La Policía investiga en Murcia la supuesta agresión sexual a tres hermanas estadounidenses en Nochevieja

La Policía Nacional investiga un posible caso agresión sexual a tres ciudadanas estadounidenses ocurrido en el barrio de Santa Eulalia de Murcia, en Nochevieja. TVE ha podido confirmar que las tres jóvenes, hermanas de 18, 20 y 23 años, han presentado denuncia en comisaría.

Según ha podido saber TVE, las tres jóvenes conocieron en un pub a tres hombres iraníes. Una de ellas abandonó el local con uno de los hombres y se fue a casa de él, donde, presuntamente, se perpetró la agresión.

Sus dos hermanas abandonaron más tarde el pub con los otros dos indiviudos, y se fueron con ellos a su propio alojamiento, donde, según su denuncia, también fueron agredidas sexualmente.

Investigación en marcha

Tras la denuncia se activó el protocolo habitual, que lleva a las víctimas a pasar reconocimiento médico, en este caso en el hospital Virgen de la Arrixaca. También prestaron declaración ante el servicio de atención directa de incidencias, según informa EFE. El caso ha pasado este jueves a la Unidad de Atención a la Familia y a la Mujer (UFAM), la unidad que se encarga de los delitos de violencia de género y sexual.

Los tres hombres han sido localizados pero no detenidos. Ahora la Policía busca testigos que puedan aportar datos a la investigación.
Según ha podido conocer TVE, las tres jóvenes, de Estados Unidos, han expresado su intención de volver a su país este jueves y van a dejar las actuaciones en manos de sus representantes legales en España.

 
Primera Manada del 2020: Tres iraníes violan a unas hermanas norteamericanas en Murcia

La Policía Nacional está investigando un caso de agresión sexual a tres ciudadanas de los Estados Unidos ocurrido en el barrio de Santa Eulalia de Murcia, en Nochevieja. Las tras mujeres son tres hermanas, de 18, 20 y 23 años y ya han presentado denuncia en comisaría. Según fuentes locales, las tres chicas estaban disfrutando de la última noche en un pub de esta ciudad, cuando tres hombres, de nacionalidad iraní se acercaron a ellas.

Las chicas explican que fueron violadas por estos hombres. Los tres hombres han sido localizados pero no detenidos. Ahora la Policía está buscando testigos que puedan aportar más detalles a la investigación. Personas presentes en el establecimiento que expliquen lo que realmente ocurrió.

Tras las Manadas de 2019, el primer día del año ya tenemos conocimiento de una nueva Manada. Y, una vez más, con agresores extranjeros como protagonistas. La impresión que se van a llevar las estadounidenses de España es una prueba más de la degradación de España.

 
Detenidos los tres presuntos violadores de las tres hermanas estadounidenses en Murcia

Llegaban en un vehículo policial a la Jefatura Superior de Policía y subían las escaleras ya en calidad de investigados. La Policía Nacional localizaba y arrestaba este jueves a los integrantes de la manada de Santa Eulalia, los hombres acusados de haber violado a tres hermanas en Nochevieja.

Los sospechosos son afganos y tienen edades comprendidas entre los 20 y los 25 años. Pasarán este jueves su primera noche en el calabozo y se espera que presenten declaración este viernes ante los investigadores de la Unidad de Atención a la Familia y Mujer (UFAM) de la Policía Nacional de Murcia, que se hizo cargo de esta investigación.

Las víctimas, tres hermanas de 18, 20 y 23 años respectivamente, denunciaban ante la Policía Nacional que tres individuos las habían violado en una vivienda de la plaza de la Candelaria, en la capital murciana. Rápidamente, los investigadores se ponían manos a la obra para dar con el paradero de estos sujetos, los cuales, según la declaración de las víctimas, serían tres amigos, extranjeros, con los cuales coincidieron en un pub para celebrar la llegada de 2020. Los ataques sexuales se habrían producido después, en el piso.

Ellos dicen que fue consentido

Aunque se tomará declaración a los sospechosos ya mañana, fuentes cercanas al caso han adelantado que ellos niegan haber violado a nadie y afirman que todo contacto con las chicas fue consensuado.

Las víctimas fueron sometidas a un examen forense, tras poner la denuncia. Según fuentes policiales, hay indicios no solo de ataque sexual, sino de lesiones en una de las jóvenes atacadas.

Ahora ha de ser el Juzgado de Guardia el que, presumiblemente el sábado, decida el destino de estos tres sospechosos.

A la hora de enjuiciar los hechos, fuentes consultadas por esta redacción recuerdan que ya existe jurisprudencia relativa a la intimidación ambiental, elemento clave para aplicar la doctrina que inauguró el Tribunal Supremo con la primera Manada (la de Pamplona) y que el mes pasado se empleaba para condenar a tres exfutbolistas del Arandina a la pena de 38 años de cárcel por agredir sexualmente a una menor.

Asimismo, se ha de demostrar si hubo cooperación necesaria, esto es, si cada uno de los acusados es responsable de la agresión cometida por él mismo y cooperador de la realizada por los demás. Una figura que se está aplicando también a la hora de enjuiciar a estas manadas.

La de Santa Eulalia es la tercera manada investigada en el municipio de Murcia. La primera, la de Beniaján (tres hombres agredieron a una joven, a la cual habían emborrachado previamente) en 2018; la segunda, la de Santa Rita, el pasado mes de agosto (una chica fue atacada por tres varones en un bloque de pisos de la barriada murciana) y, ahora, la de estos sospechosos.

 
Manada de Murcia: Las violaciones de las hermanas en Nochevieja se consumaron en dos casas

El delegado del Gobierno en Murcia, Francisco Jiménez, ha dicho hoy en rueda de prensa que la agresión sexual a tres hermanas norteamericanas en Murcia la pasada Nochevieja se produjo en dos domicilios diferentes, uno en la plaza de la Candelaria en el que residía la menor de ellas en su estancia como estudiante, y otro lugar diferente del caso ha sido la vivienda de los tres ciudadanos afganos arrestados.

Jiménez, al término de su tradicional comparecencia sobre balance de tráfico, respondió a los múltiples periodistas que habían acudido para cubrir este suceso sobre una investigación que todavía está abierta porque se están recabando todas las pruebas posibles y se está pendiente también de la toma declaración de los detenidos, tras haberlo hecho el día 1 las víctimas.

