La estrategia que tiene la dictadura globalista que se quiere implantar en todo el mundo es clara: vender el discurso que la gente quiere escuchar, y que cree que les salvará de ellos, y adornarlo para que crean que se está eligiendo alguien distinto, pero que en definitiva venda lo que ellos nos quieren vender.

Ayer domingo se celebraban las elecciones en Italia. La gran favorita de todas las encuestas era Giorgia Meloni, del partido Fratelli d’Italia. Italia ha sido uno de los países que más ha sufrido la dictadura sanitaria de estos tres últimos años gracias a ese indeseable llamado Mario Draghi, que adoptó, a lo largo de su mandato, unas medidas draconianas de vacunación voluntaria, pero en realidad obligatoria porque impedía a los italianos que no decidieran vacunarse, prácticamente, vivir con normalidad.

Italia no es España y los italianos no han tragado con esa dictadura, puesto que inmediatamente salieron a las calles a protestar. Debido a esas protestas, Draghi anunciaba su dimisión y se convocaban elecciones. Y lógicamente, tras esa convocatoria de elecciones comenzaron las sospechas de pucherazo, algo a lo que nos tienen muy acostumbrados desde hace mucho tiempo.

¿Qué podía hacer el globalismo, dar otro pucherazo como los de España, Estados Unidos o Francia, por poner algunos ejemplos? No, en Italia han cambiado de estrategia. Les han presentado a una candidata con un eslogan que gustara y que estuvieran deseando escuchar: “Dios, patria y familia”. Además, ha sido muy crítica con la inmigración ilegal y con la Unión Europea, pero hasta ahí.

Porque la cosa ahora es vendernos el regalo adornado con un bonito papel, para, una vez desenvuelto, encontrarnos con el mismo de siempre. Meloni ha sido una firme defensora de la vacunación y del pasaporte “verde”. Pero, ¿no le importaban los italianos? Aquello de “Dios, patria y familia” sonaba muy bien. ¿Y los que han sufrido los efectos secundarios de las inoculaciones e incluso han muerto por ellos? No importa. Ella decía en su eslogan electoral “Dios” y la vacuna del Covid es el nuevo “Dios” para todo el mundo. Es infalible, como el Papa Bergoglio.

Por lo tanto, parece que en Italia se la han colado y nos la han colado a todos. Meloni es el Steegmann de Vox y los italianos, por desgracia, han tragado con lo mismo que tragamos en medio mundo, con lo menos malo.

Mientras tanto, parece que nos encontramos con que en estas elecciones han vuelto a ganar los de siempre. Para nuestra desgracia, parece ser que la solución no viene, definitivamente, de la mano del engendro político que nos quieran presentar, viene de la mano de la sociedad civil que se una y pegue una patada en el trasero a toda esta gentuza. Es difícil, pero no imposible.



 
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La gobernante italiana GEORGIA MELONI, que se autodenominaba como patriota y anti mundialista, ganó las elecciones gracias a estos carteles donde prometía BLOQUEO NAVAL INMEDIATO y ¡cero desembarcos de inmigrantes! Sólo fue una estafa y un engaño para que los borregos la votaran, ya que en sólo 10 meses ha dejado entrar 150.000 inmigrantes africanos y quiere otros 500.000. En cuatro años quiere millones de africanos nuevos en Italia. ¡DEBE SER DETENIDA!
 

El Gobierno de Meloni permite a las ONG más rescates ante la emergencia por la llegada masiva de inmigrantes​

En lo que va de año han desembarcado casi 94.000 migrantes en las costas italianas, más del doble que en el mismo periodo de 2022

La región de Sicilia, en el sur de Italia, se encuentra desbordada después de que en las últimas 24 horas hayan llegado más de 3.000 migrantes a los puertos de Lampedusa, la isla más próxima a las costas africanas, y Porto Empedocle, donde acaba de atracar el velero Astral de la ONG española Open Arms.

El Astral ha podido desembarcar en territorio europeo a las 59 personas rescatadas en el velero, equipado para asistir a embarcaciones pero no para largos trayectos, tras pedir al Gobierno italiano que le asignara un puerto "urgentemente" ya que en un primer momento les ordenaron dirigirse a Túnez.

"Túnez no puede ser considerado un puerto seguro de desembarco", protestó públicamente la ONG, que tras el rescate tuvo que evacuar a una mujer embarazada en alta mar con ayuda de las autoridades de Malta.

Porto Empedocle, situado en el sur de la isla de Sicilia, tiene previsto recibir hoy a más de 1.000 migrantes, ya que a los socorridos por Open Arms se sumarán las más de 370 personas que llegarán allí tras ser rescatadas por el barco Ocean Viking, de la ONG fracoalemana Sos Mediterranée.

