"Juegan con tus sueños": crece el negocio de las casas de apuestas en los barrios desfavorecidos de España

Con 77 empresas de apuestas con licencia para operar, España supera un nuevo récord de crecimiento en este controvertido ámbito empresarial. El año pasado, la facturación del sector superó los 1.600 millones de euros en el país ibérico, y el dinero apostado por los clientes se incrementó en un 20 % con respecto al año anterior. Todas estas cifras reflejan el auge de un negocio que crece, sobre todo, en las zonas más pobres de las ciudades.

Un paseo por el barrio madrileño de Vallecas, uno de los más desfavorecidos de la ciudad, basta para calibrar la proliferación de este tipo de establecimientos en la capital de España. Pero es un fenómeno diferencial: mientras en el centro de Madrid solo ha surgido un nuevo local de apuestas en los últimos cinco años, en Vallecas hay 18 nuevas salas.

"Una invasión intolerable"

La activista María José García cree que estos salones de juego se instalan en zonas más vulnerables para aprovecharse de la necesidad de dinero que tienen muchos de sus vecinos, y ve en las apuestas una cuestión de salud pública que no recibe suficiente atención por parte de las autoridades políticas. "Yo califico esto como una invasión intolerable que no se puede consentir", afirma García.

En cifras brutas, durante los últimos cinco años las casas de apuestas se han duplicado en Madrid.

Adicción entre los más jóvenes

A los 16 años, Iker comenzó a apostar en los salones de juego. Lo hizo por diversión y para ganar algo de dinero. Sin embargo, en poco tiempo se volvió adicto. Se aisló de su familia y de sus amigos: solo quería apostar. "Yo entraba a las 10, cuando abría el local, y salía a las 2 de la mañana, cuando cerraba", asegura. Este joven de 22 años estuvo cuatro meses sin tener donde dormir. "Estaba trabajando, pero mi adicción no me permitía pagarme una habitación", recuerda.

Iker se hundió hasta tal punto que se vio forzado a buscar soluciones. Hace un año se mudó de ciudad y empezó un tratamiento con la psicóloga Sandra Cuevas, a cuya consulta acude todavía una vez por semana. Esta profesional, por cierto, advierte que el problema de las apuestas a edades tempranas no ha hecho más que empezar. "Es algo terrible lo que nos viene con los más jóvenes", asegura Cuevas, que lamenta haber escuchado a estudiantes de secundaria decir cosas como que "el partido se vive con mucha más intensidad cuando has apostado".

Por su parte, la Policía del barrio de Coslada, también en Madrid, ha desarrollado un dispositivo pionero para prevenir esta adicción. Tomás Calamardo, un agente local del distrito, forma parte de él, y acude vestido de civil a los centros educativos para explicar a los alumnos los peligros de las apuestas. Es su forma de contribuir a la prevención de la ludopatía entre los adolescentes. Este policía cree que la "normalización" de esta actividad es "el verdadero problema".

Sin embargo, es un alumno que participa en una de sus charlas quien señala otra clave importante de este negocio, que explica además su crecimiento parasitario en las zonas desfavorecidas de las ciudades: "Juegan un poco con tus sueños, por esos están aquí las casas de apuestas, y no en los barrios ricos: allí no tienen necesidad de ganar dinero, aquí sí".