Dos de los tres detenidos tenían concedido recientemente el asilo político en España y uno de ellos estudia formación profesional en nuestro país, sin que ninguno de ellos cuente con antecedentes penales y su situación es regular en España dado que cuentan con permiso de residencia.

Las víctimas han volado de regreso a su país vía Viena (Austria), donde se encuentran en el día de hoy. La Policía Nacional se ha puesto en contacto con la embajada norteamericana en España para poder contactar con ellas y así ponerles al tanto de cómo va la investigación que se ha abierto en Murcia.

Por el momento el informe pericial médico del Instituto de Medicina Legal al que fueron sometidas las jóvenes en el hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia como fija el protocolo en estos casos no está en poder de la Policía Nacional, si bien sí se les ha facilitado una copia a las chicas para que se lo lleven consigo a su país.

La Policía están recabando imágenes de las cámaras de vigilancia existentes en el céntrico barrio de Santa Eulalia en el que las jóvenes contactaron con los detenidos en un local de ocio durante la Nochevieja. Además la policía investiga las redes sociales de las personas implicadas por si hubiera pruebas en torno a este caso.

Según explicó Jiménez, las dos hermanas mayores de la que se encontraba estudiando en Murcia viajaron a la ciudad en Navidad para pasar unos días de vacaciones en España y de paso viajara de vuelta a su país las tres juntas una vez que había concluido su curso de estudios.

Una de las tres hermanas fue la que acudió a la Comisaría de Policía a interponer la denuncia según la cual había relatado que sus hermanas habían sido agredidas también. La que puso la denuncia fue con uno de los tres agresores al domicilio que tenía alquilado en la plaza de la Candelaria, donde se produjo la agresión. Después las otras dos hermanas fueron al domicilio de los otros dos agresores, donde también se produjo otra agresión sexual.

Al parecer, los detenidos han sido llevados a diferentes comisarias después de haber pasado la noche en la ubicada en plaza Ceballos, próxima al barrio de Santa Eulalia donde tuvieron lugar los hechos. Hasta que no concluya la investigación policial que efectúan con minuciosidad no solamente la policía judicial, sino el grupo especial de Mujer UFAM y otras brigadas que colaboran en el caso no serán puestos a disposición judicial.

 
Los tres violadores de las tres hermanas de Murcia: Mohammad, Sayed y Johannes

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Mohammad, de 25 años, Sayed, de 21 y Johannes, de 20 años; ellos son los tres ciudadanos afganos detenidos por la presunta violación a tres hermanas norteamericanas la noche de Fin de Año en Murcia.

Los tres llevaban al menos dos años viviendo en España y ninguno de ellos tenía antecedentes. A Mohammad y Sayed, la Oficina de Asilo y Refugio de Madrid, les había concedido la residencia en España.

Redes sociales

Mohammad es el más popular ya que tiene mucha presencia en las redes sociales, dónde le gusta mostrarse, especialmente en Instagram, donde tiene miles de seguidores. Este fue uno de los factores que ayudó a localizarlo. Solía hacerse fotografías vistiendo y peinándose a la última moda.

Estudiantes en Murcia

Mohammad y Sayed estaban estudiando juntos turismo en un centro profesional de Murcia donde se matricularon juntos. El tercero, Johannes, estaría estudiando formación profesional también en la capital murciana.

La investigación

La búsqueda de los tres chicos empezó tan pronto como las tres hermanas de 18, 20 y 23 años, denunciaron que las habían violado la noche de Fin de Año. La Unidad de Atención de la Familia y la Mujer (UFAM) empezó a revisar las grabaciones de las cámaras de seguridad próximas a pubs, comercios y bancos próximos al piso del barrio de Santa Eulalia de Murcia, donde vivía una de las víctimas.

El siguiente paso fue rastrear las redes sociales y fue gracias a esto que identificaron donde estudiaban a Mohammad y Sayed. El hecho de que a este último se le concediera recientemente el asilo político posibilitó encontrar su domicilio y detenerlo el jueves.

El siguiente fue Mohammad, de 25 años, que llegó a España después de pasar una temporada en Dinamarca. Precisamente él mismo se quejó de que en este país no le habían concedido el asilo político el año 2017, en una entrevista publicada en un medio danés hace dos años.

También el jueves la policía detuvo Mohammad cuando iba a su casa, estaba acompañado de un chico que resultó ser Johannes, de 20 años, a quien identificaron gracias a un tatuaje en el pecho.

Este último es el único que no tiene concedida la residencia en España. El hecho de que Mohammad i Sayed sí la tengan comporta que no puedan ser expulsados del país.

 
Libertad provisional para los tres jóvenes acusados de violar a tres hermanas estadounidenses en Murcia

La titular del juzgado de Instrucción número 9 de Murcia ha decretado este sábado libertad provisional sin fianza para los tres jóvenes afganos que fueron detenidos como presuntos autores de agredir sexualmente a tres hermanas estadounidenses la pasada Nochevieja en Murcia.

Fuentes del Tribunal Superior de Justicia de la Región de Murcia (TSJ) han señalado que la jueza ha establecido como medidas cautelares la comparecencia semanal en el juzgado de los tres acusados, la retirada de su pasaporte y la prohibición de aproximarse a las jóvenes, todas ellas solicitadas por la Fiscalía.

En el auto dictado por la titular del juzgado de instrucción se establece que se investiga a los tres encausados por dos presuntas agresiones sexuales y otra agresión sexual en grado de tentativa.

Los tres afganos fueron trasladados en la mañana de este sábado en vehículos de la Policía Nacional desde dos comisarías de la ciudad de Murcia hasta la Ciudad de la Justicia, donde se ubican los juzgados de guardia.

Las hermanas salieron este viernes de España rumbo a Viena (Austria), donde se encontraron con el resto de su familia y desde donde tenían intención de regresar a Estados Unidos.

La supuesta agresión sexual a las tres hermanas se produjo en dos domicilios diferentes, uno en la plaza de la Candelaria de Murcia, en el que residía la menor de ellas en su estancia como estudiante, y otro en la vivienda de los tres ciudadanos afganos arrestados.

Dos de los tres detenidos tenían concedido recientemente el asilo político en España y uno de ellos estudia Formación Profesional en Murcia, sin que ninguno de ellos cuente con antecedentes penales y su situación es regular en España, dado que cuentan con permiso de residencia.

