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Invitado
Teresa Pacheco compra habitualmente el material escolar de su hijo Víctor en septiembre. Este año interrumpió sus vacaciones y decidió adelantar la compra. No es que sea muy organizada, lo que busca es evitar que lo que Víctor necesita le resulte más caro.
Como ella, muchos padres previsores han decidido adelantar la compra y así esquivar el alza del IVA. El aumento de los precios no es trivial: a partir del 1 de septiembre materiales cotidianos en las aulas, como la plastilina, las témperas, los blocs de exámenes y las agendas dejarán de disfrutar del impuesto del 4% y empezarán a estar gravados con un 21%.
La medida fue aprobada en Consejo de Ministros el pasado 20 de julio. El titular de Hacienda Cristóbal Montoro explicó ese mismo día que si bien los libros de texto se mantendrían en la categoría del 4%, otro tipo de materiales, como los ya mencionados y los cuadernos de uso escolar, serán gravados con el tipo más alto.
Esta subida de impuestos se suma a otra serie de iniciativas y recortes ya anunciados. El tijeretazo educativo aprobado el pasado abril elevará el coste de las matrículas en las universidades públicas hasta en un 66% de media de un año para otro, aunque aún existe incertidumbre sobre cómo se materializará el incremento. El ministerio de Educación ha fijado una horquilla del 15% al 25% del coste en primera matrícula, entre el 30% al 40% en la segunda y así, sucesivamente, hasta un 100% en la cuarta. Eso sí, deberán ser las comunidades las que determinarán el tope de esa horquilla.
En junio, el Consejo de Ministros aprobó el endurecimiento de los requisitos para obtener becas, por lo que quienes no aprueben como mínimo la mitad de las asignaturas tendrán que devolver íntegro el importe.
En el curso que ahora empieza, solo conservarán las ayudas los becarios que aprueben al menos el 65% de los créditos en Arquitectura e Ingeniería; el 80% en las carreras de Ciencias y Ciencias de la Salud; y el 90% en Artes y Humanidades y Ciencias Sociales y Jurídicas.
Por si fuera poco, la alimentación de los estudiantes, sus uniformes y su transporte también serán más caros desde mañana. Algunas autonomías —Madrid, Cataluña y Comunidad Valenciana— han anunciado que permitirán a los alumnos de colegios públicos llevar comida de casa, aunque tendrán que pagar por acceder al comedor. Los uniformes subirán de precio por el alza impositiva, que pasará del 18% al 21%. Y en el caso del transporte, algunas empresas aseguran que los costes se elevarán a partir de septiembre por un doble motivo: el alza del IVA y el aumento del gasoil. Los precios definitivos se determinarán una vez que se inicie el curso y se conozca la demanda por parte de los padres.
En cuanto al material escolar, además de afectar a las familias, la iniciativa perjudica también a las papelerías, sobre todo a las pequeñas. Manuel de Miguel, quien está a cargo de una papelería en la calle de Recoletos de Madrid, explica que él asumirá el incremento en determinados productos. A su juicio, es preferible dejar de ganar un poco, con tal de vender más.
María Ángeles Martín administra una papelería en la calle de Las Infantas, también en Madrid, y asegura que no tiene otra opción que subir los precios: “Si los mantienes es la ruina. Si lo compras al 21% y lo vendes al 4% ya me contarás”. El local decidió abrir la última semana de agosto pensando que algunos adelantarían la compra. Sin embargo, no ha ocurrido así.
Quien sí ha registrado una mayor demanda es Abacus, cooperativa dedicada a la venta de material escolar. Fuentes de la organización aseguran que en los últimos cinco días se ha registrado un alza del 10% en el número de ventas respecto al curso pasado.
El Boletín Oficial del Estado, publicado el 6 de agosto, explica cómo variarán los precios a partir de mañana. “Tributarán al tipo general (…) el material escolar, incluidos, entre otros los portalápices, agendas, cartulinas y blocs de manualidades, compases, papel coloreado y para manualidades, plastilina, pasta de modelado, lápices de cera, pinturas, témperas, cuadernos de espiral, rollos plásticos para forrar libros y material complementario al anterior y las mochilas infantiles y juveniles escolares”, detalla el texto. No se verán afectados por la subida los ya citados libros de texto, ni tampoco los mapas, cuadernos de dibujo, álbumes y partituras.
Ante el alza de buena parte de los materiales básicos, las organizaciones de consumidores han hecho llamamientos a los padres a adelantar la compra. Eso sí, son conscientes que anticiparla es una medida que será viable solo por este año. “Es pan para hoy y hambre para mañana”, sostiene Antonio López, de la Confederación de Asociaciones de Consumidores y Usuarios de Madrid.
Pero aunque los padres se hayan apresurado, esta cautela no siempre es posible. Gonzalo Severín llevará por primera vez al colegio a su hijo Juan José el próximo 10 de septiembre y solo el día 6, en la primera reunión de los padres con los responsables del colegio, conocerá la lista de materiales que su hijo requiere. Severín plantea que le hubiese gustado saber antes del 1 de septiembre el equipamiento que le solicitarán para anticipar la compra, sobre todo porque no se ha querido arriesgar a comprar a ciegas.
El martes pasado, Conchi Castro desembolsó unos 150 euros en útiles para su hijo. No compró demasiado: en las bolsas llevaba unas zapatillas, una mochila, cuadernos y bolígrafos. Lo que está claro es que desde mañana, con esos mismos 150 euros, las bolsas pesarán menos.
