«¡Dejadlo ya, por favor! ¡Parad ya!». Lucía estaba en su cuarto cuando, por la ventana, empezó a escuchar esos gritos.
El lamento era de otra adolescente, como ella, que pasaba un rato con su novio, de apenas 15 años, al fresco de la noche veraniega en una plaza del barrio de Pino Montano...