Según explicó el delegado del Gobierno en la Región de Murcia, Francisco Jiménez, las dos hermanas mayores de la que se encontraba estudiando en Murcia viajaron a la ciudad en Navidad para pasar unos días de vacaciones en España, viajando de vuelta las tres a su país una vez que había concluido su curso de estudios.

Una de las tres hermanas fue la que acudió a la comisaría de policía a interponer la denuncia según la cual había relatado que sus hermanas habían sido agredidas también.

La que puso la denuncia fue con uno de los tres agresores al domicilio que tenía alquilado en la plaza de la Candelaria, donde se produjo la agresión. Después, las otras dos hermanas fueron al domicilio de los otros dos agresores, donde también se produjo otra agresión sexual.

 
Las tres hermanas de la manada de Murcia habían contratado un seguro contra violación antes de viajar a España

El pasado 4 de enero la magistrada titular del juzgado de Instrucción número 9 de Murcia sorprendía a la opinión pública decretando la libertad provisional y sin fianza para los tres jóvenes afganos, detenidos por la Policía Nacional como presuntos autores de una violación grupal a tres hermanas estadounidenses la pasada Nochevieja.

Ahora, 'La Verdad de Murcia' ha revelado que las tres jóvenes contrataron, antes de viajar a España, un seguro que les permitiría recibir una cuantiosa indemnización si durante su visita eran víctimas de un delito sexual. Qué casualidad. Parece que ya saben en todo el mundo que en nuestro país hay barra libre para las denuncias feministas. Que vergüenza.

Según se ha filtrado ahora a los medios, las tres chicas habrían presentado además numerosas incoherencias en su declaración. Aseguraron ante los agentes que habían decidido denunciar al retornar a casa y comprobar que les había desaparecido una 'tablet'. También, supuestamente, ocultaron que en la estación de autobuses se despidieron afectuosamente de los tres denunciados, como prueban las imágenes grabadas por las cámaras de seguridad. ¿Alguien se despide dándole dos besitos a su presunto violador?

Esto empieza a oler a denuncia falsa desde Dinamarca. Las que según las feministas son el 0,0001%. No existen. Otro caso aislado que no te contarán los medios de comunicación. A los progres cada vez se les está haciendo más complicado luchar contra la realidad.

 
Todas las mentiras de las tres hermanas 'violadas' en Murcia: ¿un montaje para cobrar un seguro?

El pasado año Julia fue seleccionada para disfrutar de una beca de intercambio que permitiría a esta estudiante de la Universidad de West Virginia en Estados Unidos aprender español en la Región de Murcia durante un cuatrimestre. Esta joven, de 20 años, para mayor tranquilidad de sus padres, Cameron y Bárbara, contrató un seguro de viaje por Europa antes de partir de su ciudad natal: Marietta (Ohio). La citada póliza incluía en una de sus cláusulas una indemnización económica en caso de que la adolescente fuese víctima de un delito, como puede ser una agresión sexual. Ahora ese contrato podría ser la clave para desmontar la denuncia que esta norteamericana realizó ante la Policía Nacional acusando a tres afganos de violarla a ella y a sus dos hermanas durante la celebración de Nochevieja en la capital murciana.

Este enrevesado caso arranca en Navidad en el inmueble del Barrio de Santa Eulalia, en Murcia capital, que esta estudiante de Linguistics había alquilado, del 1 de septiembre al 31 de diciembre, junto a otros tres Erasmus. Sus compañeros de piso se habían marchado de vacaciones y Julia mintió a su casera asegurando que sus padres y sus dos hermanas iban a alquilar habitaciones de hotel en Murcia para visitarla durante las fiestas navideñas. La mujer se apiadó de la familia por el supuesto desembolso económico que ello supondría y autorizó a la joven para que Claire y Olivia se alojasen en los cuartos de los inquilinos ausentes.

De esta forma las hermanas norteamericanas disfrutaron de hospedaje gratuito durante dos semanas de turismo y fiesta por la Región. El colofón al viaje era la Nochevieja, cuya celebración arrancó con un botellón en el citado piso y acabó en la Jefatura de Policía. A las 8.30 horas del 1 de enero Julia caminó sola hasta la céntrica Comisaría de la Plaza Ceballos para soltarle una bomba al policía nacional que estaba en el control de accesos. “Manifiesta en inglés que se encuentra viviendo en Murcia desde hace cuatro meses, cursando estudios, y que durante la pasada noche, junto a sus dos hermanas que se encuentran de visita a España, han conocido a tres jóvenes varones que las han agredido sexualmente”, tal y como consta en las diligencias policiales y judiciales a las que ha tenido acceso EL ESPAÑOL.

Al agente que transcribe los hechos no se le escapa un detalle: del aliento de la americana emana un fuerte olor a alcohol. Ese dato no evita que de inmediato se active el protocolo de violación. “Mis dos hermanas se encuentran en casa esperando saber qué hacen”. Tal afirmación de Julia provoca que la Brigada de Policía Judicial la acompañe al piso del Barrio de Santa Eulalia donde aguardan Claire y Olivia. Las tres norteamericanas comienzan el día de Año Nuevo siendo trasladadas por unos agentes al Hospital Virgen de la Arrixaca para ser sometidas a un minucioso reconocimiento médico. De vuelta a la Comisaría, mientras aguardan su turno para prestar declaración, se comen un menú del McDonald.

A las 18.51 horas, del miércoles 1 de enero, empiezan a relatar los hechos y aparece la primera laguna de la historia: las adolescentes no recuerdan en qué pub conocieron a los afganos que posteriormente las atacaron sexualmente. A los investigadores de la Unidad de Atención a la Familia y Mujer (UFAM) de la Policía Nacional les llama la atención ese dato porque el relato de las norteamericanas comienza exactamente igual: después del botellón del piso se fueron a las tascas de Murcia y sobre las tres de la madrugada llegaron a un local de copas sin especificar. Una vez allí, sin mediar palabra, fueron abordadas supuestamente por los afganos Sayed, de 21 años, Mohammad, de 25, y Johannes, de 20. “Se nos acercaron tres chicos que nos empujaron a una zona oscura del local”, afirmaron las hermanas antes de matizar lo que padecieron cada una de ellas en ese punto sin iluminación del establecimiento.