La tripulación del Ocean Viking asegura haber socorrido a 623 personas en 15 operaciones de rescate ejecutadas en los últimos dos días, ya que la situación en el Mediterráneo central es dramática con decenas de pateras intentando llegar a las costas europeas.

"Entre los supervivientes hay 15 niños, 146 menores no acompañados y 462 adultos, todos ahora a salvo y cuidados a bordo del Ocean Viking. Las principales nacionalidades son Sudán, Guinea, Burkina Faso, Costa de Marfil, Benin y Bangladesh", informó la ONG en sus redes sociales.

Las autoridades italianas han ordenado que la mitad de los pasajeros lleguen a la isla de Lampedusa, la más meridional de la región de Sicilia, y el resto sean desembarcados en Civitavecchia, en el centro de Italia y a pocos kilómetros de Roma.

Desde Lampedusa, sin embargo, tendrán que ser trasladados a Porto Empedocle por los guardacostas italianos, puesto que las instalaciones de su puerto no dan más de sí, con 2.600 migrantes en un centro de acogida con capacidad para 400.

Además de las personas socorridas por los buques humanitarios, otros grupos de migrantes logran llegar por sus propios medios, en la última noche fueron 380 personas a bordo de 13 pateras.

Otros buques humanitarios se encuentran en el Mediterráneo prestando ayuda: el alemán MareGO rescató a 46 migrantes; el Life Supportt, de la ONG italiana Emergency, salvó a 76 personas cerca de Malta; y el Humanity 1 viaja con 100 pasajeros socorridos en varias operaciones. Asimismo, el buque español Open Arms ha zarpado de nuevo para completar nuevos rescates.

Según los últimos datos del Ministerio del Interior italiano, en lo que va de año han desembarcado casi 94.000 migrantes en las costas italianas, más del doble de los cerca de 45.000 del mismo periodo del año anterior.

CAMBIO EN LA POLÍTICA DEL GOBIERNO​

Las 15 operaciones de rescate llevadas a cabo por el Ocean Viking antes de entrar a puerto suponen un escenario nuevo en comparación con lo que ocurría hasta ahora. El controvertido decreto Piantedosi aprobado definitivamente en febrero pasado pedía a los barcos de las ONG que realizaran un solo rescate y luego pusieran rumbo de inmediato al puerto de descarga que les indicaba el Ministerio del Interior.

En los últimos meses, los migrantes han sido dirigidos repetidamente a puertos alejados del punto de rescate (La Spezia, Livorno, Ravenna...). La intención declarada era limitar la acción de las organizaciones humanitarias, consideradas por el Gobierno como un foco de atracción para las embarcaciones de migrantes. Sólo en el caso de situaciones de emergencia, las ONG pueden realizar rescates múltiples pero en coordinación con las autoridades nacionales. Y eso es lo que ha sucedido en las últimas horas

El último informe de Frontex, la agencia de la UE para el control de fronteras, informa que los pasos por la ruta del Mediterráneo central (la que se dirige a Italia) han aumentado un 115% mientras que todas las demás están disminuyendo.

En ese contexto también ha cambiado la respuesta gubernamental. Según el Corriere della Sera, se ha producido un "armisticio", previsto en ese decreto, y las ONG pueden realizar más rescates antes de poner rumbo a puerto. Los rescates -como ha hecho el Ocean Viking- también se completan en la zona de jurisdicción de Malta. Este país no suscribió el convenio de 1979 que regula la búsqueda y salvamento de embarcaciones en dificultades porque consideraba que el área de competencia que se le asignaba era demasiado grande para las capacidades de la isla.

 

Los alcaldes italianos se sublevan contra Meloni por los 100.000 migrantes que acogen sin su ayuda​

Los ayuntamientos de todo el país critican que el Gobierno no ofrece "herramientas y recursos" para hacer frente a la llegada de más de 100.000 personas entre enero y julio.

Los alcaldes italianos se han sublevado contra el Gobierno que preside la ultraderechista Giorgia Meloni, a la que acusan descargar sobre ellos la difícil situación de acogida de los más de 100.000 migrantes llegados a Italia en los primeros siete meses del año.

El sistema "está al borde del colapso" porque faltan "herramientas y recursos", asegura a Efe Darío Nardella, alcalde de Florencia, mientras Matteo Biffoni, alcalde de Prato y responsable de inmigración de la Asociación Nacional de Ayuntamientos Italianos (ANCI), cree que "los números están fuera de control".

