El jefe del Frente Polisario estuvo ingresado grave en un hospital de Logroño bajo un nombre falso

El jefe del Frente Polisario saharaui, Brahim Ghali, de 73 años estuvo ingresado en estado grave bajo una identidad falsa en un hospital de Logroño, según ha podido saber este diario y ha informado el medio internacional Jeune Afrique.

Ghali, que se habría registrado con el nombre falso de Mohamed Benbatouch y una identidad argelina para evitar problemas con la justicia española, que le acusa de violaciones de los derechos humanos, sufría problemas respiratorios.

Según Jeune Afrique, Ghali sufre además un cáncer digestivo desde hace varios años y había sido hospitalizado previamente en Tinduf (Argelia), donde había recibido la visita del jefe del Estado Mayor argelino, Saïd Chengriha.

Siempre según dicho medio -una revista internacional especializada en África y el Magreb-, Alemania se había negado a acoger a Ghali y, tras negociaciones al más alto nivel del Estado argelino, se optó por trasladarlo a España bajo garantía del presidente, Pedro Sánchez, de que no sería investigado por la justicia.

Además, señalan que el presidente argelino, Abdelmadjid Tebboune, fue el que puso un equipo de médicos argelinos que acompañaron al líder saharaui a Zaragoza, "a bordo de un avión médico fletado por Argelia".

Hace semanas que en todos los medios marroquíes y argelinos se preguntan por el paradero de Ghali, que no dio señales de vida ni cuando murió el jefe de la Guardia Nacional del Frente Polisario, Adaj el Bendir, de 65 años, el pasado martes 8 de abril tras un ataque aéreo. A raíz de su ausencia en un acontecimiento tan importante, hubo muchas hipótesis sobre su desaparición: algunos apuntaban a que se había contagiado de Covid, otros lo daban por muerto y algunos señalaban que estaba en la capital argelina.

Ghali estaría actualmente de vuelta en Argelia. El consejero de la presidencia de la República Árabe Democrática Saharaui (RASD), Bachir Mustafa Sayed, ha asegurado este jueves a la agencia Efe que está ingresado ahora en un centro médico de aquel país, donde es tratado de una infección por Covid-19 y su "evolución mejora".

Imputado por delitos de genocidio​

Brahim Ghali fue imputado en 2016 por el juez de la Audiencia Nacional, José de la Mata, por acusarle de la comisión de delitos de genocidio, asesinato, torturas y desapariciones cometidos presuntamente contra la población saharaui disidente refugiada en los campamentos de Tinduf (Argelia). El juez admitió una denuncia a trámite en noviembre de 2012 y que fue interpuesta por la asociación Asadedh y tres víctimas contra 28 miembros del Frente Polisario y altos cargos del gobierno argelino.

Antes de la imputación, el secretario general del Frente Polisario tenía prevista una visita a España. Tras conocer que la citación de Mata, no viajó a España, donde iba a participar en la Conferencia Internacional de Apoyo y Solidaridad con el Pueblo Saharaui en Vilanova i la Geltrú (Barcelona). Así que no compareció ante el juez en relación a la querella por presuntas violaciones de derechos humanos.

En el cargo desde 2016​

Ese mismo año, 2016, Brahim Ghali había sido elegido nuevo secretario general del Frente Polisario y por consiguiente ocupar el cargo de presidente de la autoproclamada República Árabe Saharaui Democrática (RASD) tras la muerte en mayor de 2016 de Mohamed Abdelaziz después de casi 40 años en el cargo.

Antes de esa fecha, Ghali ocupaba el cargo de responsable de la Rama Política del Frente Polisario y figura entre los fundadores del Frente Polisario y ha ocupado los cargos de máxima responsabilidad de la organización como ministro de la Guerra, delegado del Polisario en Madrid o embajador de la RASD en Argelia.

Ghali nació en Esmara el 19 de agosto de 1949 y militó en el movimiento independentista contra las autoridades españolas de la entonces colonia del Sáhara Español. Fue uno de los fundadores del Frente Popular de Liberación de Saguía el Hamra y Río de Oro y fue nombrado primer secretario general del Polisario en el congreso del 10 de mayo de 1973.

