YouTube cierra el canal de La Tribuna de España

Para el periodismo disidente (y con medios tan limitados como los del GRUPO Tribuna de España) no existen domingos, ni festivos (este periodista lleva dos años sin vacaciones, justo desde el día que comenzamos con La Tribuna de Cartagena); pero hoy me veo obligado a escribir este Editorial, un domingo a las nueve de la noche, porque acaban de informarme nuestros técnicos que YouTube nos ha cerrado nuestro canal, un canal que en poco más de 4 meses había logrado casi veinte mil suscriptores y que rondaba los ¡los 3 millones de visualizaciones!

A través del canal de Youtube de La Tribuna de España les ofrecíamos vídeos, programas de La Tribuna Radio y programas de La Tribuna TV que llegan a cientos de miles de personas en todo el mundo; afortunadamente utilizamos, también, otras plataformas para divulgar nuestros contenidos por lo que, más allá de YouTube existe vida. Ya hemos sobrevivido a la censura y salida definitiva de Facebook, una dictadura sionista cuya acción nos ha supuesto un golpe tan duro para nuestra línea de flotación como perder, casi, tres cuartas partes de nuestra audiencia.

Pero esto es la Disidencia, la lucha contra el sistema. Tenemos que estar preparados para responder a cada golpe con otra acción, ser más astutos y colarnos hasta por las rendijas del aire acondicionado de este edificio donde el casero es un auténtico hijo de la gran puta.

No es casual que nos cierren ahora el canal, justo cuando La Tribuna Radio está despegando y, en su primer mes de vida, ha logrado más de cien mil oyentes a uno y otro lado del Atlántico, muchos de ellos, precisamente, escuchándonos a través de la plataforma YouTube.

Esta noche, el programa de La Tribuna Radio, Bala-Rasa, que presenta José Antonio Bielsa, lo divulgaremos desde iVoox, a la espera de encontrar el modo de hacerlo, también, desde algún canal "prestado" de YouTube.

Recuerdo que cuando al programa Aquí La Voz de Europa le cerraron su canal les ofrecimos generosamente el nuestro ¡pese al riesgo de que nos salpicara también su sanción!, para que pudieran seguir subiendo sus programas a la plataforma y, de hecho, así lo hicieron durante algunas semanas. Y no es una excepción. También lo hemos hecho con gente tan poco agradecida como Rafael Rosselló y otros "supuestos" disidentes a los que siquiera me molesto en pedirles que nos devuelvan el favor que en su día les hicimos.

Cada uno es como le han parido y yo ese tipo de favores no se los pido a nadie, pese a que espero el ofrecimiento de alguno, que en el más que probable caso de no producirse pasará a engrosar la larga lista de decepciones, puñaladas traperas y traiciones que uno lleva recibiendo, precisamente, de quienes presumen de ser la quinta esencia de la disidencia del sistema.

Los verdaderos disidentes resistimos con Facebook o sin Facebook, con YouTube o sin YouTube, con monetización o sin monetización...

La disidencia no se demuestra asistiendo a jornadas o recibiendo premios que con el tiempo algunos demuestran no merecer. La disidencia se demuestra todos los días, como actitud ética ante la dictadura social, como resistencia frente a la mafia judicial, como compromiso fraternal y solidario con todos aquellos que, al menos supuestamente, comparten idéntico espacio de combate.

Los verdaderos disidentes no nos cagamos en los pantalones cuando nos llama a declarar la juez por lo que hemos publicado sobre el "caso bar España", ni llegamos a un pacto con la Fiscalía echando la culpa a otros... "no, se lo juro por Snoopy, que yo sólo reproduje lo que publicó La Tribuna de España y porque Josele Sánchez me engañó...".

No hay Fiscalía para Delitos del odio, no hay magistrado que imponga medidas cautelares a mi libertad condicional (por cierto, mañana, como todos los lunes, acudiré al juzgado y, hasta que no salga de allí, no sabré si Su Señoría sigue dejándome libre o decreta mi ingreso en prisión ¡y una cosa es leerlo aquí y otra muy distinta llevarlo como nudo en el estómago que te corta la respiración todos los domingos por la tarde!), no hay Facebook, YouTube, ni otras plataformas sionistas que vayan a acabar con nuestra lucha.

