Europa busca regular que tu coche te espíe y venda tus datos

En la actualidad, un coche conectado puede generar hasta 1 TB de información. Los fabricantes pueden recopilar datos sobre nuestro uso, estilo de conducción o destinos, así que hay un temor creciente sobre qué se hace con esos datos y con qué empresas se comparten o venden.

A medida que el mundo se vuelve más dependiente de los productos digitales, los datos se monitorizan, transfieren y monetizan. En muchos mercados, los datos son los reyes, y con la industria automotriz recurriendo a los vehículos conectados, está empezando a surgir cierta preocupación sobre cómo se recogen y dónde acaban.

La UE quiere regular los datos de los coches​

Los datos juegan un papel muy importante tanto para los consumidores como para las empresas. Permite el seguimiento de preferencias, recordatorios de información y detalles sobre estilos de vida. Pero los datos también son privados, y la cuestión de quién es su propietario y qué se puede hacer con los datos se ha debatido a nivel internacional durante años.

Con coches cada vez más conectados, su capacidad para registrar y enviar datos sobre nosotros se ha disparado. Tanto, que puedes rastrear todo tipo de comportamientos como trayectos de ida y vuelta, lugares habituales, registrar cada pisada del acelerador, así como los ajustes del cinturón de seguridad, y recopilar información biométrica sobre nosotros. La gran duda que surge, es qué datos recopilan las marcas y qué hacen luego con todos esos datos.

Ahora, la Unión Europea está un paso más cerca de normas de datos más estrictas. La Ley de Datos (Data Act) fue aprobada en la consulta a la Comisión de la UE y ha sido respaldada por el Parlamento Europeo, así que está en las últimas fases antes de su entrada en vigor.

La Comisión Europea está trabajando en reglas para garantizar el acceso justo a datos valiosos de automóviles para las empresas y la industria. El enorme potencial del mercado de automóviles conectados, que según la consultora Fortune Business Insights podría crecer hasta 400.000 millones de euros para 2030, ha desencadenado una lucha entre los fabricantes de automóviles y los usuarios por el acceso a los datos de los vehículos. Los fabricantes de automóviles buscan productos de software basados en datos y servicios de suscripción que cubran todo, desde los hábitos de conducción hasta el consumo de combustible y el desgaste de los neumáticos, como la próxima gran fuente de ingresos.

Sin embargo, la propiedad de los datos no está claramente definida en la legislación de la Unión Europea, lo que da lugar a la disputa actual entre los fabricantes de automóviles y quienes quieren acceder a ellos. “La Comisión está trabajando en la preparación de una propuesta específica del sector sobre datos en vehículos. Su objetivo será complementar la propuesta de Ley de Datos, publicada en febrero de 2022. En esta etapa no podemos prejuzgar el contenido de la evaluación de impacto final y el cronograma posterior para la adopción”.

Hay que regular, por tanto, en dos aspectos principales: qué datos recoge un fabricante (incluidos identificadores, datos biométricos, localización, datos de teléfonos sincronizados y perfiles de usuario) y el segundo grupo de información es a quién vende o comparte esos datos (filiales, proveedores de servicios, aseguradoras, administraciones públicas o corredores de Big Data).

Los fabricantes se oponen​

La ACEA, asociación europea que representa a los fabricantes de automóviles, se muestra contraria a dicha regulación de datos porque, según ellos, “representa una amenaza para la competitividad de la industria automotriz”.

“Los fabricantes de automóviles admiten el intercambio de datos de vehículos, lo que facilita que otros desarrollen algoritmos y servicios competitivos, pero no deben verse obligados a compartir el producto de su propiedad intelectual. Para proteger la competitividad de los innovadores digitales europeos, incluidos los fabricantes de automóviles, los responsables de la toma de decisiones deben asegurarse de no verse obligados a revelar datos derivados o inferidos a sus competidores.

Como tal, ACEA insta a los tomadores de decisiones a volver a la posición del Parlamento Europeo, que excluye los ‘datos derivados e inferidos’ de las obligaciones de intercambio de datos de la Ley de Datos”
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