Y él mismo fue el que anunció en noviembre de 2020 el fin del compromiso con el alto el fuego firmado entre el Frente Polisario y Marruecos en 1991. Por eso, desde esa fecha, se decretó el estado de guerra en todo el territorio en respuesta al ataque perpetrado por las fuerzas marroquís en el paso fronterizo de Guerguerat, que une Mauritania con el Sahara Occidental.

 

El vídeo de Laya ante el juez de Ghali: "La decisión fue política. Se trató con discreción"​




La exministra de Asuntos Exteriores Arancha González Laya explicó al magistrado que investiga la entrada y salida de Brahim Ghali de España que se trató de una decisión política y que se siguieron los cauces propios al tratarse de una cuestión política. Así lo argumenta en el vídeo de su declaración ante el magistrado Rafael Lasala, al que ha tenido acceso Vozpópuli, y en el que apunta que el asunto se trató con discreción, teniendo en cuenta que países terceros (en referencia a Marruecos) desconocían el operativo, aunque eso sí, siguiendo los cauces legales.

Laya, a quien el magistrado imputó por delitos de prevaricación, encubrimiento y falsedad documental, se acogió en numerosas ocasiones a la Ley de Secretos Oficiales para no desvelar detalles acerca de la entrada en España del líder del Frente Polisario y de su hijo o del contacto de Argelia que les solicitó que le acogieran en España. No obstante, confirmó que "no se hizo ninguna verificación de su pasaporte" debido a la exclusividad de la situación y debido también a que se trataba de una petición de ayuda humanitaria de un país tercero.

Pese a la insistencia del magistrado en aras a esclarecer quien lo pidió y si ella trató con sus superiores en el Ejecutivo esta cuestión, Laya se limitó a recordar que era su "deber y obligación" guardar silencio acogiéndose a lo dispuesto en Consejo de Ministros de octubre de 2010 que regula la política de seguridad de la información de Exteriores. De este modo ocultó quien era su persona de contacto en Argelia, así como si trató con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, este asunto.

"¿Causa humanitaria o estratégica"​

Ante su silencio, el magistrado le preguntó si la acogida de Ghali a petición de Argelia tenía motivos humanitarios o estratégicos, a lo que la exjefa de la diplomacia española contestó que no era ni la primera ni la última vez que se recurre a España "por su comportamiento y actitud en cuestiones humanitarias". "lo que se pide es la acogida de una persona enferma grave para poder tratarse de Covid. Esa es la petición expresa que se hace", explicó.

"¿Sabe si se pidió esa ayuda médica a otro país antes que a España?", preguntó el titular del Juzgado de Instrucción número 7 de Zaragoza, a lo que ella respondió que lo desconocía pero que otros dirigentes del Frente Polisario habían sido tratado en países terceros y que eso era público y notorio. Del mismo modo confirmó que ella tuvo conocimiento el 14 de abril de la llegada de Ghali, un día antes de que se le trasladase a su mano derecha en Exteriores, Camilo Villarino, también imputado en el procedimiento. El activista saharaui acabó aterrizando en la base aérea de Zaragoza el 18 de abril sin pasar los controles de aduanas y pasaporte. De ahí fue trasladado a un hospital de Logroño.

"Quiero poner de relieve lo excepcional de la entrada de esta persona. Está motivado por cuatro factores. Primero es una petición que llega de un país tercero. En segundo lugar se trata de una persona que está gravemente enferma. La enfermedad y todas las cuestiones medicas tienen derecho a una protección de la privacidad específico. Se trataría de un personaje que no es una persona cualquiera, es un persona con un perfil político y en cuarto lugar tenemos dos vecinos que para los cuáles la relación entre ellos tiene aristas políticas y todo eso hace que sea importante, de tratar (la gestión) con discreción. Ahora bien, discreción no es arbitrariedad ni ilegalidad ni ocultamiento", dijo.