Como tampoco harán que abandonemos nuestro empeño las decepciones y las traiciones de quienes se dicen camaradas de trinchera y no son más que cobardes que cuando ven al enemigo armado salen corriendo o, en el peor de los casos, infiltrados del propio sistema.

Es muy difícil mantenerse en pie en un mundo en ruinas.

Pero mientras nos quede un hilo de aliento seguiremos luchando por una sociedad donde la verdad y la justicia sean categorías permanentes de razón, donde el pan, la patria y la justicia alcancen hasta saciar a todos los españoles (y a todos los habitantes del mundo); mientras nos quede la voz, sólo la voz, seguiremos alzándola contra el crimen organizado, contra el poder putrefacto y contra la mafia sionista que nos controla.

Amén.

 
La Tribuna de España abandona todas las plataformas sionistas. Adiós a Youtube, Facebook y WhatsApp

Se trata de una decisión muy difícil (últimamente, casi a diario tengo que tomar decisiones complicadas), una decisión que pueda catapultar al GRUPO Tribuna de España hacia un prominente lugar en el ámbito de la información disidente, o que puede hundir para siempre este proyecto de periodismo independiente y terceraposicionista.

Pero en el cargo va tomar este tipo de decisiones, evaluar los riesgos, sopesar las consecuencias y optar por lo que uno considera más conveniente.

Abandonar todas las plataformas sionistas (Facebook, YouTube y WhatsApp) no puede ni debe ser fruto del "encabronamiento" puntual por sus injustas condiciones; por el contrario, la repercusión cuantitativa que va a suponer en la pérdida de audiencia del Grupo (La Tribuna de España, La Tribuna Radio y La Tribuna TV) hace que la decisión deba ser muy ponderada.

Por eso esta decisión tan arriesgada (sabia o errónea, sólo el tiempo lo dirá) no la he tomado a la ligera.

Sé muy bien lo que representa enfrentarte a la mafia de las redes sociales controladas por rabiosos perros sionistas que imponen su ley única y su pensamiento único; pero, por otra parte, uno ya está hasta los mismísimos cojones de medir cada palabra que publicamos, de intentar sortear la censura que estos criminales imponen autocensurándonos también nosotros.

Y al final me pregunto, ¿para eso lanzamos este proyecto?

¿Tiene sentido intentar diferenciarnos de "la prensa del sistema" jugando en su misma liga, con árbitros comprados y con reglas de juego hechas sólo para que triunfe el adoctrinamiento y la mentira?

Cuando nos fuimos de Facebook (después de que Facebook ya nos hubiera censurado con su "Maldito Bulo" y su Torquemada Ana Pastor, versión española y periodística de Mónica Lewinsky, pero con George Soros) perdimos tres cuartas partes de la audiencia que teníamos. Pero no se trató de un hecho casual. El sistema no podía permitir que un periodismo como el nuestro llegara todos los meses a seis millones de españoles y sabía perfectamente cómo dañar de manera irreparable nuestra línea de flotación.

Fíjense que hasta que no se produjo éste hecho, hasta que no perdimos el 75% de nuestra audiencia, "la mafia judicial" española siquiera nos había presentado una querella: no se atrevían. Pero Facebook y Ana Pastor le hicieron el trabajo sucio, le despejaron el camino para atacar a un enemigo en franca desigualdad numérica, con sus baterías antiaéreas destruidas, con su arsenal bajo mínimos y con la moral muy tocada por los daños sufridos tras el ataque demoledor del judío "cara de libro".

No fueron pocas, también, las deserciones de colaboradores que se mostraban como los más disidentes y los más entusiastas mientras todo eran éxitos y parabienes para el periodismo de La Tribuna de España (aumento de casi un millón de lectores cada mes, aperturas de nuevos periódicos digitales...); pero que cuando vieron que ésto iba en serio, que el enemigo era el propio sistema y que no disparaban con munición de fogueo, sacaron el miserable cobarde que llevaban dentro (como ocurre en toda guerra y en el bando más débil) y salieron "cagando leches" a ponerse a cubierto de "la disidencia controlada", amariconaron sus discursos y encontraron cobijo en las filas deperiódicos, que van de patriotas y de independientes, pero que no son más que esa prensa discrepante del poder pero sometida al mismo, prolongación y voceros de "la derechita valiente" que hace mucho ruido, pero que vive de las subvenciones y de los escaños, que aplaude a la constitución y que forma parte asquerosa del putrefacto Régimen del 78.

