“Delito de odio”, herramienta al servicio de totalitarismo para acallar disidencia. Por Milenko Bernadic

Filósofo francés Renaud Camus ha sido condenado a dos meses por “incitar públicamente al odio o violencia en base al origen, etnicidad, nacionalidad, raza o religión”. Por un discurso del noviembre de 2017 en el que afirmó que la “inmigración ha llegado a ser invasión”.

Oigan señores, ¡por un discurso! ¿Es que ha invitado a matar a alguien? ¿No hay documentos de la ONU que hablan de la “inmigración de reemplazo”? ¿Y dónde está antaño tan glorificada “libertad de expresión”, precisamente en Francia, dónde fue uno de los eslóganes de la Revolución Francesa?

No, esto es lo que hay: arbitrariedad judicial cuando digas algo políticamente incorrecto. Este es el esquema: “debes pensar así como te lo decimos”. Si te sales de las indicaciones, pues serás culpable. No importan argumentos o análisis: toca la palabra prohibida, y estás fuera.

Lo más triste, lo más aterrador, lo más amenazante es que se sigue el patrón del pensamiento totalitario, que se pudo encontrar en pasado, y sigue en presente. Un par de ejemplos:

La URSS y sus satélites tenían tipificado el “delito antirrevolucionario” o “traición a la patria”. Bastaba cuestionar el sistema comunista, y ya si te quedabas con vida podías haber tenido suerte. Además, por unas decisiones judiciales (como mucho), llenas de arbitrariedad. Basta recordar las anécdotas de “Un día en la vida de Ivan Denisovich” narradas por Solzhenitsyn basadas en su experiencia personal. Sí, se prohibían libros y discursos. Como ahora.

O basta recordar el “delito de la blasfemia” en los regímenes del totalitarismo islámico. ¿Se acuerda alguien por qué fue denunciada, juzgada, pasando casi una década en la cárcel hasta que fue liberada por presión internacional, Asia Bibi? Pobre mujer cristiana paquistaní fue un día a beber agua del mismo pozo que unas mujeres musulmanas. Pero claro, según ellas, una no musulmana no podía beber agua del mismo pozo que unas musulmanas. Salvo que se convierta al Islám allí mismo. En resumen Asia les dijo que “su Salvador era Jesucristo, y no Mahoma”. Pues ¡pum!: denunciada por delito de blasfemia. Actualmente Asia Bibi vive escondida en algún lugar de Canadá, en una cárcel sin paredes en una especie de la muerte civil. Por razones de seguridad.

Bien, salvando las durezas de las penas en casos generales cuando la disidencia no salga demasiado cara, el mecanismo de la aplicación de los “delitos de odio” en Europa actual es muy similar. Basta que lo que digas no encaje en lo permitido para decir y opinar, para que seriamente veas comprometida tu libertad, cuanto menos. No importa lo que tú quieres decir y argumentar; importa lo que las instituciones al servicio de lo políticamente permitido para hablar digan que tú has dicho.

En resumen, vistos tantos casos de advertencia a los navegantes, que sirven para eso: para ser indicadores en camino para señalar lo que se puede pronunciar, podemos constatar de vivir en un régimen que prohíbe expresarse para bien, si ese bien no es el decidido por ellos. Para ello, basta aplicar mencionada herramienta.

Ahora bien, ¿qué resultado puede proporcionar esto? Un resultado atroz y terrorífico. Con una población cohibida que por ello mismo será predispuesta a reaccionar con violencia al alcanzarse un punto crítico. Algo que no puede ser favorable. Algo que hay que evitar precisamente mediante la aplicación de justicia, y no arbitrariedad ideológica.

Por último: ¿son siempre eficaces estas medidas de coacción? Hay algo que los totalitarios olvidan: que siempre va a haber personas dispuestas a sacrificarse por el bien, y no dejarse amedrentar por presiones bajas. Y en esto precisamente consta la solución: en la difusión de la mentalidad de la dignidad irreductible, que no tiene precio ni se puede comprar con nada.

Totalitarios, tenéis razón en temer a esta gente. Pero temed más a Dios.