"No se hizo verificación de su pasaporte"​




Al hilo, el magistrado le preguntó los motivos por los que Ghali y su acompañante -su hijo- no pasó los controles humanitarios, a lo que Laya precisó que el convenio de Schengen les permitió actuar así. “No se hizo ninguna verificación de su pasaporte. ¿Hicimos nosotros averiguaciones sobre si esta persona tenía algún tipo de limitación para la entrada en territorio Schengen? Pues no señoría, no lo hicimos porque nos guiaba la buena fe que guía las relaciones entre los dos países. Cuando un país tercero nos está diciendo si podemos acoger un ciudadano suyo dentro de nuestro territorio entendemos que está haciendo una petición de buena fe y la respondemos de buena fe, señoría”, expuso la exministra.

Pese a ello, el instructor le insistió una y otra vez que no se le identificó a su llegada a España. La exministra reiteró que actuaron con discreción pero dentro de los cauces legales. "A mi me vincula el tema del no control de la documentación. ¿Quién dice que no se le controle?", pregunta. Ante la falta de respuesta, agrega: "Yo me rijo por el principio de legalidad. Usted me está hablando no de la Ley de Secretos Oficiales del Estado que es del año 1968, sino de una especie de adaptación en virtud de acuerdo del Consejo de Ministros de 2010 que, según dijo el señor Villarino, no está ni publicado. ¿Si esas son las reglas del juego... yo cómo actúo?", le reprochó el magistrado.

"Por supuesto que se sabía que era Ghali"​

"Ustedes saben el trasfondo que hay con este hombre. Su historial político, su historial vital. ¿Ustedes se reúnen para estudiar los pros y los contras de la llegada de Ghali para nuestro país?", le preguntó el juez. "Claro que se considera si la petición de un país tercero debe ser aceptada o no", espetó Laya, la cual confirmó que desde el Ejecutivo sabían que la persona en cuestión era Brahim Ghali. Ahora bien, insistió en que nunca verificó la "situación judicial" del líder del Frente Polisario, cuya entrada en España propició la reapertura de unas diligencias abiertas en la Audiencia Nacional desde el año 2008 y que el magistrado Santiago Pedraz acaba de concluir.

Al respecto, Lasala sacó a relucir este asunto, recordando que fue el propio Pedraz el que el 22 de abril ordenó a la Policía Nacional que identificara si la persona que había ingresado en el hospital de Logroño era Brahim Ghali bajo la identidad falsa de Mohammed Benbatouche. Lo hizo al hilo de la conversación que mantuvieron Camilo Villarino y la jefa del Gabinete del ministro de Interior, Susana Crisóstomo (citada como testigo el próximo 18 de octubre) en la que hablan de que la orden lanzada por Pedraz. "Yo no tenía conocimiento de ello y desde luego no tengo conocimiento que nadie lo tuviera", respondió Laya.

 

La Policía desmiente a Exteriores: el hijo de Ghali entró sin permiso de residencia​

El hijo de Brahim Ghali no entró en España con su permiso de residencia porque éste se expidió cuando ya estaba en suelo español. La Jefatura Superior de la Policía de Aragón así lo ha comunicado en un oficio al magistrado Rafael Lasala que investiga la entrada y salida de España del líder del Frente Polisario por posibles delitos de prevaricación y falsedad documental. Los agentes cumplen con el requerimiento del instructor de la causa, que quiere esclarecer si tenía este permiso en regla, después de que Camilo Villarino, exjefe de gabinete de la exministra de Exteriores, así lo confirmara.

De acuerdo con el oficio, al que ha tenido acceso Vozpópuli, Luali Brahim Sid el Mustafá logró esta tarjeta el 23 de abril de este mismo año. Cinco días antes aterrizó en la Base Aérea de Zaragoza junto con su padre, al que se le trasladó a un hospital de Logroño debido a su infección de coronavirus. Estas conclusiones policiales vienen a contradecir la versión de Villarino acerca de que viajaba con su permiso de residencia cuando llegó a España el 18 de abril.

