Dos heridos de bala en una pedida de mano gitana en O Porriño

La Guardia Civil busca a un pistolero y a un conductor después de que el primero hiriese ayer a balazos a una adolescente de 15 años y a un joven de 18 en una fiesta en O Porriño. Los disparos se produjeron en el centro multiusos de Torneiros, en una ceremonia de pedida de mano gitana del clan de los Zamoranos, ante la presencia de 60 invitados. Sobre la una de la madrugada del domingo, un individuo entró a cara descubierta y disparó al aire. La Guardia Civil halló seis casquillos. Se supone que vació las seis balas del cargador de una pistola del calibre 9 largo. Los proyectiles impactaron en el techo, pero dos balas rebotaron e hirieron a un joven en el omóplato (zona de la espalda próxima al hombro y a la clavícula) y a una adolescente en la cara. Ambos fueron evacuados a hospitales de Vigo para ser operados. La menor fue intervenida en el Hospital Povisa por un cirujano maxilofacial.

El pistolero escapó corriendo del multiusos y se subió a un vehículo, donde lo esperaba un cómplice al volante. Arrancaron y huyeron. La Guardia Civil ya los ha identificado. Algunas fuentes los vinculan con el clan de los Morones, rivales de los Zamoranos. Por eso, las primeras hipótesis apuntan a una reyerta entre clanes rivales.

En Vigo, la Policía Nacional dispuso un amplio dispositivo para blindar el Hospital Povisa, donde está la herida y, casualmente, en otra habitación, un jefe rival. Los agentes desplegaron coches patrulla en el entorno de los hospitales para evitar incidentes entre los numerosos familiares de los heridos.

Los Zamoranos son unas 200 familias que llevan 50 o 60 años en O Porriño y desde hace un decenio tienen conflictos con el clan vigués de los Morones, en un pulso por controlar los mercadillos. En octubre del 2015, unos integrantes de los Zamoranos circulaban en una furgoneta por el túnel de Valadares de Vigo y fueron tiroteados por unos desconocidos. Actualmente, un juez de Cangas instruye un ataque en el mercadillo local.

Agentes de la brigada de la policía judicial de la Guardia Civil tomaron huellas en el escenario del tiroteo. La puerta principal del multiusos fue precintada. Al lado, había un contenedor repleto de vasos y botellas de plástico. En un bar cercano prefieren guardar silencio. «Se os propios afectados non queren falar, qué imos dicir nós», dice la regente. Y en una panadería siguen su vida: «Abrimos coma todos os días, coma se non pasase nada». Pero sus clientes están «asustados».

La alcaldesa de O Porriño condenó «enerxicamente» los sucesos y convocó para hoy una concentración de repulsa en la plaza del Concello. Desde hace años, los Zamoranos viven en tensión en Torneiros. Sufrieron el destierro y un líder de los Morones fue condenado por amenazar con una pistola a los Zamoranos en la feria de Redondela.