La Junta quiere convertir el Albergue Juvenil en centro de acogida temporal de inmigrantes

El Albergue Juvenil de la empresa pública Inturjoven, perteneciente a la Consejería de Empleo, Formación y Trabajo Autónomo desde hace solo unos meses, podría tener los días contados. Al menos como alojamiento turístico juvenil y residencia para estudiantes universitarios. La Junta ultima en silencio pero con paso firme un proyecto para medicalizar las instalaciones y convertirlas, en colaboración con Cruz Roja, en un centro de acogida temporal para inmigrantes llegados en patera a la provincia en el que puedan esperar a la realización de las pruebas de coronavirus y permanecer alojados durante la cuarentena los que confirmen el positivo o el contacto con un contagiado. El aluvión de pateras de los últimos meses obliga a buscar nuevos recursos asistenciales en los que aplicar con rigor las medidas de prevención.

Durante el estado de alarma fue cedido al Ayuntamiento de Almería por la administración andaluza como una extensión provisional del Albergue Municipal como segundo centro de acogida para colectivos vulnerables a raíz de la necesidad de atender a todas las personas sin hogar en la crisis sanitaria de la COVID-19 y fueron más de 200 los usuarios en rotación, provenientes de toda la provincia, los que recibieron atención individualizada, cubriéndose sus necesidades básicas de alojamiento, manutención e higiene. A finales de junio retomó su actividad anterior y regresaron los huéspedes y los trabajadores de Inturjoven siendo un verano con datos favorables, si bien todo apunta a que volverá a la actividad asistencial por la pandemia.

Hace tan sólo unos días, la quincena de profesionales del Albergue Juvenil recibieron la visita inesperada de una comitiva que prepara la conversión en centro de acogida temporal de inmigrantes durante la pandemia de la que formaban parte el director del Distrito Sanitario Almería, Teodoro Gómez Rodríguez, y el coordinador provincial de la organización Cruz Roja, Fran Vicente, entre otros. Recorrieron el edificio dividido en tres plantas, con un amplio patio central y 90 habitaciones con posibilidad de alojar a 200 personas, para definir los usos y analizar las posibilidades de adaptación.

La sorpresa fue mayúscula porque nadie había comunicado a la dirección del centro los nuevos planes y se ha tenido que paralizar desde el 20 de septiembre la reserva de estancias turísticas en Booking, la plataforma en la que suelen canalizar la comercialización, además de cancelar el programa de residentes universitarios que se inicia a principios de octubre y por el que cada curso se alojan una treintena de estudiantes. Es más, en los próximos días tendrán que proceder a la devolución de las fianzas a los alumnos que ya han reservado plaza en este histórico alojamiento situado en la calle Isla de Fuerteventura de la capital que en 2019 fue elegido como el preferido por los alberguistas de toda la red nacional.

La conversión en centro de acogida de inmigrantes en vigilancia y aislamiento covídico genera incertidumbre entre la plantilla de trabajadores, con una edad media de cincuenta años y sueldos mileuristas, que podrían ser trasladados a otras instalaciones de Inturjoven en Málaga y Granada o incluso ser incorporados al nuevo proyecto asistencial y sanitario los que no sean población de riesgo. Con la cesión como albergue municipal medicalizado se marcharon a casa y el Ayuntamiento contrató vigilantes, cocineros y personal de limpieza propio. De momento, el oscurantismo de la actuación en ciernes ha generado un profundo malestar en la plantilla.

Y el segundo interrogante lo genera el CADE. La Consejería de Empleo, Formación y Trabajo Autónomo lo trasladó en abril al Albergue desde el Puerto de Almería para poner 411 metros cuadrados a disposición de los emprendedores almerienses. Cinco técnicos asesoran a entre 14 y 18 proyectos empresariales alojados de manera gratuita en las nuevas dependencias que abarcan cuatro salas. Tienen acceso propio a las oficinas, si bien comparten instalaciones como el hall central y la recepción, de ahí la más que presumible incompatibilidad de usos si no se realiza una nueva adaptación después del importante desembolso realizado en su traslado.