Así lo plasmó en los whatsapps intercambiados con el teniente general Francisco Javier Fernández Sánchez en los que le trasladó que el activista saharaui y su acompañante entrarían sin pasar por el control de aduanas ni de fronteras. "Salvo cambios, solo deben desembarcar el paciente, con un Covid en grado avanzado, y el hijo que lo acompaña. El paciente viaja, según mi información, con pasaporte diplomático argelino y su hijo tiene algún tipo de permiso de residencia en España. En todo caso, esto último no es un problema y no es responsabilidad del Ejército del Aire. Quien lo tiene que saber ya lo sabe", expuso el exjefe de gabinete de Arancha González Laya.

Por ello, tras su interrogatorio, el titular del Juzgado de Instrucción número 7 de Zaragoza requirió a Villarino que entregara al juzgado el pasaporte de Ghali y de su acompañante, que él mismo solicitó cuando se enteró de que la persona que había entrado en España era el líder del Frente Polisario. Según explicó Villarino en sede judicial, tras ver en prensa que Ghali estaba ingresado en el hospital con la identidad falsa de Mohammed Benbatouche, se dirigió al director de la Oficina de Presidencia de La Rioja, Eliseo Sastre, ese mismo mes de abril para que le verificase la falsedad.

Lío de fechas​

Éste le mandó la copia del pasaporte falso de Ghali además del carnet de residencia de su hijo. De dicha documental se podía apreciar que el permiso se expidió el 28 de mayo. Sin embargo, lo defendido por Villarino no cuadra con las conclusiones de la Brigada Regional de Información, que sostienen que en realidad la tarjeta de residencia se dio de alta el 23 de abril. Del mismo modo, también explican que el hijo del líder del movimiento de liberación nacional del Sáhara Occidental tenía vigentes dos documentos de viaje antes de su entrada en España.

El primero de ellos se tramitó en la Unidad de extranjería y documentación de Granada con fecha de 6 de abril de 2016 y el segundo en Almería el 7 de diciembre de 2012, de acuerdo con el oficio que firma el comisario jefe de la Brigada de Información y que responde a un requerimiento de Lasala del pasado mes de septiembre. El instructor trata de esclarecer si se produjeron irregularidades con la entrada subrepticia de Ghali en España. Según los testimonios recopilados hasta el momento, la misma se gestionó con discreción por orden expresa de la cúpula de Exteriores y sin que tuviera conocimiento del asunto Marruecos.

El avance de las pesquisas ha permitido acreditar que ni Ghali ni su acompañante pasaron los controles de aduanas ni de inmigración a su llegada a Zaragoza. Tampoco lo hicieron cuando abandonaron el país la madrugada del 2 de junio desde Pamplona. Según expuso la Policía de Navarra, Ghali no enseñó documento alguno cuando partió de nuevo rumbo a Argel, si bien ello no supondría ninguna irregularidad porque se trató de una salida voluntaria. Por contra, sus acompañantes -entre los que se encontraba su hijo- sí que llevaban el pasaporte en regla.

La salida de España​

El oficio policial que ahora se incorpora a la causa coincide con el interrogatorio de la exministra de Asuntos Exteriores, que se produjo este mismo lunes. Arancha González Laya apuntó en la misma línea de Villarino y negó irregularidades en relación a la llegada del presidente de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD). Según razonó, la acogida se produjo por motivos humanitarios y acorde a la legalidad vigente. Su relato sirvió de cortafuegos para evitar que el asunto acabara salpicando al presidente del Ejecutivo.

No obstante, también dejó muchas cuestiones en el aire que quedaron sin resolver. La exjefa de la diplomacia española se apoyó en la Ley de Secretos Oficiales y en, concreto, en un acuerdo del Consejo de Ministros de octubre de 2010, para no pronunciarse sobre los detalles del operativo. Entre los asuntos que esquivó destaca la pregunta expresa que le hizo una de las acusaciones en relación a la documentación que portaba el hijo de Ghali cuando llegaron a la base aérea de Zaragoza.