La primera en declarar fue Claire, la hermana mayor, que cuenta con 23 años: “Empezaron a besarnos en la cara”. Después testificó la pequeña, Olivia, de 18 años, elevando la gravedad de los hechos ocurridos en esa zona oscura del pub al narrar que fue manoseada sin su consentimiento: “El chico que me asaltó, me tocó el pecho levantándome la camiseta, y me introdujo las manos en las bragas...”. Julia, de 20 años, también relató haber sufrido abusos: “El chico que me asaltó me tocó los pechos por debajo del vestido y bajó las manos hacia la cadera con la intención de ir hacia mis partes íntimas, pero con un golpe en la mano se lo impedí”.

Se marchan con los afganos

El testimonio prosigue con normalidad hasta que las jóvenes despiertan nuevas dudas entre los miembros de la UFAM: las hermanas afirman que a pesar de haber sido abordadas por los afganos, acto seguido y sin ser cohibidas, salieron con ellos fuera del establecimiento de copas. Una vez que estaban en la calle se produce otro hecho insólito porque voluntariamente aceptan el ofrecimiento de los jóvenes que las han manoseado para seguir la fiesta en su domicilio. “Claire y Olivia se fueron al piso de estos individuos y Julia se marchó a su casa con otro de los chicos”. De forma que las supuestas agresiones sexuales se produjeron paralelamente, entre las 3.30 horas y las 5 horas de la madrugada, en dos inmuebles distintos de la capital murciana separados por algo más de un kilómetro de distancia.

Julia se fue con Sayed al piso que ella había alquilado en el Barrio de Santa Eulalia. Cuando llegaron al inmueble la norteamericana aseguró a los investigadores que el afgano presuntamente la agarró para agredirla sexualmente y que tras esquivarlo se escondió en el baño para que se marchara. Pasado un tiempo prudencial salió del aseo pensando que el chico se había ido, pero se lo encontró en su habitación: “Me cogió y me tiró a la cama, se echó encima y empezó a quitarme la ropa, no me resistí porque pensé que se podía poner más agresivo de lo que estaba”.

Una violación con pausa

A partir de esa situación de indefensión Julia cuenta pormenorizadamente que padeció tocamientos y el afgano la obligó a hacerle una felación: “No podía respirar, rompí a llorar [...] le di un empujón porque estaba preocupada por mis hermanas y necesitaba hablar con ellas”. La supuesta violación, siempre según su relato, sorprendentemente se detuvo para que Julia le escribiera un mensaje a su hermana Olivia mientras Sayed telefoneaba a uno de sus amigos. Los investigadores toman nota de ello.

Mientras que eso acontecía en el piso de Santa Eulalia, las hermanas Claire y Olivia se encontraban con Mohammad y Johannes en un domicilio de la calle Cortés. En este inmueble Sayed tiene una habitación que le había gestionado la ONG Murcia Acoge dentro de un programa de integración social y laboral para inmigrantes. Este joven le prestó a sus amigos la llave para que se fueran con las otras dos americanas a seguir la juerga. Claire se metió en la habitación con Mohammad: “Este individuo intentó aprovecharse de mí”. La mayor de las hermanas detalló que le bajó los pantalones y las bragas con el fin de penetrarla. “No llegó a penetrarme porque reaccioné dándole una patada”.

Tras afirmar que opuso resistencia, Claire incurrió en una aparente incoherencia al confirmar a la Policía Nacional que este afgano ni la agredió ni la amenazó: “No ejerció ningún tipo de violencia contra mí”. El relato de Olivia en este piso arranca con ella sentada en el sillón del salón mientras Johannes le ofrece amigablemente una copa de Whisky. No se la bebe y se marcha con él a una habitación donde el chico se tira encima de ella: “Tenía mucho miedo y estaba paralizada. Le dije a este individuo que no quería tener sexo con él, que parase, pero él respondió en un inglés malo, no condón, y me penetró a continuación. Le dije que era virgen y él me decía que me relajase. Acabó el acto sexual”.

Tanto Olivia como Claire coinciden en narrar que acto seguido se marcharon del piso y los dos afganos las siguieron. Inicialmente lograron despistar a Mohammad y Johannes, pero en las diligencias policiales consta que al final los tres agresores sexuales y las tres víctimas acabaron la madrugada juntos en el piso que la estudiante de intercambio alquiló en Santa Eulalia. Allí se produjo otra situación inverosímil: Julia y Olivia se fueron otra vez con Sayed y Johannes para estar a solas con ellos en dos estancias distintas, mientras que Claire trataba de huir y Mohammad la introducida contra su voluntad en el inmueble.

Las norteamericanas son jóvenes deportistas que entre otras especialidades han competido en atletismo y natación, pero en ningún momento ofrecieron resistencia física ni pidieron auxilio para echar del inmueble a los tres afganos. En su relato expusieron a los investigadores que para lograr que los presuntos violadores se marchasen del piso, Julia y Olivia se inventaron que tenían que coger un avión y los chicos las acompañaron a la estación de autobuses de San Andrés. Entretanto, Claire se quedó en el domicilio de Santa Eulalia simulando estar borracha. La menor de las hermanas apostilló a la UFAM que el acoso de los sospechosos se extendió hasta el andén: “El chico que me agredió intentó forzarme para besarme, pero le dije que parara”. Tanto Julia como Olivia afirmaron que para deshacerse de los violadores se escondieron en los aseos haciéndoles creer que se habían ido de Murcia.

Se van sin avisar a la Policía

Con estos testimonios plagados de incoherencias y lagunas, la Policía Nacional trató de dar con el paradero de los agresores llevándose a las chicas por las tascas de Murcia para ver si recordaban en qué local de copas conocieron a los afganos. No hubo suerte. El jueves 2 de enero uno de los investigadores se puso en contacto con Julia para recabar más información con la que reconstruir el recorrido de las norteamericanas por las calles de Murcia en Nochevieja y así solicitar las grabaciones de comercios, bancos y locales de copas, cuyas cámaras podrían haber filmado a los sospechosos: Sayed, Johannes y Mohammad. Durante la llamada el policía se queda de piedra porque la joven informa de que ella y sus dos hermanas están en el aeropuerto de Alicante a punto de coger un vuelo al este de Francia.

