Cuatro de cada diez jóvenes que se fueron al paro en 2022 en la UE son españoles

El desempleo juvenil subió en la Unión Europea en 2022 desde el 14,8% hasta el 15,1%, lo que supone un incremento de 180.000 nuevos jóvenes desempleados, de los que 68.000 (un 38%) son españoles. Esto supone que cuatro de cada diez nuevos jóvenes parados en la UE perdieron su empleo el año pasado en España.

Según los datos publicados este lunes por Eurostat, el paro entre los menores de 25 años en España se incrementó el año pasado hasta el 32,3% a cierre de noviembre -último dato disponible-, en comparación con el 31,2% que tenía en el mismo mes del año anterior, 1,1 puntos más. En total en el país 535.000 jóvenes no tienen trabajo.

Este aumento del paro juvenil llama la atención al producirse en un ejercicio en el que la tasa general de paro se redujo desde el 13,4% al 12,4%, un punto menos. La divergencia entre ambas se debe a que el desempleo de los que tienen más de 25 años ha bajado del 12,2% en noviembre de 2021 al 10,9%, con lo que el problema está en el mantenimiento y acceso al empleo de los de menos edad. Aún así, pese a la corrección de 2022, España sigue siendo el país de la UE con mayor tasa de paro, ya que la media de la Eurozona se sitúa en el 6,5%.

El aumento del desempleo entre los menores de 25 años coloca a España también como el país de la Unión Europea con una mayor tasa de desempleo juvenil, posición que ocupaba Grecia hace un año. Ahora, el país helénico ocupa el segundo puesto con una tasa de paro entre los jóvenes del 31,3%, seguida de Italia (23%), Suecia (20,3%), Letonia (19,4%), Luxemburgo (19,1%) y Eslovaquia (18,7%).

En el lado opuesto están Alemania (con sólo un 5,8% de paro juvenil), Países Bajos (7,8%), Noruega (8,6%), República Checa (8,7%) y Dinamarca (10,4%).

Nuestro país no sólo es el que tiene la tasa de paro juvenil más alta del continente, sino que es además uno en los que más ha empeorado en 2022, en total 1,1 puntos, lo que además ensancha la brecha con respecto a la media europea. El desempleo juvenil en la Unión Europea ha crecido del 14,8% en noviembre de 2012 al 15,1% (equivalente a 2,88 millones de jóvenes parados), con lo que España más que duplica esa tasa.

CAMBIO DE TENDENCIA​

El paro juvenil en la UE y en España estuvo bajando hasta marzo de 2020, mes en que la irrupción de la pandemia truncó el buen comportamiento del mercado laboral y provocó un repunte en el desempleo de los jóvenes que se fue agravando hasta agosto de 2020. En ese mes, el porcentaje de jóvenes sin empleo ascendía en la UE al 19,4% y al 41,6% en España.

Desde entonces, la recuperación de la economía a medida que se superaba la pandemia permitió que el desempleo juvenil iniciara una senda descendente, especialmente desde abril de 2021. Sin embargo, un año después, los primeros signos de ralentización económica tras el estallido de la guerra en Ucrania y el azote de la inflación en las empresas truncaron esta tendencia y el paro juvenil empezó a subir de nuevo.

Desde mayo, el desempleo juvenil ha subido 1 punto en el continente, del 14,1% al 15,1%, lo que se traduce en que 236.000 jóvenes han perdido su empleo; mientras que en España la tasa ha pasado del 27,6% en mayo al 32,3% en noviembre, 76.000 jóvenes parados más.

"Los vientos de cola que empujaban la recuperación del empleo han cesado, y eso se hace más evidente en las dinámicas de ciertos colectivos como puedan ser parados de larga duración, mayores de 45 años o desempleo juvenil. (...) España vuelve a registrar tasas de paro juvenil por encima del 30% con una tendencia que ha visto frenado su descenso y muestra el debilitamiento que estamos presenciando desde el comienzo de septiembre de 2022", ha diagnosticado Asempleo.

Esta empresa de trabajo temporal considera que el incremento del desempleo juvenil que se ha producido el pasado año "evidencia la falta de oportunidades laborales y de pasarelas al empleo para los jóvenes españoles, una escasa o poco eficiente política de empleo y un poco aprovechamiento del nuevo talento que termina buscando fuera lo que no encuentra dentro de nuestras fronteras. Prueba de ello, es la alta formación que presentan nuestros jóvenes con apenas un 6,3% de estudios primarios o inferiores. Esto muestra el gran escalón entre lo que demanda el mercado laboral y para lo que se preparan nuestros jóvenes", apunta, y lamenta que "España no sólo dobla el paro juvenil europeo, si no que no da muestras de poder buscar una solución que dé la vuelta a esta situación".

La fuente principal que utiliza Eurostat para conocer estos datos es la Encuesta de Población Activa, pero, dado que el Instituto Nacional de Estadística (INE) la actualiza de forma trimestral, complementa estos datos con "los registros administrativos de las oficinas públicas de empleo facilitados por los estados miembros", según explica en su metodología. Es decir, en el caso de España utiliza también los datos que facilita el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE).

"Los resultados de los cálculos complementarios dan lugar a los datos mensuales de desempleo", explica Eurostat.

Según los datos del SEPE, el paro registrado de menores de 25 años en el país ascendió en noviembre a 207.936 personas, menos de la mitad de lo registrado por Eurostat. La diferencia se debe a que muchos jóvenes que no tienen empleo no acuden a las oficinas del SEPE a apuntarse para conseguir un nuevo puesto de trabajo, sino que realizan búsquedas por su cuenta. La EPA, sin embargo, contabilizó en el tercer trimestre de 2022 (julio, agosto y septiembre) un total de 540.000 jóvenes parados en el país, una cifra más en línea con la registrada por Eurostat.


Es lo que tiene competir con millones de inmigrantes por los mismos puestos de trabajo.
 
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