Mujer alemana intentó parar una pelea de refugiados y fue apuñalada como recompensa

Caso Aislado:

Ocurrió en Hannover a finales de marzo, pero no ha sido hasta este mes de agosto cuando se ha iniciado el juicio contra el refugiado sirio, de 17 años, que apuñaló a una joven de 24 años en un supermercado.
Ese día, Vivien K., estaba trabajando como un día más. Atendía con su característica sonrisa a cada uno de los clientes que pasaban por caja cuando desgraciadamente coincidió con Abdullah A., un refugiado sirio de 17 años que estuvo a punto de quitarle la vida.
Durante el juicio, el refugiado sirio no se mostró arrepentido y se defendió e incluso justificó su actuación. Pese haber sido acusado de intento de homicidio por apuñalar a la joven de 24 años, a la que le rompió las costillas, le lesionó el hígado, el estómado, el riñón y el intestino, el joven no muestra arrepentimiento alguno.​
“Soy un refugiado modelo. Los conflictos con el cuchillo son algo habitual en mi país. Son costumbres regionales. Si alguien me insulta, puedo apuñalar. E incluso en algunos casos puedo matar a esa persona”, defendió. “Mi religión no impide este tipo de actos”.

El único error de Vivien fue el de tratar separar a dos subhumanos que se estaban peleando, entre los que estaba Abdullah, que reaccionó apuñalándola con un cuchillo de 10 centímetros por estar fuera de la cocina en horario laboral.

La culpa en realidad no es del moro, siempre ha sido y continuara siendo moro, la culpa es del estado alemán, por iniciar campañas propagandísticas con intenciones de convencer a la gente de que ellos son iguales a nosotros.

Si no existieran dichas campañas los moros del desierto y su religión serían vistos como realmente son y la gente no se acercaría a intentar evitar que dos subhumanos dejen de pelearse, simplemente se alejarían lo suficiente y dispararían con cualquier arma que tuvieran a mano.

Mujer alemana intentó parar una pelea de refugiados y fue apuñalada como recompensa