Nuevo contratiempo en la investigación: las víctimas se marchan del país sin avisar previamente a la Policía Nacional y subrayan que solo colaborarán por vía telemática (a través del teléfono o del correo electrónico). La llamada telefónica se corta de forma repentina cuando la UFAM le pregunta a Julia si con motivo de su beca de intercambio había contratado una póliza de viaje por Europa, que incluye una indemnización en caso de violación: “Se le consulta si está siendo asistida por algún seguro para este tipo de incidentes, pero se corta la llamada, a continuación no atienden a las llamadas”.

Los investigadores tratan de retomar la comunicación con las víctimas y contactan con la Policía Nacional en el aeropuerto de Alicante para que las localicen. Otra vez se quedan a cuadros: las norteamericanas les han mentido porque los agentes les informan de que no existe el vuelo que iban a coger las víctimas. “No tienen constancia de la salida de viaje alguno en dicha mañana a Francia”. A pesar de todas las dificultades y las mentiras, la UFAM prosigue con sus pesquisas y logra averiguar que las hermanas conocieron a los afganos en el BadulaKe Erasmus Bar de la capital murciana.

Con la descripción física de los sospechosos que ofrecieron las víctimas en su declaración en Comisaría, junto a las cuentas de Instagram y Facebook que aportaron de los afganos, la UFAM dio con los perfiles de Sayed, Johannes y Mohammad. La Policía Nacional necesitaba que las norteamericanas confirmasen que eran los supuestos violadores y tuvo que contactar con la Embajada de Estados Unidos en España para que les ayudasen a averiguar el paradero de las tres hermanas: estaban en Viena.

El gasto de recursos públicos prosigue porque los investigadores activaron en la Embajada Española en Austria un dispositivo para localizar a Julia, Claire y Olivia en la capital vienesa. Estas pesquisas eran cruciales para el devenir de la investigación porque la UFAM necesitaba que las americanas realizasen un reconocimiento fotográfico de los tres supuestos agresores sexuales a los que detuvieron el jueves 2 de enero. El viernes 3 de enero, a las 23.15 horas, Julia contacta telefónicamente con la Jefatura de Murcia y realiza acta de reconocimiento a través de la Dirección de Policía del Estado Federado de Viena: la joven afirma que esos afganos son los chicos del Pub Badulake.

Acusados y víctimas se besaron

La Policía Nacional agotó el plazo máximo legal de 72 horas para mantener retenidos en los calabozos a los presuntos violadores con el objetivo de recabar la mayor cantidad de pruebas incriminatorias, sin embargo, los testimonios de varios testigos y las grabaciones de las cámaras de seguridad aportaban interrogantes sobre la veracidad de la denuncia de las norteamericanas. Valga como ejemplo la conclusión a la que llega la UFAM tras visionar las imágenes de la estación de autobuses de San Andrés: “Allí se despiden con un beso (chicas y chicos), no se observa violencia física en ello, sino un acompañamiento cordial de los varones”.

En el inmueble de la calle Cortes donde vive Sayed, sus dos compañeros de piso confirmaron que en la madrugada de Año Nuevo estaban en sus habitaciones y no escucharon ni gritos ni gemidos de relaciones sexuales, solo el jaleo propio de una fiesta y las risas de unas chicas hablando en inglés con unos chicos. La vecina de escalera del piso que Julia alquiló en el Barrio de Santa Eulalia también confirmó que no escuchó a nadie pedir auxilio durante la celebración de Nochevieja.

En los tres informes clínicos el diagnóstico de los médicos que revisaron a las hermanas norteamericanas es el mismo: “Agresión sexual”. Esta unanimidad forense queda salpicada por la confesión que realizó Julia durante el reconocimiento al que se sometió, tal y como recogen las diligencias de la Unidad de Atención a la Familia y Mujer (UFAM): “Julia pese a que en su declaración policial relata una agresión sexual con penetración y sin consentimiento, en el relato a los médicos en Urgencias, declara que quería intimar con el chico (Sayed), pero no para tener sexo y que tuvo sexo consentido sin protección”. La joven becada para aprender español también detalló a un facultativo que “cuando descubrieron que le habían robado una tableta decidieron llamar a la Policía”. Otra afirmación que provoca un nuevo interrogante: ¿Denunciaron a los afganos por la violación o por el robo?

Críticas del fiscal a las víctimas

Sayed, Johannes y Mohammad fueron puestos a disposición del Juzgado de Instrucción número 9 de Murcia, el sábado 4 de enero, y se acogieron a su derecho a no declarar. El contenido de los testimonios de las norteamericanas no pasó desapercibido para la Fiscalía porque a pesar de que los jóvenes se acogieron a su derecho a no declarar, el fiscal no solo se opuso a que ingresaran en prisión, sino que además criticó la conducta que habían mantenido las denunciantes durante la investigación.

“En primer lugar, se quiere manifestar por el Ministerio Fiscal que la ausencia de las víctimas a fin de tomarles declaración en sede judicial, donde el principio de contradicción es fundamental a la hora de valorar el testimonio, supone limitar la capacidad de respuesta penal ante hechos denunciados y de carácter tan grave como los que se dice que ocurrieron, máxime cuando las víctimas fueron advertidas de la necesidad de su colaboración y no obstante estar dispuestas a prestarla, a continuación siguieron con la planificación de sus respectivos viajes sin poder contar el día de hoy con su testimonio, afirmando primero un destino (Francia) que resultó no ser cierto hasta poder dar con su paradero en Austria”.

El Ministerio Púbico subrayó las “lagunas y contradicciones que existen en los testimonios de las propias víctimas” y no se anduvo con paños calientes a la hora de resumir el contenido de la denuncia: “Que las tres hermanas sufran una agresión sexual, suban al piso con sus agresores sin que conste violencia o forzamiento alguno, que nada se digan entre ellas, que no traten de huir o que no pidan el más mínimo auxilio, y que después se dejen acompañar por los agresores hasta despedirse amigablemente en la estación de autobuses resulta cuanto menos necesario de una mayor explicación por las testigos víctimas que no se puede obtener en el Juzgado de Guardia por ausencia voluntaria de las mismas”.

La magistrada Olga Reverte en el auto que acuerda dejar en libertad con cargos a los jóvenes afganos también concluye que el relato inicial de las violaciones “se presenta parcialmente incoherente y necesitado de mayor aclaración”. Como medidas cautelares estableció una orden de alejamiento de las denunciantes de 200 metros, así como la obligación de que comparezcan semanalmente en los juzgados y la retirada de los pasaportes de Johannes, que carece de permiso de residencia en España, y de Sayed y Mohammad, que cuentan con asilo político en suelo español por la situación bélica de Afganistán.