 

Unidas Podemos enmienda la Ley de Igualdad de Trato del PSOE para que los mensajes que inciten al odio sean falta grave​

Unidas Podemos ha registrado en el Congreso, este viernes, una batería de enmiendas a la Ley de Igualdad de Trato del PSOE, en las que proponen, entre otras medidas, que los mensajes que inciten al odio sean falta grave o las terapias de reconversión de la identidad y orientación sexual sean muy graves.

Tal y como ha señalado el grupo confederal, su objetivo con esta propuesta es "concretar" las sanciones para "dotar a la norma de mayor seguridad jurídica".

Además, se propone incluir en el Código Penal otras formas de discriminación, como el antigitanismo, la aporofobia, la afrofobia, la negrofobia y la islamofobia, para situarlos al mismo nivel que el antisemitismo y que estos comportamientos no queden impunes.

La portavoz adjunta del grupo confederal en el Congreso, Sofía Castañón, ha reconocido que España "llega tarde" a una legislación de este tipo pero, además, cree que el texto presentado por el PSOE tiene carencias.

DESAVENENCIAS SOBRE ENTRE LOS SOCIOS​

"Esto no habría ocurrido si el PSOE hubiese continuado el trabajo coordinado de los dos grupos", ha declarado Castañón ante los periodistas, en referencia a las desavenencias surgidas entre los dos socios de Gobierno por esta propuesta de ley.

Cuando fue registrada, en enero, los morados acusaron a los socialistas de hacerlo de manera "unilateral" a pesar de que, según indicaron, llevaban meses trabajando juntos, y con el Ministerio de Igualdad, en el texto.

"Había un texto que responde a estas enmiendas, más garante, más ambicioso para un país en el que vemos como en Madrid, puede haber publicidad nazi", ha señalado la diputada, en referencia a la campaña electoral de Vox. A su juicio, este tipo de carteles "no pueden quedar impunes" y, según ha explicado, con estas enmiendas de Unidas Podemos "no pasaría".

Otras de las propuestas que presenta el grupo confederal incluyen "la intolerancia como eje de la norma" y añade como ámbitos de la ley el origen nacional, la ascendencia, el color de piel, la condición de migrante o refugiado, las creencias, y no solo la religión, las características genéticas, la lengua y la cultura, como recoge el PSOE.

LA EDUCACIÓN COMO ÁREA FUNDAMENTAL​

También propone modificar la Ley de Extranjería, para que no se sancione administrativamente a los extranjeros que sean víctimas de delitos de odio, y el Código Civil, para que la nacionalidad por residencia se conceda a los 4 años, por norma general, o a los 2 si se posee la condición de refugiado.

Además, introducen en la producción estadística del INE el uso de datos desagregados que permitan conocer las causas, la extensión, la evolución, la naturaleza y los efectos de la discriminación; que el Comisionado para la Igualdad de Trato y la No Discriminación sea elegido por tres quintas partes del Congreso y Senado por un periodo de 7 años y medidas que garanticen que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado actúen en sus labores de investigación y vigilancia "en base a motivos razonables y objetivos".

Tanto Castañón, como el diputado de En Comú Ismael Cortés, han destaca la importancia que sus enmiendas dan a la educación. La portavoz adjunta de Unidas Podemos ha llamado a "educar en valores de igualdad de trato, feministas y antirracistas" y ha señalado que, aunque se suele hablar de ello, cuando toca ponerlo sobre el papel "parece que se olvida".

Cortés, por su parte, ha señalado la educación como una de las áreas fundamentales de la norma y ha explicado que, en las enmiendas, se proponen medidas para "erradicar los llamados colegios gueto" y evitar la "segregación escolar". En este sentido, ha defendido la enseñanza de episodios de violaciones de derechos humanos y materias, como introducción al pueblo gitano, que den a los menores una visión de la existencia de distintas culturas.

Unidas Podemos espera el apoyo mayoritario a estas propuestas y ha indicado que el PSOE es "conocedor" de las enmiendas, ya que forman parte del texto que estaban trabajando antes de que el texto fuera registrado.