Entonces dejamos Facebook y nos mudamos a la rusa VK donde permanecemos, al menos, felices de no ser censurados -hasta día de hoy- en ninguna de nuestras publicaciones.

9 querellas criminales y cuatro millones de lectores menos, después, puedo asegurar que hay vida más allá de Facebook.

Ahora ha sido YouTube la que nos ha sancionado hasta el próximo mes de octubre sin poder publicar nuevos vídeospor supuesto "discurso de incitación al odio", por un vídeo viejo que, además, no era nuestro sino de "Aquí La Voz de Europa" a quien les ofrecimos nuestro canal cuando fueron censurados por YouTube.

Ya ven (yo jamás me corto a la hora de cortar la verdad) no hemos recibido idéntica y justa reciprocidad de "Aquí La Voz de Europa", ahora que los censurados somos nosotros; en fin, uno ya no se sorprende de nada: tengo el cuerpo lleno de puñaladas traperas y la mochila cargada de traiciones e ingratitudes.

YouTube nos censura cuando superamos, en sólo unos meses, los tres millones de visulaizaciones y estábamos muy cerca de obtener 20.000 seguidores, 20.000 seguidores de verdad y no como "otros disidentes" que pagan por incrementar el número de suscriptores en una indecente maniobra que, además, supone el más vil de los sometimientos a la mentira de esa plataforma.

Así que, después de mucho reflexionar, al final los principios van por delante de todo; si tenemos que morir, moriremos, al menos con la cabeza bien alta.

Acaso seamos el primer grupo de comunicación que abandona todas las plataformas sionistas (Facebook, YouTube y WhatsApp) y nos aventuramos a que sea lo que Dios quiera.

Necesito creer que más allá de este "único mundo virtual" que nos ha planificado el Nuevo Orden Mundial, debe haber vida y, si es posible, vida inteligente.

Y así, con nuestros cuatro fusiles desfasados, nuestra arcaica artillería y nuestra escasa -pero fiel y convencida- infantería, emprendemos camino hacia "la noche clara, arma al brazo y en el cielo los luceros...".

A partir de mañana, La Tribuna de España (latribunadeespana.com), La Tribuna Radio y La Tribuna TV, sustituye WhatsApp por Telegram, Facebook por VK y YouTube por las plataformas UgeTube, RuTube y BigChute.

Nuestros seguidores podrán acceder a los contenidos que publiquemos con sólo pinchar los enlaces de nuestras noticias, o entrando directamente en estas plataformas y haciéndose usuario de las mismas.

El abandonar la dictadura sionista y atreverse a respirar el poco aire libre que nos corresponda, es una decisión que también pueden tomar ustedes: quien acepta las miserables condiciones de permanencia de Facebook y Youtube es porque quiere, y quien utiliza WhatsApp -sin conocer la letra pequeña e ignorando a qué autoriza a los propietarios de la red- es, también, porque le da la gana.

Ya sé que la gente tiene toda su vida metida en Facebook, que todos sus contactos los mantiene en WhatsApp... repito: la permanencia en estas redes es un acto volutivo; es lo mismo que quienes, pese a tener conocimiento de la explotación laboral infantil en el tercer mundo que practica Nike, decide seguir comprando productos de esta conocida marca de material deportivo (ya sé que no es el único ejemplo y que existen otros muchos igualmente sangrantes)... allá cada quien con su conciencia.

Yo no sólo he de arrastrar con mi conciencia, sino que, en mi condición de director general del GRUPO Tribuna de España, he de tomar decisiones que afectan a otras personas que trabajan en este proyecto de periodismo alternativo, disidente, patriótico y de Tercera Posición.

Les aseguro que me ha costado mucho tomar la decisión de abandonar las redes sionistas pero, también les aseguro que me siento muy orgulloso, acaso, de ser el primer medio de comunicación, a nivel mundial, que rompe absolutamente con la estrella de David, con el nexo que le une a la misma soga con la que somos estrangulados.

Adiós, perros, sionistas... con vuestro pan os lo comáis.

La disidencia, más allá de Facebook, YouTube y WhatsApp continua su camino de frente, con la cabeza alta, y cara al sol.