Un error de María Patiño genera todavía más dudas sobre un posible amaño en el concurso GH Vip

‘Quiz Show’

Seguramente muchos de ustedes recordarán la extraordinaria película de 1994 ‘Quiz Show’ dirigida por Robert Redford. La película narra los escándalos relacionados al programa de concursos Twenty One en la década de 1950, el ascenso y la caída del popular concursante Charles Van Doren después de la derrota arreglada de Herb Stempel y las investigaciones posteriores de Richard Goodwin.

Desde la cámara acorazada de un banco, las respuestas a “Veintiuno”, un concurso de televisión de máxima audiencia, se envían a un estudio de televisión mientras los productores Dan Enright y Albert Freedman lo ven desde la cabina de control. La atracción principal de la noche es el residente de Queens, Herbet Stempel, el campeón reinante, que responde pregunta tras pregunta. Sin embargo, tanto la cadena como el patrocinador del programa, un tónico suplementario llamada Geritol, averiguan que los índices de audiencia de Stempel están empezado a bajar, dando a entender que el programa se beneficiaría de un nuevo talento.

Enright y Freedman encuentran a un nuevo concursante en el profesor de la Universidad de Columbia, Charles Van Doren, hijo del renombrado poeta e intelectual Mark Van Doren y la novelista Dorothy Van Doren. Los productores le ofrecen sutilmente arreglar el programa para él, pero Van Doren lo rechaza. Enright pronto invita a Stempel a cenar en un restaurante, donde le revela la noticia de que Stempel debe perder para recuperar los índices de audiencia. Stempel acepta, sólo a condición de que permanezcan en la televisión, amenazando con revelar la verdadera razón de su éxito: le daban las respuestas.

Comparar ese hecho real relatado en la película de Redford con lo que sucede normalmente en ‘Gran Hermano’ parece una tontería pero no lo es tanto. Sobre ese concurso siempre se cierne la sombra de la sospecha, siempre se habla de fraude, de amaño, de manipulación y de tongo. Y de ser cierto ese amaño sí tendría importancia porque entonces hablamos de algo serio, de un problema legal. Una estafa tanto a concursantes como a los espectadores con el fin de buscar la mayor audiencia posible empañaría la limpieza de ese concurso y probablemente, de ser alguna vez probado, acabaría con él.

Partiendo de esa base, no es demasiado lógico que personas que trabajan en la cadena que emite ese concurso participen en él porque en ese momento ya se empieza a generar dudas. Pero si además de eso, desde la propia cadena y por parte de trabajadores de la misma se fomenta el voto a favor de un determinado concursante, la cosa ya pasa de castaño a oscuro.

El pasado jueves se enfrentaban dos nominados para ser expulsados de la casa. Uno era Dinio y la otra era una empleada de la cadena, Mila Jiménez. El apoyo recibido por Mila Jiménez desde distintos programas de la propia cadena fue descarado. Pero lo que hizo María Patiño y que, además, publicó a través de su cuenta de Twitter fue saltarse las propias normas del concurso. Publicó un pantallazo con el que mostraba a todo el mundo haber participado en la votación y haber votado en contra de Dinio.

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Este hecho podría considerarse de mejor o peor gusto, incluso poco apropiado pero hay un problema más grande todavía: se salta las normas escritas de ese concurso de una forma descarada.




Antes, todos los concursos de televisión se hacían ante notario e incluso desde la propia televisión se decía qué notario era el encargado de verificar la limpieza del concurso o del sorteo. Parece una tontería, el programa puede gustar más o menos, pero la falta de limpieza en un concurso de este tipo es una gran estafa para todo el mundo que lo siga. En primer lugar porque se perdería el interés desde el primer día y en segundo porque hay mucho dinero en juego: publicidad y también el dinero que el espectador decida gastarse para participar en las votaciones.

No es serio, no sabemos si puede ser legal o no, pero desde luego no es serio.