El Congreso tumba de nuevo la investidura de Pedro Sánchez como presidente con la abstención de Podemos

El pleno del Congreso ha vuelto a rechazar este jueves la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno ya que ha conseguido 124 votos a favor frente a 155 en contra y 67 abstenciones. Todos los diputados de Unidos Podemos, incluida Irene Montero, que votaba de forma telemática una hora antes, se han abstenido.

Así, los 42 diputados del grupo confederal de Unidas Podemos, que integran Podemos, Izquierda Unida, En Comú Podem y Galicia En Común, se han abstenido, al igual que ya hicieran el pasado martes. Se han mantenido en la abstención después de haber lanzado in extremis Pablo Iglesias desde la tribuna una oferta que no ha aceptado el grupo socialista.

También se han abstenido Esquerra Republicana (ERC), que ha variado su ‘no’ del pasado martes, el Partido Nacionalista Vasco (PNV), EH Bildu y Compromís. En total, las abstenciones suman 67 diputados.

Iglesias ofrece a Sánchez su apoyo si le cede políticas activas de empleo

Por su lado, el PP, Ciudadanos, Vox, Junts, Unión del Pueblo Navarro (UPN) y Coalición Canaria (CC) han cumplido el guión reiterando su rechazo a la investidura, lo que aglutina 155 votos contrarios.

Así las cosas, el aspirante socialista a La Moncloa no ha conseguido reunir más votos a favor que en contra -han sido 124 síes frente a 155 noes-, requisito indispensable para salir investido presidente del Gobierno en la segunda vuelta.

Tal y como ha explicado la presidenta de la Cámara, Meritxell Batet, este mismo jueves comunicará al Rey que no hay candidato a la Presidencia del Gobierno por no haber recabado el apoyo de la mayoría de diputados, y por ello, se activará un plazo de dos meses para que se produzcan nuevos intentos.
Si ningún candidato vuelve a intentarlo en los dos meses que empezaron a contarse desde el pasado día 23, se convocarán elecciones y serán el 10 de noviembre.

Rufián a Sánchez e Iglesias: «Se van a arrepentir de lo de hoy»

Las primeras reacciones a la investidura fallida auguran que habrá cita electoral en el otoño. La portavoz de Ciudadanos, Inés Arrimadas, ha asegurado que no hay ninguna opción para que su formación cambie el sentido del voto en septiembre, si hay una nueva sesión de investidura, y ha dicho que lo visto estos días les refuerza en su veto: «No en nuestro nombre ni con nuestros 4,2 millones de votos».

El secretario general del grupo socialista en el Congreso, Rafael Simancas, ha eludido concretar si Pedro Sánchez volverá a intentar la investidura y ha recordado que en septiembre habrá «otros problemas», en referencia a la sentencia del procés.

En declaraciones a los medios tras rechazar el pleno del Congreso la investidura de Pedro Sánchez, Simancas ha culpado de la investidura fallida a la «ambición desmedida» de Unidas Podemos y a la «irresponsabilidad» de la derecha que ha abocado al país a una situación «muy grave de bloqueo».

 
Tienen miedo a perder votantes, los votantes que ganaron llamando populistas a los de Podemos

Al final tendrán que ceder y a ver que cara ponen cuando les saquen estos vídeos

Y Podemos otro tanto, vaya vendidos chaqueteros, entre ellos se lo montan

 
Sánchez avisa de que "no tira la toalla" tras fracasar en su investidura

Pedro Sánchez sigue haciendo historia. Este jueves, cosechando en el Congreso 124 votos a favor, 67 abstenciones y 155 votos en contra, se convirtió en el primer aspirante a una investidura que fracasa dos veces. Sánchez tiene en su palmarés ser el primer líder que llegó al poder a través de una moción de censura. Estrenó también la lista de candidatos que reclamaron la confianza de la Cámara –fue en el 2016, sin éxito- pese a no ser el ganador de unas generales. Puede presumir desde ahora de haber sido pionero en intentar un Gobierno de coalición, aunque la experiencia piloto haya sido un fracaso y además, visto lo visto en el hemiciclo, haya saltado por los aires la relación con Unidas Podemos. En todo caso, no tira la toalla, avisó anoche, y plantea una nueva estrategia de negociación que amplía el foco a los principales partidos para intentar otra votación antes del 23 de septiembre, evitando elecciones.

