Macron entra en campaña contra el «separatismo islamista» francés

Emmanuel Macron presentó este martes en Mulhouse (departamento Alto Rin), una de las «capitales» del islam de Francia, su proyecto de «reconquista» de los territorios de la República francesa amenazados por el «separatismo islamista». En un discurso de muy altos vuelos intelectuales y políticos, el presidente de la República analizó la nueva realidad multicultural de Francia, insistiendo en la emergencia de un problema de inmenso calado, presentado de este modo: «El separatismo islamista es un proyecto político incompatible con la libertad y la igualdad y la identidad y la unidad de la nación».

Quizá por vez primera en la historia política de Francia, un presidente denuncia una deriva religiosa, cultural y política que va más allá de la mera y trágica amenaza yihadista subversiva, amenazando la matriz cultural de la nación.

A primeros octubre 2019, haciendo el elogio fúnebre de las víctimas de la matanza de la Prefectura de París, anunció el comienzo de una larga batalla nacional contra el yihadismo subversivo: «Ante el terrorismo islamista, lanzamos un combate sin descanso, una lucha implacable, contra la hidra islamista, un islam descarriado portador de muerte».

Se trataba, entonces, de un análisis clásico: el yihadismo revolucionario es una amenaza policial, paramilitar, que es necesario combatir con determinación marcial, claro está.

Cinco meses más tarde, Macron desvela una nueva dimensión de esa amenaza global: el «separatismo islamista». Un islam proselitista que aspira a crecer al margen de los valores, principios e instituciones de la república, el Estado. Si la hidra yihadista es una amenaza terrorista directa, el separatismo islamista es una amenaza contra la matriz de la sociedad civil, sembrando semillas de descomposición cultural, moral.

A juicio de Macron, el separatismo islamista es una amenaza de nuevo cuño, global, que él percibe de este modo: «Parte de la república quiere separarse de nuestras instituciones. De manera elíptica o directa, en nombre de una religión, el proselitismo islamista aspira a romper los lazos que unos unen como ciudadanos libres, haciendo de la religión un proyecto político contra nuestra república y Estado».

A juicio de Macron, el separatismo islamista es una amenaza de nuevo cuño, en Francia, que va más allá del mero comunitarismo, por estas razones: «En nuestra sociedad, en nuestra Nación, nuestro Estado, la laicidad permite a cada cual vivir sus creencias, respetando las leyes comunes, que nos unen y son el principio mismo de nuestra unidad y libertad». «El Estado, las leyes de nuestra República, nos impone a todos derechos y deberes, obligaciones», afirmó Macron, agregando: «Esa es la matriz común de la nación. Desde hace décadas, en nombre de una religión, manipulada, el separatismo islamista invita a muchos de nuestros conciudadanos a no respetar las leyes ni las instituciones, construyendo un proyecto de separación. Se trata de un proyecto que debemos combatir, porque es una amenaza para la matriz de la nación».

Cuatro líneas contra el separatismo islamista

El presidente Macron avanzó cuatro líneas de lucha contra el separatismo islamista:

1.- Combatir la influencia extranjera a través de la financiación de mezquitas y escuelas. Macron se propone invitar a los países musulmanes (Turquía, Argelia, Marruecos, Qatar, entre otros), que financian escuelas y mezquitas en Francia, a repensar esa influencia. Maestros e imanes extranjeros serán controlados de manera más efectiva, incluso policial. Macron anuncia medidas policiales severas contra cualquier intento de injerencia en la escuelas y mezquitas financiadas con dinero extranjero.

2.- Mejor organización del islam de Francia… Macron «invita» a las organizaciones musulmanas oficiales a colaborar más estrechamente con los servicios e instituciones del Estado. Anuncia un proyecto de formación de imanes, por cuenta del gobierno, con el fin de asegurarse el debido respeto de la legislación, cultura e instituciones, evitando que los imanes que predican en Francia estén formados en muy diversos países musulmanes.

3.- Luchar contra manifestaciones separatistas. Los servicios de seguridad del Estado tomarán medidas especiales contra manifestaciones de carácter cultural que pudieran interpretarse como separatistas, por distintas razones.

4.- Hacer respetar el Estado por todas partes… Dicho de manera más simple y directa: los servicios de seguridad del Estado serán convenientemente reforzados para combatir las nuevas formas del subversión del Estado y la Nación, ya que, insistió Macron, «el separatismo islamista es incompatible con la libertad y la igualdad y la identidad y la unidad de la nación».

Macron lanzó esa «operación reconquista» en Mulhouse (110.000 habitantes), al este de Francia, una de las capitales del islam francés. Y en uno de sus barrios más problemáticos, Bourtzwiller (20.000 habitantes), que tiene una importancia muy particular en la nueva geografía de los radicalismos no solo religiosos.

En Mulhouse se ultima la construcción del Centro y la Gran Mezquita An Nour, financiada por Qatar, cuya gestión está controlada por la Asociación de los Musulmanes de Alsacia, próxima a los Hermanos Musulmanes. Bourtzwiller es uno de los 47 barrios definidos como «barrios de reconquista republicana» por el Ministerio del Interior.

Se trata de uno de los guetos suburbanos donde el multiculturalismo, la criminalidad, el yihadismo de la «especie» más baja, los tráficos más turbios, se han incrustado de manera inquietante en una descompuesta «vida social». Bourtzwiller es uno de los 17 “territorios” suburbanos donde el radicalismo islamista ha cobrado una importancia particular, inquietante.