Una de moros: Tres peleas callejeras en 72 horas añaden presión a Colau por la inseguridad




Las zonas turísticas de Barcelona han sido escenario, en las últimas 72 horas, de tres peleas tumultuarias. Trifulcas que, gracias a la presencia de móviles y redes sociales, cada vez son más visibles. Las peleas se producen en una zona donde el consejero de Interior, Miquel Buch, admite que no ampliará el número de Mossos para velar por el orden público. Los sindicatos de policías denuncian que no hay efectivos suficientes para cubrir el distrito de Ciutat Vella, el que recibe más turistas y, también, más denuncias por hurtos y robos.

Los partidos de la oposición municipal, con la excepción de la CUP, critican asiduamente al gobierno de Ada Colau, al que acusan de la inseguridad que se vive en las calles de Ciutat Vella. Colau exigió —en la primera Junta de Seguridad Local, el 13 de junio, en la que participó Buch tras la recuperación del autogobierno de la Generalitat— que se ampliara el número de efectivos en la capital catalana. La primera edil reforzó la presencia policial de guardias urbanos pero admitió no tener plenas competencias en orden público y exigió al gobierno autonómico “responsabilidad” en seguridad. Lo cierto es que no hubo ampliación en el número de agentes.

Ayer el portavoz de ERC en el Consistorio, Jordi Coronas, volvía a la carga y exigió la comparecencia de la alcaldesa después de tres peleas en menos de 72 horas. “Esto parece el salvaje oeste”, afirmó el republicano después de que dos de las últimas peleas se hayan viralizado en las redes sociales.

La última de las trifulcas tuvo lugar a las 6.00 de ayer en la zona de discotecas del Port Olímpic de Barcelona. Una veintena de personas de origen paquistaní y magrebí se enzarzaron en una riña tumultuosa. Según fuentes cercanas al caso, se trataba de una trifulca entre bandas de vendedores ambulantes de bebidas —que a veces también ofrecen droga— por una guerra de zonas. Los Mossos detuvieron a cinco personas de entre 18 y 28 años, a los que se les atribuye la participación en la pelea múltiple en la que se utilizaron palos, piedras y botellas.

Precisamente la zona de playas de la Barceloneta también fue el escenario, el jueves, de otro encontronazo entre conductores de bicitaxis, bicicletas de más de dos ruedas que trasladan a pasajeros, en su mayoría turistas. Entre el colectivo de conductores hay mucha tensión después de que proliferen bicitaxistas ilegales a los que el colectivo denomina furtivos. Por causas que se desconocen, varios conductores acabaron a tortazos en la playa de Somorrostro. Las imágenes fueron recogidas por un turista, que las compartió en las redes sociales.

Lucha de bicitaxis

La primera empresa de bicitaxis comenzó a operar en 2003, pero hasta 2017 nadie impuso una normativa sobre las zonas por las que podían circular. Fue el gobierno de Ada Colau el que redujo a solo unos circuitos el paso de estos aparatos. Además, el Ayuntamiento obliga a obtener una pegatina identificativa donde quede registrado cada bicitaxis y la Guardia Urbana ha inmovilizado decenas de aparato. Pese a ello, parece no tener freno un negocio que es muy rentable. Los conductores que lo explotan pueden llegan a obtener 200 euros diarios. El pasado jueves, una decena de bicitaxista se apalearon, por causas que los Mossos investigan, pero cuyas consecuencias también quedaron grabadas en un teléfono móvil.

El miércoles tuvo lugar la primera de las peleas. Desde un balcón, una vecina grabó cómo en la calle Ferran se enzarzaron un grupo de turistas con vecinos de origen asiático. La escena acabó a puñetazo limpio y con gritos que exigían la presencia de la policía. La patrulla nunca llegó.
El 8 de agosto, el PDeCAT, ERC, C’s, PP y el PSC — antiguo socio de gobierno de BComú— exigieron la dimisión de Colau como responsable de seguridad. Los partidos de la oposición reprobaron al ejecutivo municipal por no resolver problemas como los narcopisos, la inseguridad, los ataques a intereses turísticos y el top manta. Los sindicatos de los Mossos d’Esquadra denuncian que la falta de efectivos en Ciutat Vella es alarmante.

Tres peleas callejeras en 72 horas añaden presión a Colau por la inseguridad