Escudándose en el secreto que se otorga a las materias clasificadas, tampoco esclareció la identidad del contacto argelino con el que se fraguó la acogida de Brahim Ghali. Se trata de una estrategia muy similar a la adoptada por Villarino, el cual sí confirmó que la exministra le dijo que el asunto tenía que tratarse con discreción. Ambos están siendo representados por la Abogacía Genera del Estado, la cual ya ha pedido el archivo de este procedimiento penal en varias ocasiones al no apreciar irregularidad alguna.

Los servicios jurídicos del Gobierno sostienen que no existen indicios que soporten el "hipotético delito de encubrimiento" puesto que Ghali ostenta la nacionalidad española y es titular de un DNI en vigor, por lo que se hace innecesario "el tan cuestionado control de pasaporte" que constituye el origen de esta causa. Las acusaciones, por contra, sostienen que el Gobierno está detrás de esta operación con la que se ocultó la llegada y posterior ingreso de Ghali en el hospital de Logroño y por ello pidieron que se indagase que el activista saharaui portaba la documental en regla cuando llegó a España en abril.

 

La cúpula policial de Marlaska controló la entrada en España del líder del Polisario​

El comisario general de Información confirma que activó un dispositivo de seguridad para proteger a Ghali. Afirma que un confidente le informó de su llegada a España el mismo día del aterrizaje

La cúpula de la Policía Nacional estaba al corriente de la entrada en España del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali. Así lo ha confirmado el comisario general de Información, Eugenio Pereiro, en su declaración en calidad de testigo ante el magistrado que investiga las condiciones de su llegada y salida del país. El mando policial ha indicado que se enteró de que el líder del movimiento saharaui iba a aterrizar en Zaragoza el mismo día de su llegada, el 18 de abril. Según ha explicado, se lo trasladó un "confidente" cuya identidad ha querido proteger amparándose en la Ley de Secretos Oficiales.

Pereiro -que pidió comparecer presencialmente en el Juzgado de Instrucción número 7 de Zaragoza- ha precisado que montó un dispositivo de vigilancia y seguridad para proteger al líder del Frente Polisario en su traslado aquel 18 de abril al hospital de Logroño, donde ingresó para ser tratado de covid. Según confirman a Vozpópuli fuentes presentes en el interrogatorio, el mando policial ha dicho al respecto que en cuanto recibió esta información se la trasladó a su superior jerárquico, el Director Adjunto Operativo (DAO) de la Policía Nacional, José Ángel González Jiménez.

De este modo, el comisario general de Información implica a la cúpula policial en los hechos que tuvieron lugar entre abril y junio de este año, pese a que Interior mantiene otra versión. Susana Crisóstomo, jefa del gabinete de Fernando Grande-Marlaska, sostuvo en su comparecencia ante el magistrado Rafael Lasala que desconocían el operativo de llegada del líder del Frente Polisario en España y que se enteraron de que estaba ingresado en un hospital de Logroño a través de la prensa. Crisóstomo declaró como testigo junto con María Isabel Valldecabres, exjefa de gabinete de la exvicepresidenta Carmen Calvo.

El instructor las citó para averiguar el grado de conocimiento de Interior y Vicepresidencia sobre estos hechos, teniendo en cuenta que Ghali entró en Zaragoza proveniente de Argelia sin pasar por aduanas y sin que se le requiriera el pasaporte. Sobre este asunto concreto se ha desligado el comisario general de Información, el cual se ha limitado a decir que él se enteró del operativo el mismo domingo en que iba a aterrizar el avión en la base militar aérea de Zaragoza. Ahora bien, también ha coincidido con las otras testigos al confirmar que conoció a través de la prensa de que la persona ingresada en el hospital San Pedro era Brahim Ghali.

Del mismo modo también se ha desvinculado de todo lo relativo al pasaporte falso con el que se registró en el hospital el presidente de la República Árabe Saharaui Democrática (RADS). El 22 de abril, cuando llevaba ya cuatro días ingresado en la UCI, trascendió en prensa que había entrado en el centro hospitalario con la identidad falsa de Mohammed Benbatouche. Además las investigaciones impulsadas por el juzgado ponen de manifiesto que el hospital registró que su nacionalidad era "desconocida".

