Gran parte de la izquierda española ha criticado el nombramiento de Marta Ortega por no respetar los principios de la meritocracia. Pero muchos dentro de esa misma izquierda defienden el clientelismo y el enchufismo dentro del sector público.
 


Hoy hablaremos de esa parte de España que aspira a vivir de las subveciones y las paguitas y que se burlan de esa meritocracia que para ellos es basicamente ascender por méritos afectivo-se*uales. Hablaremos también de ese sindicato de youtubers que quieren ser influencers sin influir en nadie o de la envidia que le corroe a millones de españoles que odian a Amancio Ortega y alaban a Rufian. Qué cruz...