cuanto a los sentimientos de desánimo y depresión, un 44% el total admite tenerlos y, que los padezcan a diario, un 9,8 responde de la misma manera. A la pregunta de si han tenido la idea de quitarse la vida, un 15,6% responde que sí. Y cuando se les cuestiona si han tratado de suicidarse, un 9,3 responde también de forma afirmativa. Datos relevantes, explica Pilar Calvo, que se completan con otros igual de inquietantes: un 11,4% de los alumnos están ansiosos o alterados a diario y más de la mitad de los días, un 19,5% muestra ese desasosiego.

A la pregunta de si no han podido dejar de preocuparse a diario, un 14,4 responde que así es y un 20,3% que más de la mitad de los días están angustiados.

A la pregunta de si no han podido dejar de preocuparse a diario, un 14,4 responde que así es y un 20,3% que más de la mitad de los días están angustiados. "Con una preocupación excesiva casi todos los días nos encontramos a un 15% del alumnado y más de la mitad de los días, un 22,3. Sobre estar enfadado o irritado todos los días un 17,6%". Así lo desgrana la psicóloga Pilar Calvo en un primer avance del estudio que ha coordinado y que, explica, doblará la muestra y finalizará en unos meses.

Los psicólogos piden una intervención temprana para que esos trastornos no deriven en problemas crónicos de salud mental.

Por no ofrecer sólo datos dramáticos, Calvo aporta otros porcentajes, en este caso en torno a satisfacción con la vida: con una puntuación de 8, hasta un 21,4% de los alumnos dicen estarlo. Sin embargo, incide, las conclusiones anteriores son las que les preocupan y es por eso por lo que piden una intervención temprana para que esos trastornos no deriven en problemas crónicos de salud mental.

PLAN DE SALUD MENTAL​

El pasado abril, la ministra de Educación y Formación Profesional, Pilar Alegría, avanzaba la creación de un Plan de Salud Mental, dotado con 5 millones de euros, que se llevará a cabo en colaboración con las comunidades autónomas. Enmarcado dentro del Plan de Acción 2021-2024 Salud Mental y COVID-19 -presentado por el Gobierno el pasado mes de octubre-, la hoja de ruta dará especial importancia a la formación del profesorado, proporcionándoles herramientas que les ayuden a identificar y actuar ante situaciones cada vez más comunes entre los alumnos tras una larga pandemia que ha dejado seriamente dañada su salud mental.

Con los porcentajes del estudio PsiCE, Calvo alude a esa estrategia del Gobierno para abordar el preocupante aumento de los trastornos mentales y de la conducta en los alumnos tras la crisis sanitaria. Un plan que no acaba de convencer a la comunidad escolar. Las medidas anunciadas por las distintas administraciones, son insuficientes, "por su infrafinanciación y su diseño inadecuado" para el COP y varias organizaciones de profesores, familias, estudiantes y sindicatos del ámbito educativo.

LA FIGURA DEL PSICÓLOGO EDUCATIVO​

La responsable de la división educativa del COP explica que, desde la organización colegial -y ya antes de la pandemia- siempre han defendido instaurar la figura de los psicólogos educativos en los centros escolares para trabajar en la prevención y detección temprana. "¿Qué ha ocurrido?. Que con la pandemia toda esta problemática se ha disparado más. Además, desde 2020 la sociedad está reclamando que haya una atención a los trastornos que padecen la infancia y la adolescencia", apunta.

Calvo alude a otros datos estremecedores como los recientemente presentados por la Fundación ANAR correspondientes a su Informe Anual Teléfono/Chat ANAR 2021 y que retratan con extrema crudeza, más allá de las estadísticas, los graves problemas que aquejan a muchos niños, niñas y adolescentes españoles. Una cifra sobresale por el dolor extremo que entraña: en 2021, la entidad trató a 4.542 menores por ideación o intento suicida o autolesiones. Cifras espeluznantes que hablan, también, de violencia de género, maltrato físico y psicológico, abusos sexuales, acoso escolar...que se traducen en trastornos de alimentación, duelo, adicciones, depresión, baja autoestima, ansiedad...

ORIENTACIÓN EDUCATIVA​

Dentro de la orientación educativa, explica Calvo, hay psicólogos, pero también pedagogos y psicopedagogos. El peso de la atención psicológica no puede recaer en los profesores, advierte. "Tal y como está regulada formalmente, la orientación educativa no indica que se intervenga en estos problemas. En centros, tanto concertados como públicos, hay psicólogos, sí, pero necesitamos profesionales formados en problemas graves, como autolesiones o intentos de suicidio. La clave fundamental de la psicología educativa es trabajar en el contexto y con quienes intervienen en ese contexto. Es importante la coordinación con tutor, profesores, familias, compañeros...", apunta.

