“Sentí pum pum, y la puerta abajo, tirando cohetes. Yo no sé qué llevaban, pero una humareda… Primero pensé que me habían entrado a robar. No les vi la cara, porque venían todos encapuchados. Les dije: ¿¡Qué pasa aquí!? Y él me dijo: ¡Que se calle usted! Me puso la pistola en la barriga, me pegó...