El abogado pedirá el archivo

La última revelación del caso es que las norteamericanas presuntamente contrataron un seguro de viaje por Europa que contempla una indemnización económica en caso de violación. Fuentes policiales confirman a EL ESPAÑOL que a la línea de investigación inicial para aclarar si Sayed, Johannes y Mohammad son los autores de dos agresiones sexuales y una en grado de tentativa, ahora se suman las pesquisas encaminas a aclarar si Julia, Claire y Olivia les denunciaron para cobrar el dinero de la póliza.

Melecio Castaño, el abogado defensor de los tres adolescentes afganos, avanza que emprenderá acciones legales contra el trío de hermanas norteamericanas: “Voy a pedir que se les deduzca testimonio por la posible comisión de un delito de falsa denuncia”. Para ello solicitará una orden de extradición porque ha tenido conocimiento de que las jóvenes presuntamente también mintieron a la Policía Nacional al asegurar que no podían volver a colaborar presencialmente en la investigación porque en Viena les esperaban sus padres y tras su estancia en la ciudad austriaca regresarían con sus progenitores a Ohio. Nada de eso ocurrió porque actualmente solo una adolescente volvió a Marietta y las otras dos siguen de tourné por Europa.

Entre las tres existen fuertes vínculos emocionales sobre los que se están apoyando para mantener a juicio de Castaño una conducta huidiza con las autoridades españolas. El letrado también tiene previsto presentar una querella contra las hermanas para reclamarles responsabilidades legales y civiles para que indemnicen a sus clientes por los daños morales y psicológicos que han sufrido. Melecio Castaño no solo se refiere al perjuicio que han causado a estos adolescentes por pasar tres días en los calabozos y salir de los juzgados a la carrera para evitar a los medios de comunicación que se agolpaban en la Ciudad de la Justicia de Murcia, sino al hecho de que han tenido que cambiar de domicilio porque han sido amenazados por grupos de extrema derecha.

“A través de Facebook les han llegado amenazas xenófobas y se han escondido porque están muy afectados”. Johannes no pude volver a Noruega a retomar sus estudios y Sayed y Mohammad han dejado aparcado temporalmente su formación en el Centro de Cualificación Turística de la Región. El letrado está a la espera de que el juzgado le autorice a tener acceso a los teléfonos que les fueron intervenidos a sus clientes para reunir pruebas con las que solicitar el archivo de las diligencias judiciales de investigación: “Las norteamericanas estaban citadas para ratificar su denuncia de violación y no comparecieron en los juzgados porque actuaron guiadas por un móvil espurio para defraudar a la compañía de seguros a costa de estos pobres chavales”.

Melecio Castaño revela que sus defendidos “en sus móviles tienen grabadas secuencias que demuestran que las relaciones sexuales fueron consentidas porque estuvieron bailando y bromeando con las chicas el tiempo que pasaron en el Pub Badulake”. La causa todavía no ha sido asumida por el Juzgado de Instrucción número 2 de Murcia del que ahora dependerá el rumbo que toma esta investigación judicial donde las víctimas norteamericanas podrían acabar convertidas en villanas y los agresores afganos podrían ser elevados a la categoría de mártires. Todas las hipótesis están abiertas.

 
La juez pide localizar a las tres hermanas de EEUU para que ratifiquen su denuncia por violación

La titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Murcia ha librado un oficio a la Brigada Provincial de Policía Judicial (UFAM) para que localicen el domicilio y paradero actuales de las tres hermanas de Ohio (Estados Unidos) que denunciaron haber sido agredidas sexualmente en Murcia por tres jóvenes afganos la pasada Nochevieja.

Fuentes del TSJ han señalado que el objetivo de este oficio es que se efectúen las diligencias necesarias para localizar a las denunciantes y tomarles declaración judicial.

Para que la instrucción del caso continúe y no sea archivada la denuncia hecha ante los investigadores policiales, las tres hermanas deben ratificarla en sede judicial, puesto que es un requisito imprescindible e indispensable para que se pudiera llegar, en caso de hallarse indicios suficientes, a la celebración del juicio oral.




La denuncia realizada ante los policías nacionales que llevan la investigación no tiene valor de prueba hasta que no se ratifique durante la instrucción, por lo que la juez que instruye la causa necesita localizar a estas jóvenes, de 18, 20 y 23 años de edad, para comunicarles la necesidad de declarar, ya sea presencialmente o por medio de videoconferencia.

Por su parte, la defensa de los tres jóvenes afganos que fueron detenidos acusados de la agresión sexual a estas tres hermanas pidió al Juzgado el archivo de la causa, para después presentar una querella por denuncia falsa.

Las jóvenes, que denunciaron haber sido agredidas ante la Policía en el piso en el que vivía la menor de ellas y en el que residía uno de los acusados, tenían una póliza de seguro que cubría el supuesto de agresión sexual en una cantidad estimada de 50.000 euros.

Melecio Castaño, abogado de los detenidos, de 20, 21 y 25 años y que quedaron en libertad tras prestar declaración, se ha mostrado convencido de que se producirá el archivo de la causa porque las jóvenes abandonaron España sin haber ratificado la denuncia, pese a la advertencia de la juez.

 
Los acusados de violar a tres hermanas en Murcia filtran los mensajes con ellas el día después de la agresión

Los jóvenes afganos acusados de agredir sexualmente a tres hermanas estadounidenses en Nochevieja en Murcia han aportado al juzgado una conversación con una de las chicas en la que ella propone a uno de ellos ir a visitarlo a su apartamento, lo que según el abogado ratifica que es una "denuncia falsa".

La conversación se produjo el día 1 de enero, después de la supuesta agresión, a través de Instagram.

En torno a las 8:30 de la mañana, una de las chicas escribió un mensaje a uno de los acusados, en el que le dice que finalmente no se marchó en autobús ese día (los acusados acompañaron a las hermanas a la estación de Murcia), sino que permanecía en la ciudad, y le preguntaba si podía ir a su apartamento así como su dirección. ¿Alguien se pone en contacto con su violador para ir a visitarlo a su casa?