Como ella, muchos padres previsores han decidido adelantar la compra y así esquivar el alza del IVA. El aumento de los precios no es trivial: a partir del 1 de septiembre materiales cotidianos en las aulas, como la plastilina, las témperas, los blocs de exámenes y las agendas dejarán de disfrutar del impuesto del 4% y empezarán a estar gravados con un 21%.
La medida fue aprobada en Consejo de Ministros el pasado 20 de julio. El titular de Hacienda Cristóbal Montoro explicó ese mismo día que si bien los libros de texto se mantendrían en la categoría del 4%, otro tipo de materiales, como los ya mencionados y los cuadernos de uso escolar, serán gravados con el tipo más alto.
Esta subida de impuestos se suma a otra serie de iniciativas y recortes ya anunciados. El tijeretazo educativo aprobado el pasado abril elevará el coste de las matrículas en las universidades públicas hasta en un 66% de media de un año para otro, aunque aún existe incertidumbre sobre cómo se materializará el incremento. El ministerio de Educación ha fijado una horquilla del 15% al 25% del coste en primera matrícula, entre el 30% al 40% en la segunda y así, sucesivamente, hasta un 100% en la cuarta. Eso sí, deberán ser las comunidades las que determinarán el tope de esa horquilla.
En junio, el Consejo de Ministros aprobó el endurecimiento de los requisitos para obtener becas, por lo que quienes no aprueben como mínimo la mitad de las asignaturas tendrán que devolver íntegro el importe.
En el curso que ahora empieza, solo conservarán las ayudas los becarios que aprueben al menos el 65% de los créditos en Arquitectura e Ingeniería; el 80% en las carreras de Ciencias y Ciencias de la Salud; y el 90% en Artes y Humanidades y Ciencias Sociales y Jurídicas.
Por si fuera poco, la alimentación de los estudiantes, sus uniformes y su transporte también serán más caros desde mañana. Algunas autonomías —Madrid, Cataluña y Comunidad Valenciana— han anunciado que permitirán a los alumnos de colegios públicos llevar comida de casa, aunque tendrán que pagar por acceder al comedor. Los uniformes subirán de precio por el alza impositiva, que pasará del 18% al 21%. Y en el caso del transporte, algunas empresas aseguran que los costes se elevarán a partir de septiembre por un doble motivo: el alza del IVA y el aumento del gasoil. Los precios definitivos se determinarán una vez que se inicie el curso y se conozca la demanda por parte de los padres.
En cuanto al material escolar, además de afectar a las familias, la iniciativa perjudica también a las papelerías, sobre todo a las pequeñas. Manuel de Miguel, quien está a cargo de una papelería en la calle de Recoletos de Madrid, explica que él asumirá el incremento en determinados productos. A su juicio, es preferible dejar de ganar un poco, con tal de vender más.
María Ángeles Martín administra una papelería en la calle de Las Infantas, también en Madrid, y asegura que no tiene otra opción que subir los precios: “Si los mantienes es la ruina. Si lo compras al 21% y lo vendes al 4% ya me contarás”. El local decidió abrir la última semana de agosto pensando que algunos adelantarían la compra. Sin embargo, no ha ocurrido así.
Quien sí ha registrado una mayor demanda es Abacus, cooperativa dedicada a la venta de material escolar. Fuentes de la organización aseguran que en los últimos cinco días se ha registrado un alza del 10% en el número de ventas respecto al curso pasado.
El Boletín Oficial del Estado, publicado el 6 de agosto, explica cómo variarán los precios a partir de mañana. “Tributarán al tipo general (…) el material escolar, incluidos, entre otros los portalápices, agendas, cartulinas y blocs de manualidades, compases, papel coloreado y para manualidades, plastilina, pasta de modelado, lápices de cera, pinturas, témperas, cuadernos de espiral, rollos plásticos para forrar libros y material complementario al anterior y las mochilas infantiles y juveniles escolares”, detalla el texto. No se verán afectados por la subida los ya citados libros de texto, ni tampoco los mapas, cuadernos de dibujo, álbumes y partituras.
Ante el alza de buena parte de los materiales básicos, las organizaciones de consumidores han hecho llamamientos a los padres a adelantar la compra. Eso sí, son conscientes que anticiparla es una medida que será viable solo por este año. “Es pan para hoy y hambre para mañana”, sostiene Antonio López, de la Confederación de Asociaciones de Consumidores y Usuarios de Madrid.
Pero aunque los padres se hayan apresurado, esta cautela no siempre es posible. Gonzalo Severín llevará por primera vez al colegio a su hijo Juan José el próximo 10 de septiembre y solo el día 6, en la primera reunión de los padres con los responsables del colegio, conocerá la lista de materiales que su hijo requiere. Severín plantea que le hubiese gustado saber antes del 1 de septiembre el equipamiento que le solicitarán para anticipar la compra, sobre todo porque no se ha querido arriesgar a comprar a ciegas.
El martes pasado, Conchi Castro desembolsó unos 150 euros en útiles para su hijo. No compró demasiado: en las bolsas llevaba unas zapatillas, una mochila, cuadernos y bolígrafos. Lo que está claro es que desde mañana, con esos mismos 150 euros, las bolsas pesarán menos.