Arrojan a tres personas de una furgoneta en marcha en Sevilla

Las calles de Sevilla han sido el escenario de una espectacular persecución al conductor de una furgoneta desde la que se arrojaron, mientras iba a toda velocidad, a tres hombres, de los que uno acabó muriendo.




Los hechos ocurrieron este domingo sobre las cinco de la tarde. Un ciudadano alertó a la policía que había visto como, en plena carretera A-480, en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), una furgoneta que circulaba junto a un turismo había tirado a la vía a tres hombres. La Guardia Civil se puso en marcha para intentar localizar estas tres personas y para interceptar la furgoneta y el coche.

Al llegar al lugar, los agentes se encontraron que uno de los hombres estaba muerto y los otros dos se encontraban en estado grave y fueron trasladados de urgencia a un hospital de Cádiz.

Un guardia fuera de servicio, clave

Mientras, un guardia civil fuera de servicio que llevaba en coche a su hijo a realizar un examen de ingreso al cuerpo vio como los dos vehículos, el coche y la furgoneta, le adelantaban a gran velocidad en dirección a Sevilla y alertó al dispositivo.

El agente aceleró y se situó detrás de los dos vehículos, comunicando sus posiciones. Gracias a esta acción, varias patrullas pudieron interceptar al turismo en la carretera A-66 y detener a sus cuatro ocupantes, todos hombres y de nacionalidad extranjera.

Persecución por las calles de Sevilla

Más tarde, la policía local de Sevilla localizó la furgoneta en la que viajaba otro hombre. Tras una persecución por las calles de la capital andaluza, el hombre, que llevaba una arma larga en el vehículo, intentó huir a pie, y tras una breve carrera los agentes efectuaron disparos al aire para reducirle y detenerlo.

En total, más de 20 patrullas de la Guardia Civil, varias dotaciones de Policía Local y de la Policía Nacional participaron en la persecución. Los detenidos fueron trasladados a la Comandancia de la Guardia Civil, donde se instruyen las diligencias para esclarecer el suceso.

La Guardia Civil se ha negado a dar más detalles del caso por motivos de seguridad, y ha destacado la gran valentía del agente gaditano que participó en la persecución mientras estaba fuera de servicio.

 
Este es Mourad, 'el limpiador' que se deshizo en una cuneta de los tres chipioneros torturados

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Mourad T., marroquí de 41 años, se encuentra en la prisión de Morón de la Frontera (Sevilla) desde el pasado miércoles 25 de septiembre. Está acusado, junto a cuatro franceses, de un delito de homicidio, dos delitos de homicidio en grado de tentativa, tres delitos de detención ilegal y un delito de tenencia ilícita de armas. Mourad T. arrojó, desde una furgoneta Ford Transit blanca, los cuerpos de tres hombres maniatados a la cuneta de la autovía A-380, en la provincia de Cádiz. Los hechos ocurrieron sobre las 17 horas del domingo 22 de septiembre.

Uno de los tres varones presentaba una profunda puñalada en el pecho. Murió minutos después de aparecer en la carretera. Los otros dos hombres continúan hospitalizados en estado muy grave. Ambos se encuentran en coma.

Fuentes de la Guardia Civil explican que el ajuste de cuentas por una mercancía de hachís podría estar detrás del caso, que sigue bajo secreto de sumario por orden de la jueza de Instrucción número 1 de Sanlúcar de Barrameda.

Tras deshacerse de los cuerpos, Mourad T. emprendió la huida hacia Sevilla. Un conductor que había visto la escena alertó al Servicio de Emergencias 112. A continuación, la Guardia Civil mandó un alerta interna. El mensaje llegó a un agente fuera de servicio que circulaba junto a su hijo por la autopista AP-4, que une las provincias de Cádiz y Sevilla.

Dos vehículos a gran velocidad y a corta distancia el uno del otro adelantaron el coche que conducía el citado guardia civil. Uno era una furgoneta blanca. El otro, un Opel Insignia con matrícula de Francia. Los compañeros del cuerpo pidieron al investigador fuera de servicio que siguiera a ambos coches con el fin de poder organizar un dispositivo para la detención.

La furgoneta se adentró en plena ciudad de Sevilla tras recorrer 110 kilómetros. En ese momento varias patrullas de la Policía Local ya tenían controlada la ubicación del coche. El Opel Insignia, en cambio, consiguió enlazar con la autovía A-66. Se trata de la Ruta de la Plata, que une el sur de España con el norte a través de Extremadura. Buscaban volverse a su país de origen. Se les dio el alto a la altura de San José de la Rinconada.

La Policía Local de Sevilla apresó a Mourad T. después de una larga carrera a pie. Tras abandonar la Ford Transit en un cruce de la Avenida de República Argentina, salió corriendo por el barrio sevillano de Los Remedios. Finalmente, un agente vio al sospechoso debajo del maletero de un coche aparcado.

"El narco desata violencia"

Los investigadores de la Policía Judicial de la Guardia Civil sostienen que la tortura de las tres víctimas sucedió en un chalet de una zona rústica a las afueras de Chipiona (Cádiz). Los agentes hallaron restos de sangre en el inmueble.

Se trata de una vivienda rodeada por un muro de tres metros de altura y con un sistema de cámaras de seguridad repartidas por cada una de sus cuatro esquinas. El chalet cuenta con piscina, barra de bar, jardín y un amplio aparcamiento, además de una especie de garaje en forma de nave y de un altar acristalado con la virgen del Rocío.

Además de Mourad T., el limpiador marroquí que se deshizo de los cuerpos, también se encuentran en prisión Michael A. (1992), Jackson E., (1991), Mahamadou D. (1985) y Atikossie E. A diferencia de Mourad T., que reconoció su participación en los hechos, los cuatro franceses negaron cualquier tipo de vinculación con los mismos. Los cuatro franceses ingresaron en la cárcel de Puerto II (El Puerto de Santa María, Cádiz).

José Encinas, secretario provincial en Cádiz de la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC), reclama al Ministerio del Interior que declare “zona de especial de singularidad” a toda la provincia a causa del narcotráfico y la inmigración. El Sindicato Unificado de Policía (SUP) también insiste en dicha petición. El Gobierno declaró en su día al País Vasco Zona de Especial Singularidad por el azote terrorista de ETA.

“Este último ha sido un ejemplo más de la violencia que el narco está desatando”, explica José Encinas. “Se están robando entre bandas con mayor frecuencia, lo que aumenta el riesgo para las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad”.