Para el abogado de los acusados, Melecio Castaño, ese mensaje es "una prueba más de que estamos ante una denuncia falsa", por lo que ha reiterado su petición de "cese inmediato de las medidas cautelares" impuestas a sus defendidos, que no pueden abandonar España y deben comparecer en el juzgado semanalmente, así como que se archive la causa.

Castaño ha insistido en el "retraso" que está sufriendo la tramitación de este caso, originado en su opinión por las propias denunciantes, que abandonaron España sin ratificar su denuncia en el juzgado y en contra del criterio de la instructora, que llegó a emitir una orden europea para localizarlas el pasado 24 de enero, si bien unos días más tarde un despacho murciano se hizo cargo de su defensa.

Por último, el letrado de los acusados ha pedido que se proceda a visionar "todos los mensajes, fotografías, vídeos y audios" de los móviles de los acusados de los días 31 de diciembre y 1 de enero, así como las grabaciones de las cámaras de seguridad del pub donde supuestamente comenzaron los abusos sobre las hermanas y las de la estación de autobuses para corroborar su versión de que todos los actos fueron consentidos.

 
La juez rechaza archivar la causa contra los tres acusados de agredir sexualmente a tres hermanas estadounidenses

La titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Murcia ha desestimado el sobreseimiento de las actuaciones contra los tres acusados de agredir sexualmente a tres hermanas estadounidenses en la pasada Nochevieja, según el auto al que ha tenido acceso Europa Press.

Cabe recordar que las tres chicas denunciaron los hechos en Año Nuevo, en sede policial, en la que se manifestaba que fueron agredidas sexualmente en dos casas distintas, en Murcia capital. En concreto, una de ellas se fue a su domicilio en compañía de uno de los arrestados; mientras que las otras dos fueron a la vivienda de los detenidos.

Sin embargo, las tres hermanas estadounidenses presuntamente agredidas sexualmente la pasada Nochevieja en Murcia habrían incurrido en supuestas contradicciones e "incoherencias", según el auto de diligencias previas al que ha tenido acceso Europa Press.

El abogado de los tres acusados afganos, Melecio Castaño, solicitó el pasado 20 de enero el sobreseimiento libre y el archivo de la causa al entender que "no existen indicios racionales que avalen la verosimilitud de las gravísimas imputaciones vertidas en la denuncia inicial y posteriores declaraciones de las hermanas".

Por el contrario, el abogado sostenía que esas actuaciones ponían de manifiesto "que la actuación de los investigados fue consentida por las supuestas 'víctimas', sic, de los hechos, desprendiéndose la inexistencia de elemento incriminador alguno que justifique por más tiempo el mantenimiento de la imputación judicial".

Además, el abogado alegaba que ni la denunciante ni sus hermanas han ratificado en sede judicial la denuncia, "negándose a colaborar con la Justicia", y esgrimía que "existen importantes lagunas y contradicciones" en sus declaraciones.

LOS ARGUMENTOS

En cambio, la juez rechaza esta petición de sobreseimiento al destacar que las hermanas comunicaron a la Policía una dirección de correo de contacto y que la asistente de la Embajada de los Estados Unidos llamó a la instructora indicando que las víctimas habían contactado con ellos y que querían colaborar con la policía española.

Asimismo, recuerda que una de las hermanas realizó un reconocimiento fotográfico de los investigados y una declaración el 4 de enero ante las autoridades austriacas. Con posterioridad, la juez recuerda que las hermanas se han personado como acusación particular y manifestaron su voluntad de ratificar la denuncia.

Igualmente, la juez esgrime que la versión de las denunciantes sobre los hechos es "compatible" con el informe del médico forense que las examinó. Por todo ello, aclara, "en este momento procesal no podemos concluir que no existan indicios racionales de haberse perpetrado el hecho que motivó la incoación de la causa".

 
El vídeo tras la 'violación' de las hermanas en Murcia en el que se despiden de los 'agresores' con besos

Pasan exactamente treinta y un minutos de las seis de la madrugada, del 1 de enero, cuando las cámaras de seguridad de la estación de autobuses de San Andrés graban a dos chicas entrando junto a dos chicos para dirigirse a unos de los andenes. En esos vídeos aparecen dos de las víctimas y dos de los agresores de las diligencias que instruye el Juzgado de Instrucción número 2 de Murcia para esclarecer la denuncia por violación que interpusieron tres hermanas norteamericanas contra tres afganos por una supuesta agresión sexual ocurrida durante la celebración de Nochevieja en la capital murciana. Los grabaciones a las que ha tenido acceso EL ESPAÑOL han sido incorporadas a la causa.

Los vídeos están tomados desde distintos ángulos. El primero recoge el momento en el que se adentran en la estación Julia y Olivia, dos de las víctimas de este supuesto delito sexual, que van acompañadas por dos de los presuntos agresores, Johannes y Sayed, los cuales lucen los trajes que se pusieron en Nochevieja y se ocupan de llevar las maletas de las jóvenes. En esta grabación se aprecia que incluso Johannes y Olivia van cogidos de la mano. En el segundo vídeo, se aprecia cómo al llegar al andén número veinte, después de hablar unos segundos las norteamericanas y los afganos se despiden dándose una brazo solo unas horas de ocurrir supuestamente la agresión sexual.

En las otras grabaciones se aprecia a los presuntos violadores salir caminando tranquilamente de la estación mientras las supuestas víctimas se meten en el aseo que hay junto al citado andén. La secuencia acaba a las 6.36 horas cuando Julia y Olivia salen del baño y se marchan de la estación sin coger ningún autobús. En un informe aportado al juzgado por la Policía Nacional, los investigadores corroboran el contenido de las imágenes y que víctimas y agresores “se despiden con un abrazo”.




En las diligencias policiales constaba que la presunta violación se produjo en dos pisos distintos de la capital murciana después de que las americanas y los afganos se conociesen en el BadulaKe Erasmus Bar durante la Nochevieja. De un lado, Julia se fue voluntariamente con Sayed al inmueble que ella misma había alquilado en el Barrio de Santa Eulalia, con motivo de su estancia en Murcia porque había recibido una beca para aprender castellano entre septiembre y diciembre. Por su parte, Claire y Olivia habían acudido a pasar la Navidad con su hermana y en la celebración de Fin de Año decidieron marcharse por su propia voluntad con Mohammad y Johannes al domicilio de la calle Cortés.