Como ya adelantó EL PERIÓDICO, Sánchez siempre tuvo en sus carpetas de trabajo un 'plan b' por si la jugada presidencial no le salía en julio: triplicar la presión para que PP y Cs se sumen a la lista de grupos que ya se han abstenido y, en agosto o septiembre, tratar de desbloquear la situación con una abstención general que incluya a Podemos. Esto es, una abstención global de casi toda la Cámara cuyo objetivo oficial no sea hacer presidente a un socialista, según su tesis, sino evitar un adelanto electoral favoreciendo que gobierne la fuerza más votada el 28-A. Con este argumento el jefe del PSOE anuncia que convocará a reuniones a populares, naranjas y morados. Tanto Pablo Casado como Albert Rivera han advertido de que no están por un cambio de posición.

Sin embargo, el Sánchez que lleva dos negativas a su investidura a las espaldas no parece favorable a tender la mano solo a Iglesias. La negociación exclusiva se acabó. Y eso, a pesar de que un buen puñado de políticos –Gabriel Rufián, de ERC; Aitor Esteban del PNV; Joan Baldoví, de Compromís, y Alberto Garzón, de IU, entre otros- se ofrecen a mediar entre las dos fuerzas progresistas para retomar la vía de la coalición. Abogan de hecho por sentarse ya en agosto con este fin. A tenor de lo dicho por Sánchez este jueves en Telecinco, habrá contactos inminentes, sí, pero a varias bandas y colocando a Podemos como un interlocutor más con el que se busquen acuerdos "sectoriales", mientras trata de convencer a PP y Cs de que desbloqueen.

La "frustración"

Los planes de Sánchez, que afirma estar "frustrado" con los morados, no cuadran con lo que dice querer Iglesias. Éste último insiste en que mantiene su mano tendida para un Gobierno de coalición. Los socialistas son conscientes de que esa será la posición de partida, pero confían en que Podemos no se atreva a moverse de la abstención en la que ya se ha instalado en las últimas dos votaciones y que sean los populares y naranjas los que se unan al club de los abstencionistas. Eso siempre que el Rey constate próximamente que hay algún cambio y vuelva a pedirle a Sánchez que intente otra investidura.

De momento, a la izquierda le toca superar el 'shock' y disminuir la tensión. Las últimas horas de negociación no han ayudado. Después de que el miércoles, a media tarde, Sánchez telefoneara a Iglesias para confirmarle que su oferta definitiva consistía en una vicepresidencia social y tres ministerios (Sanidad, Vivienda e Igualdad) y de que el líder morado continuara exigiendo áreas como Hacienda y Trabajo (una vicepresidencia y cinco ministerios en total), comenzó una difusión masiva de documentos de trabajo desde La Moncloa que incomodó al supuestamente llamado a ser "socio preferente".

El jueves, a horas de la investidura, la negociación amaneció en coma. Pero Podemos no renunció a hacer no una, sino dos piruetas en pro de la coalición: presentaron a media mañana una primera oferta de urgencia que se bajaba la demanda de cinco a tres ministerios, siempre que fueran Trabajo, Ciencia y Sanidad. El PSOE dijo que no. Los morados anunciaron que iban a la abstención. Ya en pleno debate, Iglesias volvió a jugársela con un último intento. Ofreció quedarse con las políticas activas de empleo a cambio de no exigir la cartera de Trabajo y, de remate, puntualizó que la idea no era suya, sino de un "respetable" socialista.

El comentario tocó la entraña de la bancada del PSOE, que interpretó que se trataba de José Luis Rodríguez Zapatero y que, usando su figura, pretendía darles un bofetón retórico en toda regla. La voz de los que se sintieron ofendidos fue Adriana Lastra, que le dedicó una ristra de reproches al líder morado para luego espetarle que reclamaba competencias ya transferidas a las comunidades. Se produjo la votación, que dejó a Sánchez sin investidura. Al menos, de momento porque, repite, él no tira la toalla.