"La orientación educativa es muy importante y está contribuyendo a solucionar muchas cuestiones, pero lo que queremos transmitir es que la complejidad de los problemas hacen que sea necesario contar en el sistema educativo con profesionales expertos (psicólogos) que permita evaluar con precisión, detectar e intervenir lo antes posible. La orientación está bien, pero no cubre toda la problemática", insiste Pilar Calvo.

El COP pide la figura del psicólogo educativo hasta alcanzar una ratio de un especialista por cada 500 alumnos.

El COP reclama la existencia de esa figura del psicólogo educativo hasta alcanzar una ratio de un especialista por cada 500 alumnos. Consideran que las administraciones deben incorporar progresivamente a estos profesionales a las plantillas de los centros educativos, donde sus programaciones deben reservar tiempos y espacios adecuados para el desarrollo de esos programas de evaluación e intervención, dirigidos a mejorar las competencias emocionales y el bienestar del profesorado, alumnado y familias.

ESCASA FINANCIACIÓN​

Además, desde la organización colegial critican que la financiación de 5 millones de euros prevista por el Ejecutivo es insuficiente. Pilar Calvo detalla que se traduciría en una inversión de apenas 14 céntimos por alumno. Ante esto, el Consejo General de la Psicología (COP) y varias organizaciones de profesores, familias, estudiantes y sindicatos del ámbito educativo -CANAE (Confederación Estatal de Asociaciones de Estudiantes) CEAPA (Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnado), el sindicato STEs, el Sindicato de Estudiantes o CONCAPA (Confederación Católica Nacional de Padres de Familia y Padres de Alumnos) han dado a conocer esta misma semana un manifiesto para mejorar el bienestar de la comunidad educativa.

No saturar los centros; cubrir "eficaz y rápidamente" las bajas laborales de los docentes o reducir las ratios de alumnado, son algunas de las propuestas.

En el documento suscrito de forma conjunta, indican que el Consejo Escolar del Estado es conocedor de esta situación y ha planteado que las administraciones deben atender los problemas relacionados con la salud mental. Pero, matizan los firmantes, es preciso que existan unas condiciones más saludables en los centros educativos: no saturarlos con excesos de grupos de alumnado; cubrir "eficaz y rápidamente" las bajas laborales de los docentes o reducir las ratios por docente, incrementando el número de profesores contratados.

 

Sigue aumentando el número de suicidios en España​

No es algo nuevo para nadie que la clase política, sobre todo la que padecemos en España, se inventa problemas inexistentes para solucionarlos, mientras pasa por alto los graves problemas reales de los que, normalmente, son los grandes responsables.

Y con lo que está sucediendo en los últimos años en España, ya podemos concluir que buena parte de la culpa de que la gente se suicide la tienen los políticos debido a sus decisiones. Para darnos cuenta de ese hecho, tan solo basta comprobar qué es lo que está ocurriendo con los suicidios en estos tres años de locura absoluta y dictatorial.

España sigue sumando cifras récord de sufrimiento extremo: 4.003 personas se quitaron la vida en el año 2021, un 1,6% más que en 2020, según los datos difundidos hoy por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Nunca antes se había superado la barrera de los 4.000 fallecimientos.

El año pasado 2.982 hombres y 1.021 mujeres se suicidaron ( segundo año consecutivo que se supera el millar de muertes entre ellas). Es la primera causa de muerte externa en España, una muerte que en la inmensa mayoría de los casos es prevenible con ayuda.

Y siendo eso malo, lo peor es que las previsiones para cuando acabe este año 2022 son aún peores puesto que se espera que el número de suicidios siga aumentando. Y es que, en el primer semestre del año, se han suicidado 2.015 personas, un 5,1% más que en el mismo periodo del año anterior.

¿Han escuchado ustedes a algún miembro del gobierno tomarse en serio estas cifras? ¿Han escuchado a alguno de esos miserables, excepto si están haciendo el paripé de vez en cuando, preocuparse de solucionar un asunto tan dramático como este? No, ¿verdad? Porque no les interesa. Una buena parte de culpa de lo que está sucediendo la tienen ellos debido a las decisiones que toman.

 
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Cobran 211 euros a una mujer por «rescate de persona» tras un intento de suicidio donde ni siquiera fue la suicida quien avisó a servicios de emergencia.

Las políticas de prevención del suicidio eran esto, mientras nos saquean más de 550 millones de euros en el Ministerio de Igualdad.

Nota: La Administración afirma que es “un precedente” y que cambiarán la normativa en el futuro.