Según los últimos datos oficiales, las llegadas desde principios de año han crecido más de un 115% respecto al mismo periodo de 2022 impulsadas por la crisis de Túnez, de donde huyen miles de migrantes subsaharianos, y que ya llevó a declarar en mayo pasado al Ejecutivo el "estado de emergencia migratorio".

La alarma de los alcaldes​

"Las medidas de este Gobierno no sólo no han sido eficaces, sino incluso contraproducentes, y por eso vivimos hoy una emergencia migratoria. La situación es muy grave", dice Nardella, sobre, entre otras, las normas para las ONG de rescate y el llamado "decreto Cutro", adoptado tras la muerte de al menos 94 personas, 35 de ellas niños, frente a Calabria (sur) en febrero pasado.

La alarma llega en un momento "muy complicado de gestionar", según Biffoni, y más tras la circular de Interior que insta a los solicitantes de asilo que hayan visto reconocido su derecho a protección internacional a abandonar las estructuras de acogida, aunque no tengan documentos, lo que, alegan los alcaldes, dejará en el "limbo" a muchos menores.

"La ley italiana es muy protectora con los menores no acompañados, pero no podemos tratarlos como deberíamos" porque "faltan estructuras" e "incluso los prefectos no tienen recursos para dar, por ejemplo, a las asociaciones del tercer sector, como Cáritas, y todos estos factores juntos están explotando", explica el alcalde florentino.

Nardella, exponente destacado del progresista Partido Demócrata (PD), acusa a Meloni de utilizar la inmigración como arma electoral, prometiendo en campaña "que resolvería de raíz" del problema: "Pensaba que llegaría al Gobierno, iría a Europa y cambiaría inmediatamente las reglas de acogida", pero "no ha ocurrido nada de eso".

Ahora "los ayuntamientos no pueden más desde el punto de vista económico pero tampoco organizativo", según Biffoni, que pide al Gobierno que "revise algunas de sus decisiones".

Las críticas han llegado incluso de alcaldes de la Liga, la formación que lidera Matteo Salvini y que forma parte de la coalición gubernamental, aunque el ministro del Interior, Matteo Piantedosi, fue el jefe de Gabinete del propio Salvini cuando éste ocupó esa cartera en 2018.

450.000 migrantes hasta 2026​

El Ejecutivo ha respondido calificando de "surrealista" la posición de los alcaldes y asegurando que la decisión de las cuatro regiones lideradas por el centroizquierda de no adoptar el estado de emergencia ha "impedido activar las procedimientos acelerados para crear estructuras de acogida".

Como explica a Efe una fuente del ministerio del Interior: "El Gobierno italiano quiere para los migrantes canales de entrada regulares, planificados y seguros. Al mismo tiempo, está decidido a luchar contra la trata de seres humanos y la inmigración ilegal".

Y en esa línea destaca que el Ejecutivo prevé hasta 450.000 entradas regulares en tres años tras la aprobación del nuevo decreto de flujos, al tiempo que recuerda que, gracias a los acuerdos impulsados por Meloni junto a la Unión Europea (UE), Túnez y Libia han bloqueado desde el 1 de enero entre 45.000 y 60.000 salidas de migrantes.

"Es cierto que toda Italia está soportando una carga que debería ser de toda Europa, y estamos trabajando en la UE" para conseguir "una redistribución más equitativa de los inmigrantes", afirmó este lunes el vicepresidente y ministro de Exteriores, Antonio Tajani, que recordó que "pronto" se van "a introducir mecanismos más estrictos y eficaces para el retorno de aquellos que no tienen derecho a ser acogidos".

Tajani se refería al decreto anunciado para septiembre por Piantedosi para reforzar las expulsiones, una medida que Nardella considera "propagandística", al tiempo que lamenta que en materia migratoria el Gobierno de Meloni "o no es capaz de afrontar el problema o no quiere hacerlo".

Hasta este lunes los migrantes llegados a Italia en 2023 fueron 105.449 frente a 50.759 en el mismo periodo de 2022, con Túnez reemplazando a Libia como principal país de salida hacia Italia y con un incremento también de las repatriaciones del 28,05% y de las solicitudes de asilo (70,59%), de las que se rechazaron una de cada dos.

Mientras, por el mal tiempo, los desembarcos se han detenido en los dos últimos días en Lampedusa (sur), lo que ha permitido rebajar hasta 941 la cifra de migrantes en su centro de acogida, de los que 303 son menores no acompañados que serán enviados a diversas ciudades italianas, como Marina de Carrara (noroeste), donde este martes atracó el Open Arms con 195 rescatados a bordo, que serán repartidos entre las regiones de Piamonte, Toscana y Umbría.