Tras sufrir las presuntas violaciones tanto víctimas como agresores acabaron juntos la madrugada en el piso de Santa Eulalia. Posteriormente, las norteamericanas no sabían cómo quitarse de encima a los violadores y se inventaron que tenían que coger un autobús en la estación de San Andrés. En estos vídeos no aparece Claire porque se quedó en el piso que su hermana Julia había alquilado en el Barrio de Santa Eulalia. Tampoco aparece en la estación Mohammad porque se marchó al piso de su amigo Sayed de la calle Cortés. Entre las pruebas gráficas aportadas a la causa figura una captura de Instagram, con una conversación mantenida entre Claire y Mohammad el 1 de enero cuando fue interpuesta la denuncia por violación.

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Claire: No terminé yendo a la estación de autobuses.

Claire: Permanezco en Murcia hoy. ¿Puedo pasar por tu apartamento?

Claire: ¿Puedes enviarme tu dirección?

Mohammad: OK. Ven a Santo Domingo.

Mohammad: Plaza de Santo Domingo.

Melecio Castaño, el abogado defensor de los jóvenes afganos, después de haber visionado estos vídeos ha vuelto a presentar por segunda vez un escrito donde pide al juzgado que ponga fin a las medidas cautelares impuestas a sus clientes y que le impide a uno de ellos salir de España para regresar a Noruega donde tiene una beca de estudios en la Universidad Popular. “Solicitamos el cese de las medidas cautelares sin que haya que esperar al visionado del contenido de los terminales móviles de los mismos, que ya adelantamos que arrojarán más evidencias de que todo lo que sucedió aquella noche fue que las tres parejas pasaron una divertida Nochevieja, con sexo de por medio, plenamente aceptado y deseado”, tal y como argumenta el letrado.

El juzgado se opone al archivo de la causa

De momento el juzgado que instruye la causa se ha opuesto al archivo de las actuaciones que solicitó Melecio Castaño en su primer escrito alegando que se trataba de una denuncia falsa y que estaba presuntamente motivada por un móvil espurio por la presunta contratación de las norteamericanas de un seguro de viaje por Europa, que entre sus cláusulas contemplaba una indemnización económica, en caso de ser víctimas de un delito, como puede ser una agresión sexual.

Tal seguro no ha aparecido a fecha de hoy por ningún lado. De forma que el juzgado se ha posicionado en contra del archivo emitiendo un auto: “Los autos se siguen por la presunta comisión de tres delitos de agresión sexual por parte de los investigados, uno cada uno de ellos, y si bien en el auto en que se adoptaron las medidas cautelares se ponen de manifiesto diversas circunstancias necesitadas de aclaración por las víctimas extremo éste que se vio dificultado por el hecho de que abandonaron el país, no existe elemento alguno en la causa que indique que 3 hermanas de forma concertada y en escaso tiempo denuncien falsamente haber sido víctimas de un delito tan grave cuando ni tan siquiera conocían a los presuntos autores con anterioridad a los hechos”.

Además tanto el titular del juzgado como la Fiscalía se han posicionado a favor de la petición el abogado de las hermanas norteamericanas, Mariano Bo, de poner todos los medios posibles para que las supuestas víctimas puedan hacer algo que no han hecho hasta ahora: ratificar en sede judicial la denuncia que interpusieron el 1 de enero. De hecho, se ha acordado inicialmente que presten declaración por videoconferencia desde Ohio. A tal extremo se ha opuesto el abogado defensor de los afganos en este segundo escrito alegando que esa medida supondría vulnerar los principios básicos del Proceso Penal de Contradicción.

“Interesamos que se cite a declarar personalmente y en le sede judicial a las hermanas Collet, pues el contenido de las denuncias y su comportamiento (antes, durante y después de hacerlo) hacen pensar que son falsas y esta parte tiene derecho a someterlas a un interrogatorio durante el cual –al menos esta defensa- interesaría simultáneamente el visionado de los mensajes y archivos audiovisuales procedentes de los terminales móviles de mis patrocinados, así como el de las imágenes grabadas por las cámaras de video vigilancia de la Estación de Autobuses, siendo todo ello, de importancia capital para terminar de esclarecer estos hechos”, tal y como argumenta Castaño.

El juzgado tendrá que decidir finalmente si mantiene la declaración por videoconferencia o si hace volar a Murcia a las hermanas de Ohio para que testifiquen personalmente en sede judicial.

 
Los móviles prueban la actitud "cariñosa" de las norteamericanas con los afganos en Nochevieja

El volcado de los teléfonos móviles de dos de los tres jóvenes denunciados por violación por tres hermanas estadounidenses, cuyo informe ocupa más de 3.000 folios, ha permitido conocer que la noche de los hechos y las horas posteriores tomaron imágenes en las que se ve a los seis en actitudes cariñosas.

El informe elaborado por la Policía a instancias del juzgado de instrucción de Murcia que investiga los hechos tras la denuncia presentada por las hermanas el pasado 1 de enero contiene las llamadas entrantes y salientes, los wasap, vídeos y otra documentación desde unos días antes de que se produjeran las supuestas violaciones.

La defensa de los investigados sostiene que la actitud en la que se les ve sería incompatible con haber mantenido relaciones sexuales forzadas desde que las conocieron en Nochevieja hasta que las acompañaron a la estación de autobuses de Murcia.

Desde el primer momento, los denunciados han sostenido que esas relaciones fueron consentidas, por lo que no se explicaban la presentación de la denuncia que originó su detención y la posterior puesta en libertad, aunque con medidas cautelares, como la retirada del pasaporte, la prohibición de salir de España y la obligación de presentarse periódicamente en el juzgado.

Tras la presentación de su denuncia, una de las hermanas viajó a Estrasburgo (Francia) y las otras dos presuntamente hacia Austria para dirigirse desde allí a Estados Unidos, por lo que no han ratificado aún su contenido, para lo que están citadas el 17 de septiembre para que puedan hacerlo por videoconferencia.

Nada más conocer el contenido del volcado de los móviles de dos de los tres jóvenes, todos de nacionalidad afgana, su defensa ha pedido la inmediata revocación de las medidas cautelares que pesan sobre ellos y el archivo de las actuaciones, al tiempo que ha adelantado que se propone emprender acciones contra las hermanas por denuncia falsa.

De uno de los teléfonos la Policía no ha podido hacer el volcado de datos con el número pin facilitado.