Búsqueda policial​

De nuevo estos hechos chocan con la versión mantenida desde un primer momento por el Ejecutivo, desde donde se sostuvo que Ghali viajó con un pasaporte diplomático en regla y que se le permitió su entrada por cuestiones humanitarias. Así lo alegó en su declaración en sede judicial la exministra de Asuntos Exteriores Arancha González Laya, la cual figura como imputada en el procedimiento junto con el que fuera mano derecha suya, Camilo Villarino. La exjefa de la diplomacia explicó que la cuestión fue puramente política y que se trató con discreción para evitar conflictos con Marruecos.

La exministra dijo que no hicieron ninguna verificación del pasaporte de Ghali teniendo en cuenta que confiaban en la información trasladada de Argelia y que la prioridad era salvar la vida de esta persona gravemente enferma de covid. Sobre este asunto no se ha pronunciado el comisario general de Información, aunque sí ha confirmado que el dispositivo que se activó a su llegada se mantuvo hasta la madrugada del 2 de junio, cuando abandonó el país. Ghali partió de nuevo a Argelia desde Pamplona tras declarar por videoconferencia ante el magistrado de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz.

Precisamente, el comisario ha sido preguntado sobre las labores de identificación que se impulsaron en la Audiencia Nacional antes del 18 de abril. En concreto, destaca un oficio de la Comisaría General de Información del 17 de marzo de este mismo año en el que los agentes daban respuesta a la petición del CGPJ, del Tribunal Supremo y de la Audiencia Nacional en el marco de una de las dos diligencias que entonces tenía abiertas Ghali junto con otros miembros del Frente Polisario.

La investigación de la Audiencia​

El oficio recogía que habían realizado consultas internas en las bases de datos administrativas y policiales sobre una veintena de personas relacionadas con las diligencias abiertas en 2020 por delitos de tortura y detención ilegal. En relación a Ghali concluyeron que no habían podido identificarle en la consulta de bases oficiales. "Existen numerosas referencias a @brahimghali en fuentes abiertas, según las cuáles nació el 16 de septiembre en 1949 en Smara (entonces Sáhara español). Actualmente es el presidente de la República Árabe Saharaui Democrática. Se le ubica en Tidunf", expusieron.

El segundo informe policial de calado data del 5 de mayo, cuando ya se sabía que el activista estaba en territorio español. Entonces Pedraz, en calidad de instructor de las diligencias, ordenó a la Policía que contrastaran si era cierto que la persona ingresada en Logroño era el líder del Frente Polisario. Los agentes se desplazaron "de urgencia" y corroboraron no solo este extremo, sino que ingresó con una identidad falsa. Además, averiguaron que no había llegado solo. Con él estaban un familiar (su hijo) y una tercera persona. Los agentes contrastaron que su estado era "crítico".

El siguiente informe se conoció el día 7 de mayo y en él la Policía constató que Ghali tenía un DNI en vigor expedido a fecha de 31 de enero de 2006 y que se renovó, por última vez, el 30 de junio de 2016 en Talavera de La Reina (Toledo). Con todo, en estas diligencias abiertas el pasado mes de junio lo que se investiga es si se cometieron los delitos de falsificación, prevaricación y encubrimiento, con el proceso de entrada y salida del país del líder del Frente Polisario. Hasta la fecha, el foco estaba puesto en el Ministerio de Exteriores si bien la declaración del mando policial de este lunes afecta también al departamento que dirige Marlaska.

 
Un agente de paisano dirigió la entrada furtiva de Ghali, líder del Polisario, en la Base Militar de Zaragoza.

Se trató de una operación secreta y, por tanto, esa es la forzosa condición que tuvo ese agente en la práctica, aunque todavía está por determinar su identidad y a qué órgano pertenecía, policial o de servicios de inteligencia. Su presencia ha sido confirmada ante la Policía por personal de la ambulancia que recogió a Ghali en ese aeropuerto militar y lo trasladó al hospital público de Logroño en el que fue tratado de Covid, según consta en diligencias oficiales.