Una mujer denuncia que su expareja, un marroquí en situación irregular, la vigilaba con un programa espía

La fiscalía reclama 23 años de prisión, porque le imputa delitos como maltrato, amenazas, acoso y descubrimiento de secretos.

Pero el delito más grave por el que está acusado es el de agresión sexual, ya que, según la fiscalía, obligó a la mujer a que le realizara una felación, en contra de la voluntad de la víctima.

La acusación sostiene que contra este acusado se debe aplicar una agravante de discriminación por razón de género.

«Decidía cada uno de los pasos que tenía que dar, hasta incluso el color de mi teléfono móvil, porque estaba obsesionado en controlar todos mis movimientos», explicó la víctima.

Según ella, era tal la obsesión del acusado para que no tuviera ni la más mínima relación con otros hombres, que incluso les exigía a sus compañeros de trabajo que le mostraran sus móviles para comprobar si habían intercambiado mensajes con ella.

Una amiga de la víctima contó que en una ocasión le escupió cuando ella iba en un coche.